El uso de carbón vegetal y leña es visto como pecado ambiental por provocar deforestación. Pero la biomasa forestal es fuente de energía sustentable en Brasil, aprovechando los residuos madereros. El Instituto de Electrotécnica y Energía de la Universidad de Sao Paulo desarrolla una pionera central termoeléctrica que sustituirá el diesel por desechos de madera en el estado amazónico de Roraima.
Los 200 kilovatios de la central abastecerán a una comunidad extractora de productos forestales, como caucho y castaña.
Brasil podría convertirse en exportador de briquetas de aserrín, cáscaras vegetales y otros descartes, un excelente sustituto de combustibles fósiles y fácilmente transportable. Francia negocia su importación.
Brasil produce anualmente 200 millones de toneladas de residuos vegetales, suficiente para generar electricidad para todas las residencias del país, según el investigador Waldir Quirino, del Laboratorio de Productos Forestales del Ministerio de Medio Ambiente.
