Las garzas, patos y yaguasas, entre otras aves acuáticas, benefician en vez de perjudicar a los arrozales en que buscan alimento, concluyeron investigadores cubanos que promueven la protección y conservación de esas especies. »Esos animales son agentes naturales de control biológico, porque contribuyen a contrarrestar eficazmente las plagas y, contrariamente a la creencia popular, no comen arroz espigado», aseguró Martín Acosta, de la Facultad de Biología de la Universidad de la Habana.
En Cuba habitan de manera permanente o transitoria 97 especies de aves acuáticas, de las cuales 70 viven en los arrozales o humedales adyacentes, que abarcan en total 120 mil hectáreas.
