Unos 6.000 camiones de carga protagonizan en Chile un paro indefinido desde el martes por las subas del precio del petróleo, generando problemas de abastecimiento de combustibles y de otros productos en varias regiones del país. El gobierno se abrió al diálogo.
El subsecretario del Interior, Felipe Harboe, indicó este jueves que se desplegó un fuerte contingente policial para evitar cortes de tránsito y de suministros de productos sensibles como combustibles para el consumo de la población, oxígeno para los hospitales y leche para los niños y niñas.
Pero a medida que pasan las horas se agrava el desabastecimiento de combustible en todo el país y en algunas regiones hubo camioneros detenidos por entorpecer el tránsito. Asimismo, algunas empresas de transporte de pasajeros decidieron suspender sus viajes por temor a ataques en la ruta.
Harboe señaló que si es necesario se utilizarán las Fuerzas Armadas y del orden para labores de distribución. De prolongarse por más tiempo el paro, se verá afectado el abastecimiento de alimentos en todo el país, han advertido varios actores.
El gobierno catalogó de "injusta" la movilización puesto que el lunes la presidenta Michelle Bachelet anunció un paquete de medidas para paliar el efecto del alza internacional del petróleo, pero se mostró dispuesto a continuar el diálogo con el gremio.
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El ministro de Trabajo, René Cortázar, indicó que "los problemas se arreglan en las mesas de conversaciones y no en la calle", pero fuentes de la Confederación Nacional de Dueños de Camiones (CNDC) indicaron a IPS que hasta las 16:30 hora local (20:30 GMT) no se había realizado ninguna reunión entre las partes.
Los dirigentes gremiales están esperando que el gobierno, que el miércoles debió enfrentar marchas estudiantiles y paros de funcionarios públicos, los llame a conversar.
La semana pasada, la CNDC anunció que llevaría a cabo un paro de 48 horas el martes y el miércoles, estacionando los vehículos de carga a la vera de las carreteras de todo el país.
Para evitar la movilización, Bachelet informó el lunes que inyectaría 1.000 millones de dólares al Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles Derivados del Petróleo (FEPC).
En la ocasión, la mandataria también anunció que se destinarían 250 millones de dólares para capitalizar a la Empresa Estatal del Petróleo (ENAP), que suministra 85 por ciento de los combustibles consumidos en el país, lo que permitirá a la petrolera seguir subsidiando el precio de las gasolinas y el gasóleo.
Chile importa casi 99 por ciento del petróleo que necesita y aplica la paridad de precios de la costa del Golfo de México.
De igual forma, la mandataria indicó que se estimularía la producción de biocombustibles de segunda generación (de residuos forestales) e incluiría en el presupuesto del próximo año incentivos para un "recambio de flota" en el transporte, con el fin de que circulen vehículos más eficientes.
Pero como los transportistas de carga consideraron insuficientes estas disposiciones gubernamentales, cumplieron su anuncio y el martes iniciaron el paro con la intención de deponer la medida al día siguiente.
No obstante, hubo un quiebre entre la directiva de la CNDC, que pretendía hacer un paro de advertencia de 48 horas, y las bases, que impusieron su postura de darle carácter de indefinido a la movilización, a la que podrían sumarse otros sectores del transporte.
Entre las principales exigencias de los camioneros figuran la estabilización del precio del petróleo por al menos tres meses (hoy las variaciones son semanales) y la rebaja o eliminación del impuesto específico al gasóleo, el más utilizado por el sector. El miércoles ingresó al parlamento el proyecto de ley que aprueba la inyección de 1.000 millones de dólares al FEPC dispuesta por la mandataria, que permitiría bajar en 50 pesos el litro de gasóleo. Este jueves fue aprobado por la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, pero su despacho no está asegurado.
Diputados de la derechista Alianza por Chile y de la gobernante Concertación anunciaron que votarán contra del proyecto el próximo martes en la sala de la cámara baja por considerarlo insuficiente, y piden eliminar totalmente los impuestos específicos a los combustibles.
"Siempre hemos apoyado los aumentos de recursos al fondo de estabilización porque es un mal menor, pero creemos que no podemos continuar en esta senda de cada seis meses apoyar aumentos de recursos", declaró el diputado de la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente, Julio Dittborn.
Sin embargo, el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, respondió que el gobierno considera que la inyección de recursos al FEPC, y no la rebaja de impuestos, es el mecanismo correcto.
El impuesto específico a los combustibles es de 1,5 Unidad Tributaria Mensual (UTM) por metro cúbico para el gasóleo y de 4,5 UTM por metro cúbico para la gasolina automotriz, pero hay mecanismos de recuperación de un porcentaje de este gravamen.
El impuesto a la gasolina era de seis UTM por metro cúbico antes de que la presidenta lo redujera 25 por ciento en marzo por un plazo de dos años. El valor de la UTM es de 35.225 pesos (unos 75 dólares).
Para la directora ejecutiva del centro de posgrado de la Escuela de Economía de la Universidad de Chile, Verónica Kunze, no se puede seguir inyectando indefinidamente recursos al fondo de estabilización, que en la práctica está actuando como un subsidio. "Otras áreas como la educación y la salud también necesitan esos dineros", dijo a IPS.
A su juicio, es necesario "reevaluar" los impuestos específicos a los combustibles, pero no cree que su eliminación total sea la solución por los efectos secundarios que puede tener en la recaudación fiscal y en la contaminación atmosférica.
Si con ello aumenta el consumo de combustibles contaminantes como el gasóleo, podrían agravarse los impactos negativos de la polución.
Además, Kunze piensa que los chilenos no han entendido que los problemas del alza de los precios del petróleo no son exclusivos del país y que todos deben asumir sus costos.
La presidenta de la Asociación de Exportadores de Manufacturas y Servicios, Patricia Pérez, declaró el miércoles que en los dos primeros días de paro las empresas del sector dejaron de exportar productos por 400 millones de dólares, lo que significará que las empresas deban pagar multas a sus clientes.
Más complicado es el caso de los exportadores de frutas y otros productos perecederos.
Para agravar la situación, este jueves las gasolinas de 93, 95 y 97 octanos subieron 36 pesos por litro, situándose entre 641 y 678 pesos el litro (1,4 dólares), mientras que el gasóleo aumentó 37 pesos por litro, el mayor incremento semanal en los últimos siete años, alcanzando los 660 pesos el litro.
En una entrevista publicada en el diario La Tercera, el gerente general de la ENAP, Enrique Dávila, señaló que no sería extraño que el precio de las gasolinas llegue a los 700 pesos, aunque con las medidas del gobierno la tendencia debería ser a la baja.
