Los altos índices de crecimiento económico, la voluntad política y las leyes que garantizan el derecho a la alimentación no son suficientes para erradicar el hambre en la región en 2025. Según la FAO, se requiere inversión permanente, coordinación de programas y énfasis en la agricultura familiar campesina.
Según datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA), el hambre y la desnutrición afectan a cerca de 52,4 millones de personas en América Latina y el Caribe, lo que equivale a 10 por ciento de la población de la región.
Haití presenta la más alta tasa de subnutrición, con 46 por ciento de sus habitantes en ese estado. Le siguen República Dominicana con 29 por ciento y Nicaragua con 27 por ciento. En América del Sur lidera la lista Bolivia, con 23 por ciento de sus habitantes malnutridos.
Asimismo, casi nueve millones de niñas y niños menores de cinco años padecen desnutrición crónica o retardo en talla, siendo Guatemala el que registra la más alta prevalencia de este flagelo con 49 por ciento, seguido de Honduras con 27 por ciento y Bolivia con27 por ciento.
"Creemos que la región puede lograr ser el primer continente libre de hambre", dijo este viernes José Graziano da Silva, representante para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) en rueda de prensa convocada con motivo de la celebración el próximo martes del Día Mundial de la Alimentación.
Para lograr esa meta se deben aprovechar tres factores: la oferta alimentaria de la región que en promedio excede en un tercio las necesidades de su población, el crecimiento del producto interno bruto registrado en los últimos años superior a cuatro por ciento anual y la leve mejora en la distribución de la riqueza en algunos países.
"Falta que los países de la región aseguren un presupuesto estable para la erradicación del hambre", puntualizó a IPS Da Silva, quien fue ministro de Seguridad Alimentaria y Combate del Hambre del gobierno brasileño que preside Luiz Inácio Lula da Silva.
"En todos los países de la región hay una gran dispersión de programas. Hay muchos programas chiquitos, del gobierno, de un ministerio, de una municipalidad, de una iglesia, pero no hay una coordinación de esos esfuerzos", acotó.
A su juicio, se requiere que los gobiernos nacionales o locales inviertan recursos para coordinar los distintos planes existentes y para asegurar que sus beneficios lleguen a toda la población. Actualmente hay cuatro países que reconocen el derecho a la alimentación en sus legislaciones, Argentina, Brasil, Ecuador y Guatemala, mientras que están en proceso de aprobar leyes similares El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua y Perú, y hay iniciativas legales en discusión en México y Paraguay.
Aunque valoró los avances en materia legal, demandó que le sigan acciones concretas.
"La FAO tiene como modelo un programa que combina transferencia de ingresos con apoyo a la agricultura familiar. Eso a nivel macroeconómico me parece que es el programa más exitoso. Se hace en Chile, Brasil, México y en otros países latinoamericanos", indicó.
"Pero hay un programa aún más exitoso, que lo estamos evaluando y lo recomendamos a todos los países, que es combinar programas de comedores escolares, con huertos escolares y compras locales de agricultores pequeños", explicó a IPS el representa regional de esta agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
A nivel municipal se pueden establecer comedores y huertos escolares para que los niños y niñas puedan utilizar mejor las frutas, verduras y legumbres, porque "comer mejor comida y no chatarra también es un problema cultural", especificó.
"La conexión entre programas de comedores y huertos escolares con compra locales de sus agricultores más pequeños genera una circulación monetaria a nivel del municipio en un círculo virtuoso que permite agregar ingresos y ocupación a la gente", resaltó.
La FAO está impulsando la erradicación del hambre en el continente para 2025, una década después del año fijado como meta para el cumplimiento del primer Objetivo de Desarrollo de la ONU para el Milenio (ODM), que es reducir a la mitad la proporción de personas en pobreza extrema y con hambre en el mundo, tomando como base los indicadores de 1990.
Los otros ODM acordados en 2000 por todos los países miembro de la ONU para cumplirse en 2015 son lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer, reducir la mortalidad infantil y mejorar la salud materna.
A ellos se suman combatir el virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida, y otras enfermedades graves, garantizar el uso sostenible de los recursos naturales y fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
"En la región, los países que van más adelantados (en el cumplimiento del primer ODM) son los del Cono Sur", dijo Da Silva en la conferencia de prensa.
"Particularmente, Chile ya se puede decir que ha logrado las metas del milenio, pero tiene remanentes de algunos millares de personas subnutridas según la FAO, pero va con programas y recursos para erradicarlo, y a nuestro juicio puede llegar a eso", acotó.
En el mismo camino progresan Argentina, Brasil y Uruguay. En América Central sólo se destaca Costa Rica. Los países del Caribe, excepto República Dominicana y Haití, también muestran importantes avances.
Una mención especial mereció Cuba, quien "hace mucho tiene la alimentación como un derecho básico fundamental garantizado por políticas de Estado", dijo Da Silva
"Los demás países van rezagados, unos por el lado de la desnutrición infantil, otros por no tener programas globales de protección contra el hambre", puntualizó. "Otros países (han sido) afectados por huracanes", como es el caso de América Central, aclaró.
"Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador y Belice no tienen capacidad de incrementar sus gastos" en esta materia, añadió.
En América del Sur, preocupa la situación de Paraguay y Bolivia, aunque de este último país alabó su actual compromiso político.
Más concretamente, entre 1990 y 2004 esta región sudamericana redujo en 9,5 millones la cantidad de personas subnutridas, lo cual representa cinco por ciento de su población, mientras que en América Central este número aumentó en 2,5 millones de habitantes.
Paralelamente a los ODM, la FAO y otras agencias de la ONU está trabajando en una "meta intermedia que es erradicar la desnutrición infantil para 2015", señaló Da Silva.
Según estimaciones del PMA y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en el istmo centroamericano y República Dominicana la desnutrición infantil genera costos asociados cercanos a los 6.659 millones de dólares, que equivaldrían a 6,4 por ciento del producto interno bruto de esa zona.
"Creemos que esto es posible con el apoyo internacional y con la coordinación entre países y agencias de las Naciones Unidas", remarcó, al tiempo que criticó la disminución de la participación de la región en la Ayuda Oficial al Desarrollo, particularmente en los países de ingresos medios y altos.