Los depósitos subterráneos pueden ser una nueva solución para la población del semiárido noreste de Brasil, donde frecuentes sequías han provocado numerosas tragedias humanas y la migración de millones de personas hacia el sur del país. Al almacenar de esa forma el agua de lluvia se evita su evaporación y se mantiene la tierra con humedad por varios meses, reduciendo las pérdidas agrícolas en caso de sequía.
Ya hay cerca de mil de esos depósitos en la región, y en los próximos tres años la estatal Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria y numerosas organizaciones no gubernamentales estudiarán varios aspectos de esa tecnología, para definir su mejor uso y demostrar sus beneficios. Luego se tratará de diseminarla.
En la misma región se construyen masivamente cisternas que aseguran a familias rurales agua de beber captada de las lluvias.
