ESPAÑA: Incertidumbre económica y social

El gobierno de España, presidido por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, se tomó meses para admitir la posibilidad de recesión en la economía. Lo hizo este lunes, de forma indirecta y sembrando incertidumbre.

El 24 de abril, el ministro de Economía, Pedro Solbes, había presentado ante el Congreso legislativo sus previsiones presupuestarias, puntualizando que el producto interno bruto (PIB) de España crecería 2,3 por ciento este año.

Este lunes, también ante el parlamento, Zapatero rebajó esas previsiones a "menos de dos por ciento" y anunció una serie de medidas para enfrentar la situación de la actividad económica que, dijo, está "ante un frenazo".

Al comenzar el enfriamiento de la economía, con la recesión de Estados Unidos y las previsiones de que se extendería al resto del mundo, incluso a la Unión Europea (UE), el gobierno español seguía estimando que este país quedaría al margen o que, por lo menos, se afectaría muy poco.

No se tomó en cuenta un aspecto fundamental de la economía española: su dependencia del turismo, considerado la principal industria nacional, ya que es la que produce mayores ingresos. Apegada al turismo, y en gran medida afectada por él, está la construcción, primera en pagar platos rotos.
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El freno de la construcción comenzó en las costas del mar Mediterráneo, región que concentra el turismo, sobre todo extranjero, el que más gasta en compra o alquiler de viviendas y en consumo.

El "frenazo" se veía venir desde 2006. Ese año, el poder de compra en España fue de 97,5 por ciento del promedio de la UE, según cifras de la oficina oficial de estadísticas de la región, el Eurostat, que estima en 6,5 por ciento la caída de la construcción española en el mes de abril.

El Instituto Nacional de Estadísticas de España admitió a fines de abril que en el primer trimestre de este año, el desempleo aumentó 9,6 por ciento, una pérdida de 246.000 puestos de trabajo, sólo superada por Eslovaquia en el bloque de 27 países europeos. Así la cantidad de desempleados asciende a casi 2,2 millones de personas.

Abundan las explicaciones y los reproches. Desde el opositor y centroderechista Partido Popular (PP) se critica al gobierno por permitir la entrada de inmigrantes, incluso sin papeles. Pero el Banco de España (central) señaló que el período 2001-2005, considerado uno de los de mayor crecimiento económico, se caracterizó por la aportación positiva de la mano de obra extranjera.

Según la autoridad monetaria española, de los 1,70 puntos que creció durante ese período la renta por persona, 1,06 se debió a los progresos en el empleo y éste a su vez se basó en el ingreso de inmigrantes.

El portavoz del PP en temas económicos, Cristóbal Montoro, subrayó este lunes que, tras hablar de desaceleración, Zapatero cambió a "desaceleración acelerada" y ahora reconoce un "frenazo", todo en cuestión de días, lo que significa "que estamos al borde de la recesión", opinó.

Zapatero anunció una serie de medidas, como la congelación de los salarios de todos los funcionarios que ocupan altos cargos del Estado y un recorte en la oferta de empleos públicos, que en 2009 será, de cumplirse sus previsiones, 30 por ciento menor que en 2008.

Montoro calificó de "simpática" esa congelación de salarios, si bien no tiene influencia en el desarrollo o deterioro de la economía nacional, señaló.

Además, Zapatero dispuso la reducción de dos por ciento de los gastos corrientes del Estado. El "plan de austeridad", como lo calificó, tendrá por objetivo mantener el equilibrio presupuestario, sin reducir los gastos sociales comprometidos y sosteniendo una "dotación imprescindible" para la seguridad, la justicia y la inspección de trabajo, áreas que calificó como servicios públicos esenciales.

Una de las medidas anunciadas por el gobierno que más sorpresa causó es la privatización parcial de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), empresa pública gestora de las terminales aeroportuarias.

Según Zapatero, el "frenazo" sólo se mantendrá hasta mediados de 2009. La ciudadanía está preocupada por el desempleo, la contracción del PIB y los distintos papeles asignados a la inmigración, ya que mientras unos consideran a los inmigrantes competidores en el mercado del trabajo, otros creen que son una herramienta fundamental para sostener el desarrollo.

España, cuyo PIB por habitante creció sostenidamente en los últimos años, pasando de 103 por ciento de la media de la UE en 2005 a 105 en 2006 y 107 en 2007, se encuentra ante un desafío serio a corto plazo.

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