Honduras se sumó este lunes a la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de nuestra América (ALBA), en medio de una confrontación con la prensa y reclamos de la sociedad civil de información, transparencia y controles públicos sobre los alcances y repercusiones de la iniciativa.
El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y su par venezolano Hugo Chávez sellaron la adhesión con la presencia de los mandatarios Evo Morales, de Bolivia y Daniel Ortega, de Nicaragua, y del vicepresidente cubano Carlos Laje.
Ahora son seis los países del ALBA (Bolivia, Cuba, Dominica, Honduras, Nicaragua y Venezuela), una iniciativa impulsada por Chávez para contrarrestar en su momento al ahora desarticulado plan estadounidense de crear el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Chávez resaltó el "coraje" de Zelaya, pues "pese a las agresiones y satanización que se ha hecho del ALBA, no ha dudado en retomar un proyecto integracionista latinoamericano que recoge el pensamiento y espíritu de nuestros principales héroes".
"Hoy suscribimos no solo un pacto de hermandad y de solidaridad, sino también un proyecto integracionista en América Latina como alternativa a la hegemonía imperial, es una integración de gobiernos progresistas que plantean una salida del imperialismo opresor que hemos tenido", acotó Chávez.
De inmediato atribuyó a Zelaya el nombre de "comandante vaquero", en tanto a Morales y a Ortega los denominó comandantes "indio" y "sandinista", respectivamente, porque esta iniciativa "también otorga grados políticos", apuntó.
Chávez, acompañado de una delegación que incluyó periodistas, tuvo un fuerte altercado con la prensa hondureña a la que llamó "pitiyanquis", personas "arrastradas que lamen la mano del yanqui… aquí hay muchos de ellos, así como en el resto de América Latina, donde los pitiyanquis los encabezan los dueños de medios de comunicación", aseveró.
Ortega, por su parte, fue recibido con protestas de un sector de las organizaciones feministas, solidarias con la denuncia de su hijastra, Zoilamérica Narváez, quien lo acusó de abuso sexual.
El caso es ventilado actualmente en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que lo admitió luego de que la denuncia fuera archivada por la justicia nicaragüense a fines de los años 90.
La presencia de Ortega provocó incluso la renuncia de la directora del Instituto de la Mujer de Honduras, Selma Estrada, quien se rehusó a ser parte de la comitiva oficial de recibimiento, mientras las manifestantes vestían de negro en señal de protesta.
El ingreso de Honduras al ALBA es un "gesto de libertad, porque somos un pueblo libre y soberano. Esta es una gesta de independencia donde no necesitamos pedir permiso para suscribir este compromiso. Hoy damos un giro para ser un gobierno de centroizquierda, y si no les gusta, pues quítenle la palabra centro y nos quedamos con la segunda", dijo Zelaya.
El ALBA traerá beneficios en materia de salud, alimentación, educación, cultura y otros, "por eso, gracias presidente Chávez, por abrirnos espacios de libertad a los latinoamericanos, porque no nacimos para ser esclavos ni tener amos", agregó Zelaya.
"Cuando me reunía con (el presidente de Estados Unidos) George W. Bush, no me decían que era antiimperialista, me aplaudían los empresarios. Ahora que me reúno con los pueblos pobres del mundo me critican, espero que rectifiquen en las próximas horas. ¿Quién les ha dicho que tienen derecho absoluto a privatizar? Yo los invito a dialogar y a firmar un verdadero pacto nacional con visión de país", exclamó.
Ninguno de los gobernantes se refirió en concreto al significado del ALBA y sus alcances.
La incorporación de Honduras desató en las últimas dos semanas un agrio clima de confrontación entre la izquierda y la derecha de este país, que culminó con el retiro de los representantes del sector privado de todo acto público oficial, incluyendo la ceremonia de este lunes, por considerar que "atenta contra la libre empresa y pone en riesgo el tratado de libre comercio suscrito con Estados Unidos", conocido por sus siglas en inglés DR-Cafta.
A la postura de los empresarios se sumaron los sectores políticos más conservadores, que tuvieron en el ex presidente Ricardo Maduro (2002-2006) a uno de sus principales portavoces.
El ALBA agravará la deportación de emigrantes hondureños desde Estados Unidos, sostuvo Maduro, y no se "puede morder la mano del amigo que nos da de comer", agregó en alusión a Washington.
El gobernante Partido Liberal consiguió movilizar a unas 30.000 personas a los actos, ofreciendo un pago individual de entre cinco y 23 dólares. La presidenta, Patricia Rodas, justificó hace tres días esa acción, aseverando que "si la derecha financia cosas peores, ¿por qué nosotros no podemos mover nuestra gente?".
Renán Reyes, uno de los responsables de movilizar a manifestantes procedentes de la selvática y apartada región de la Mosquitia, sobre el océano Atlántico, dijo a IPS que "nos prometieron un bono de 300 lempiras por persona (unos 15 dólares), pero no encontramos al político responsable de darnos la plata, la cual sabemos que le fue entregada".
El no gubernamental Foro Social de la Deuda Externa en Honduras (Fosdeh) reclamó transparencia sobre el uso de los recursos que obtendría el país por sumarse al ALBA, así como sobre sus alcances y limitaciones, y acceso a la información pública, pues no se conoce el documento oficial suscrito este lunes.
Mauricio Díaz, director del Fosdeh, dijo a IPS que "el contenido financiero del ALBA es hoy una incógnita, nadie quiere hablar de ello, no hay información de nada, sólo enunciados políticos, pero la gente merece saber a qué se está metiendo el país en términos de deuda y perspectiva a futuro".
"El objetivo central del ALBA es que el gobierno quiere tener dinero a corto plazo, pero casi nunca las necesidades de un gobierno son las necesidades del pueblo, y eso es delicado porque al final es el pueblo quien termina pagando por las cosas inapropiadas de un gobierno", acotó.
Esta falta de información fue el principal argumento del Congreso legislativo para no ratificar el ingreso al ALBA, requisito que establece la Constitución hondureña.
Dos semanas atrás, parlamentarios denunciaron que un grupo de diputados afines al Poder Ejecutivo recibirían sumas de unos 52.000 dólares a cambio de votar favorablemente la ratificación del ingreso al ALBA. El caso ya se conoce como el escándalo de los "petrosubsidios", en referencia a la supuesta fuente de ese dinero: Venezuela, un importante exportador de petróleo.
El ministro de la Presidencia, Enrique Flores, dijo a IPS que "ha habido muchas especulaciones sobre el ALBA, pero lo cierto es que es un convenio bueno para el país, y en su momento se darán a conocer las medidas de transparencia, pues no todo se puede hacer en un solo día, es cuestión de tener paciencia".
Mientras los empresarios llaman a las naciones del ALBA "el club de los niños rebeldes", la prensa hondureña las bautizó como un "exclusivo club de países pobres altamente corruptos", tomando como base los negativos lugares que ocupan en el índice de percepción que publica la organización Transparencia Internacional.
En enero, Honduras firmó también su ingreso a la iniciativa venezolana de Petrocaribe, por medio de la cual recibe durante un año 20.000 barriles diarios de combustible para generación térmica de electricidad en condiciones favorables: el pago de 60 por ciento de la factura en 90 días, y el 40 por ciento restante con un plazo de 25 años, con dos de gracia y uno por ciento de interés interanual.
En el plano comercial, Honduras espera revertir las cifras deficitarias de su intercambio con los integrantes del ALBA. En 2007, este país les vendió, en conjunto, 110 millones de dólares, mientras las compras sumaron casi 170 millones de dólares.
Además, Honduras enfrenta serios problemas económicos, y el Fondo Monetario Internacional congeló nuevos empréstitos por considerar que no se efectuaron las necesarias restricciones financieras, además de que se elevó la inflación y subieron los subsidios a distintos sectores.
