PAKISTÁN-EEUU: Aulas en lugar de armas

La asistencia estadounidense a Pakistán debe poner más énfasis en educación y menos en el rubro militar, advirtieron expertos reunidos en la capital de Bélgica para analizar las relaciones entre ese país de Asia meridional y Estados Unidos y Europa.

Información suministrada al Congreso legislativo de Estados Unidos señala que 8.000 millones de dólares, de los casi 11.000 millones de dólares otorgados a Pakistán entre 2002 y 2008, fueron para gastos militares y sólo 100 millones de dólares para educación.

Numerosos analistas consideran que una de las necesidades más acuciantes de Pakistán es mejorar la educación. Un tercio de sus 161 millones de habitantes son pobres.

"El sector que probablemente deba recibir mayor atención está abajo en la lista de prioridades", indicó Karl Inderfurth, quien fue subsecretario de Estado para asuntos de Asia meridional entre 1997 y 2001.

Sólo 2,3 por ciento del producto interno bruto del país se invierte en educación, la cifra más baja en la región de Asia meridional. En cambio, el gasto militar representa 3,5 por ciento.
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La consecuencia de la falta de fondos es que sólo la mitad de los adultos pakistaníes saben leer y escribir, en comparación con 92 por ciento en Sri Lanka y 60 por ciento en India.

La política de respaldar al presidente pakistaní Pervez Musharraf, quien se arrogó el poder tras el golpe de Estado en 1999, y a quien Washington considera un aliado fundamental en su llamada "guerra contra el terrorismo", perjudicó la imagen de Estados Unidos que tiene la población de ese país, indicó Inderfurth

El ex subsecretario mencionó una investigación del Centro de Investigaciones Pew, que elabora un barómetro de la opinión internacional, según la cual 69 por ciento de los entrevistados pakistaníes tenían una visión desfavorable de Estados Unidos, y sólo 16 por ciento, favorable.

"El hecho es que Estados Unidos ocupó un papel importante en Pakistán", subrayó.

"Pero en este momento, Estados Unidos es un tanto radioactivo en Pakistán, es considerado como del lado equivocado en la historia democrática. Nos perciben como si tuviéramos una política sólo centrada en Musharraf", puntualizó.

Inderfurth fue uno de los oradores de la conferencia organizada por el grupo de estudio European Policy Centre (Centro de Políticas Europeas) el 16 de este mes en esta ciudad.

El ex embajador de Pakistán en Omán y Polonia Khalid Mahmood señaló que la postura de Washington hacia su país se "basó en intereses estadounidenses a corto plazo".

También arguyó que "la cooperación militar fue un distintivo de la política estadounidense hacia Pakistán". Ese país registró en los últimos años un fuerte crecimiento económico, sin embargo Mahmood describió que "la poca inversión en educación es uno de los indicadores más alarmantes" de las desigualdades.

Una "elite rapaz de menos que equivale a uno por ciento de la población domina el Estado" desde hace décadas, añadió, y sólo contribuyó desarrollar lo que él describió como "un modelo económico tipo casino".

"Hubo muchas mejoras en el sector de servicios y bancario de la clase alta, pero no en el de los micro-créditos para los pobres", apuntó.

"Los sectores de educación, salud, ahorros, exportaciones, recursos humanos y agricultura fueron desatendidos".

Mahmood criticó duramente los últimos ataques aéreos de Estados Unidos en la zona de la frontera entre Pakistán y Afganistán.

La semana pasada murieron 11 soldados pakistaníes luego de que fuerzas estadounidenses abrieran fuego contra un puesto fronterizo.

En tanto Islamabad denunció el ataque que calificó de "cobarde", Washington expresó su enojo por los intentos pakistaníes de negociar con los militantes para poner fin a la violencia dentro de su territorio.

Otros ataques aéreos pueden contribuir a "crear más inestabilidad en la frontera", según Mahmood, y es poco probable que sirvan de algo para encontrar el paradero del líder de la red Al Qaeda, Osama bin Laden.

Se cree que Bin Laden, cuya red es considerada terrorista por Estados Unidos y Europa, se esconde en esa zona fronteriza, posiblemente en territorio pakistaní.

Tras las elecciones que llevaron a la formación del nuevo gobierno de Pakistán a principios de este año, es fundamental que la Unión Europea (UE) aumente su asistencia a ese país, indicó Mahmood.

"Pakistán está en un punto de inflexión y la democracia es frágil", subrayó.

"Hay mucho en juego allí para la UE. Si Pakistán logra convertirse en una democracia exitosa, eso demostrará a los 1.300 millones de musulmanes del mundo y a los 20 millones que viven en la UE que la democracia funciona", añadió.

James Moran, funcionario especializado en las relaciones con Asia de la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, reconoció que "Pakistán es un país que no ha tenido mucha atención aquí en Europa o, de hecho, en Bruselas, como tendría que haber sido".

Pero añadió que el bloque triplicó su asistencia a Pakistán en los últimos años.

Moran señaló que la UE consideró el resultado de las elecciones de este año como un claro veredicto en favor de la democracia.

Sin embargo, acotó, algunas imperfecciones del sistema político impidieron que la misión de la UE que observó el acto electoral pudiera calificar a los comicios de libres y justos.

Entre las medidas necesarias para reparar las fallas, arguyó Moran, está la creación de un sistema judicial y la designación de una comisión electoral independientes, y disposiciones que garanticen que el conteo de sufragios pueda ser sometido a un escrutinio riguroso.

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