DDHH-UNIÓN EUROPEA: Más palabras que hechos

La Unión Europea (UE) carece de una «política coherente y vigorosa para sostener y promover el respeto de los derechos humanos en el mundo», según un informe divulgado este jueves por la rama legislativa del bloque regional.

La democracia y los derechos humanos son principios consagrados por el bloque, pero "deben realizarse avances sustanciales" para asegurarles aplicación efectiva, indica el estudio del Parlamento Europeo, cuyos miembros son elegidos en las urnas en cada uno de los 27 países de la UE.

Muy frecuentemente, los esfuerzos para asegurar que la UE envíe un contundente mensaje de respeto a los derechos humanos se ven "impedidos" porque priman "los intereses nacionales de los Estados miembro", dijo el autor del informe, Marco Cappato.

El mes pasado, por ejemplo, los ministros de Relaciones Exteriores de la UE decidieron levantar las sanciones que habían impuesto a Uzbekistán a causa de una masacre de civiles en 2005, aunque no se había realizado ninguna investigación independiente e imparcial sobre el episodio.

Alemania, uno de los miembros más poderosos de la UE, presionó para que las sanciones fueran dejadas de lado: tiene una base militar en Uzbekistán.

Cappato, eurodiputado del Partido Radical italiano, señaló que en los acuerdos de comercio y cooperación firmados por la UE con otros países se incluyen sistemáticamente cláusulas referidas al respeto de los derechos humanos.

"Pero no contamos con ninguna medida efectiva para suspender esos tratados" cuando se producen casos de violaciones a los derechos que, según las declaraciones, se pretende preservar.

El informe de Cappato recomienda que los gobiernos y la Comisión Europea, rama ejecutiva de la UE, elaboren una lista de "países de especial preocupación", en los cuales el intento de promover los derechos humanos chocó con obstáculos difíciles de superar.

También auspició desarrollar criterios de evaluación del desempeño de las naciones, para poder establecer prioridades respecto de los emprendimientos de la UE en materia de derechos humanos.

Cappato criticó, asimismo, la ausencia de resultados concretos en los "diálogos" sobre derechos humanos entablados por el bloque europeo con alrededor de 30 naciones.

El eurodiputado remarcó que una "intensificación radical" de esas discusiones es necesaria entre la UE y China, dado que Beijing sólo ofreció respuestas a alrededor de 66 por ciento de las denuncias planteadas por la UE.

Además, el "diálogo" con Irán está "congelado" desde 2004 porque las autoridades de ese país no han realizado ningún avance, agregó.

Un documento de trabajo interno de la UE se ha hecho eco de las críticas de Carppato. Esos "diálogos" sobre derechos humanos corren el riesgo de convertirse en un "ritual carente de sentido", según el documento.

Aunque el informe de Cappato tuvo una amplia aceptación entre todas las corrientes políticas que conforman el órgano legislativo de la UE, algunos eurodiputados cuestionaron ciertas recomendaciones.

El legislador propició especialmente que la teoría de la no violencia predicada por el líder independentista indio Mahatma Gandhi (1869-1948) se convierta en política oficial de la UE e instó a que el bloque regional declare a 2010 año europeo de la no violencia.

Richard Howitt, un eurodiputado laborista británico, señaló que respeta los puntos de vista de su par italiano, pero que el principio de la no violencia "no puede ser el único que guíe las políticas de la UE". La resolución de conflictos, agregó, "involucra a veces el uso de medios militares".

Vittorio Agnoletto, otro eurodiputado italiano, comentó que Cappato se concentró excesivamente en los derechos políticos y civiles, en detrimento de los económicos y sociales.

La eurodiputada francesa del Partido Verde, Hélène Flautre, afirmó que el bloque regional necesita una "política integrada" en materia de derechos humanos y que "la violación al derecho a la vida, la alimentación y la vivienda deben figurar a la cabeza de la agenda".

Por su parte, la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, comentó que "los diálogos sobre derechos humanos se han convertido en un componente esencial de las políticas de la UE", aunque reconoció que los resultados alcanzados con Rusia no son los ideales.

Asimismo, la eurodiputada liberal británica Sarah Ludford afirmó que la UE no hace lo suficiente para apoyar el trabajo de la Corte Criminal Internacional, que tiene como misión juzgar casos de genocidio y crímenes contra la humanidad.

Ludford agregó que el bloque europeo "ha sido débil" en su presión para que Sudán entregue al tribunal internacional a dos acusados de cometer atrocidades en la occidental región de Darfur vinculados con el gobierno (un ministro y el cabecilla de una milicia oficialista).

A pesar del tono crítico del informe de Cappato, el eurodiputado afirma que el trabajo del Parlamento Europeo ofrece resultados positivos. Su firme posición contra la pena de muerte ha fomentado que varios gobiernos apoyen la moratoria de ejecuciones auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas.

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