ÁFRICA-UE: ¿Fin del paradigma neocolonial?

La cumbre entre África y la Unión Europea (UE) de diciembre marcó el fin de un paradigma neocolonial, pese a los análisis catastrofistas de buena parte de la llamada «prensa de referencia» de Occidente, opinó el jefe de la diplomacia portuguesa, Luis Amado.

La opinión de Amado fue compartida por el secretario de Estado (vicecanciller) João Gomes Cravinho, y por el presidente del Instituto Portugués para la Ayuda al Desarrollo (IPAD), Manuel Correia, al regresar este jueves a Lisboa de una visita de cuatro días a cinco países africanos.

Mientras el canciller Amado estuvo en Angola, Gabón, Guinea Ecuatorial y Santo Tomé y Príncipe, acompañado por Correia, Gomes Cravinho viajó a Mozambique para preparar la visita del presidente portugués Aníbal Cavaco e Silva el próximo mes.

En los países visitados, el espíritu común es a favor de redoblar su cooperación con Portugal, visto en varias naciones de África como puente con la UE.

Pero no todos los africanos ven a Portugal como ejemplo de relaciones de igual a igual entre los dos continentes.
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En vastos sectores políticos e intelectuales del continente cuyas materias primas fueron estrujadas hasta el límite por británicos, franceses, belgas y holandeses, pero también por españoles, alemanes e italianos, aún persiste la imagen de Portugal como el último de los colonialistas, recordó a IPS el analista internacional Augusto Videla.

Los portugueses fueron los primeros europeos que se instalaron en África, con la conquista de las plazas fuertes de Marruecos en 1415, y los últimos en salir, en 1975, de sus posesiones africanas.

En pleno siglo XXI, "cada vez más debemos mirar nuestras relaciones con África en una perspectiva abierta, sin la fijación que tuvimos durante un período de nuestra historia más reciente", en especial con el grupo de Países Africanos de Lengua Oficial Portuguesa (Palop), formado por Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique y Santo Tomé y Príncipe, sostuvo Amado.

El canciller, arquitecto con Gomes Cravinho de la Cumbre UE/UA (Unión Africana) de diciembre, asegura que esa reunión de jefes de Estado y de gobierno tuvo una importancia histórica comparable a la Conferencia de Berlín, el acontecimiento del siglo XIX que marcó el inicio de un ciclo colonial.

Entre noviembre de 1884 y febrero de 1885, a propuesta de Portugal y bajo los auspicios del canciller (jefe de gobierno) alemán Otto von Bismarck, se fijaron reglas para la ocupación de África por las potencias europeas, sin respetar la historia y las características étnicas del continente.

Amado está convencido de que la Conferencia de Berlín y la Cumbre de Lisboa son los dos momentos que la historia va a reconocer como los más importantes en las relaciones euro-africanas, marcadas en las últimas décadas por "un paradigma neocolonial".

"Ese paradigma fue interrumpido, no abruptamente, por la Cumbre de Lisboa", aseveró Amado en un discurso pronunciado el miércoles en el Centro de Estudios de Santo Tomé.

Tras la Conferencia de Berlín, "los europeos sólo se reunieron para discutir con África en Europa a nivel de jefes de Estado y de gobierno en la Cumbre de Lisboa", recordó Amado, haciendo hincapié en la presidencia portuguesa de la UE del segundo semestre de 2007.

La anterior cumbre entre los dos continentes, celebrada 2000 en El Cairo, también fue iniciativa de Lisboa, durante su anterior presidencia semestral comunitaria, "porque esa es la responsabilidad histórica de un pueblo que fue pionero en el continente africano", apuntó el canciller.

Amado, un mestizo del llamado universo luso-tropical, estimó que la cumbre de El Cairo se vio marcada "sobre todo por una dialéctica de exorcismo y de expresiones de resentimiento y visiones de conflicto que marcaron el pasado", mientras la de Lisboa "tuvo un ambiente diferente, mirando hacia el futuro, elaborando una estrategia de igualdad entre europeos y africanos".

Por primera vez "europeos y africanos se sentaron frente a frente" para discutir el modelo de sus relaciones y de su cooperación", subrayó.

Los sucesivos acuerdos comerciales entre Europa y los 77 países que fueron enclaves coloniales en África, Caribe y Pacífico (ACP), en especial el firmado en 2000 en Cotonou, estaban viciados por "una visión desequilibrada, porque era una visión de los europeos", enfatizó Amado.

Lo útil ahora es una colaboración entre iguales, "una asociación entre un polo europeo y un polo africano", dijo.

El ministro recordó que con el fin de la guerra fría entre Estados Unidos y la ahora desaparecida Unión Soviética, el espacio ocupado por ambos países es disputado en África por potencias emergentes como Rusia, China, India y Brasil.

Ante esta situación, la Cumbre de Lisboa proyectó "un modelo de construcción de un eje estabilizador euro-africano, con una vertiente económica, pero también de seguridad y defensa".

El presidente del IPAD dijo a IPS que se va a crear un programa de enseñanza del portugués en la ex colonia española de Guinea Ecuatorial, atendiendo un pedido del gobierno de Malabo.

Correia recordó que la aproximación de Guinea Ecuatorial a la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP, formada por Portugal, los Palop, Brasil y Timor Oriental), se reforzó en julio de 2006, cuando la ex colonia española ingresó al grupo en calidad de observador.

En Malabo, Amado celebró reuniones con el presidente Obiang Nguema Mbasogo, con el primer ministro Ricardo Mangue Obama Nfubea, y con su homólogo Pastor Micha Ondo Bile, expresó Correia.

En Luanda, "Portugal y Angola firmaron un acuerdo de promoción y protección recíproca de inversiones con el objetivo de estimular iniciativas de negocios en ambos países", calificado por el canciller angoleño João Miranda de "extremadamente importante" para el refuerzo de la cooperación, añadió.

En Gabón, Amado suscribió acuerdos de cooperación y fue recibido por el presidente Omar Bongo Ondimba y por varios ministros de su gabinete.

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