El Sistema de Vigilancia de la Amazonia (Sivam) funcionará parcialmente desde el 25 de julio, cuando se inaugure el principal centro del proyecto, en la noroccidental ciudad brasileña de Manaos. Otros dos centros se construirán en Belén, en la costa nororiental, y en la noroccidental Porto Velho, formando un triángulo coordinado por Brasilia, que procesará la información recogida por 25 radares, cinco aviones y centenares de unidades de recolección de datos hidrológicos, pluviométricos y meteorológicos.
El proyecto de 1.400 millones de dólares tiene por fin controlar el tráfico aéreo en la región, pero será vital para combatir la deforestación, la extracción ilegal de madera y otros delitos ambientales que asuelan la rica región sudamericana.
El sistema permitirá disponer de mucha información, pero no asegura políticas efectivas para proteger la diversidad biológica, advirtió el ambientalista Gilney Viana, diputado del estado de Mato Grosso.
