ENERGÍA-CANADÁ: Embalse lleno de críticas

Un controvertido proyecto hidroeléctrico en la provincia canadiense de Quebec suscita agudas críticas de organizaciones indígenas y ambientalistas en este país y en el vecino Estados Unidos.

El principal propósito de Hydro Quebec, para el cual se desviará el río Rupert en el norte de la provincia, es la producción de electricidad destinada a la exportación al noreste del territorio estadounidense.

Organizaciones de Estados Unidos como el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, Sierra Club, Project Laundry List, y las filiales nacionales de la Red Internacional de Ríos y Amigos de la Tierra, se unieron para apoyar a otras canadienses y a las tres comunidades que prevén sufrir perjuicios a causa del proyecto.

Una vez construida la represa, el río formará un embalse equivalente a 67 por ciento de la superficie de la ciudad de Montreal o a la mitad de la de Nueva York.

"Es otro programa gigante de Hydro Quebec para desviar agua con el objetivo de satisfacer la glotonería de electricidad de Estados Unidos. Nos oponemos a las grandes represas como solución a los problemas mundiales de energía", dijo a IPS Brent Blackwelder, presidente de la filial estadounidense de Amigos de la Tierra.
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"Se trata de un programa para realizar una modificación masiva a los sistemas fluviales de Canadá. Ya intentaron hacer represas en algunos de los ríos más grandes de América del Norte, que desembocan en la bahia de James", agregó Blackwelder.

"Los canadienses no deberían usar la demanda de electricidad de Estados Unidos como excusa para desarrollar un proyecto que será una catástrofe ambiental y de derechos humanos", sostuvo.

"Los estadounidenses formulan dilemas éticas básicas. ¿De dónde viene la electricidad? Con estos movimientos en Estados Unidos, hay capacidad de influencia en los mercados. Estos proyectos masivos requieren contratos a largo plazo, pero es posible que se frenen ante la posibilidad de que no haya demanda", planteó.

"Estamos analizando modos de cortar drásticamente el consumo de energía, que en California es la mitad del promedio nacional estadounidense, aunque es la sexta economía más grande del mundo", añadió.

Blackwelder señaló que la aparición de cualquier producto en el mercado debería reflejar su verdadero costo ambiental.

Ningún portavoz de Hydro Quebec realizó declaraciones para este informe, pero la compañía refutó en una declaración la acusación de que el proyecto está "destruyendo el río Rupert".

Según la compañía, una serie de estructuras hidráulicas permitirán la navegación, la pesca y el uso de trineos, y, a pesar de la desviación parcial del río, "se preservará el hábitat de los peces y se mantendrá su libre circulación".

Hydro Quebec también dijo aseguró que el proyecto garantiza un suministro de energía de fuentes renovables para la provincia, así como para Estados Unidos, "optimizando el resultado de las plantas generadoras existentes".

Además, afirmó, ayudará a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de Canadá.

Pero "Hydro Quebec no consultó adecuadamente" a las comunidades afectadas "cuando discutió el desvío al río Rupert", dijo a IPS Michel Gauthier, portavoz de la canadiense Fondation Rivieres.

"Se tomó unos meses para estudiarlo, pero desatendió posibilidades como la energía eólica", a pesar de que en la zona hay "intensos vientos", agregó. "Los políticos creen que los beneficios económicos no reflejan las consecuencias ecológicas."

El sitio web de Hydro Quebec indica que la nación canadiense se siente partícipe en todas las etapas del proyecto, desde el diseño hasta las consideraciones ambientales y el seguimiento.

"Promovemos la conservación de los ríos de Quebec septentrional", dijo a IPS, en cambio, Nicolas Boisclair, portavoz de Rupert Révérence, una organización que aboga por la protección del sistema fluvial del norte de la provincia.

"No pensamos que Hydro Quebec deba seguir adelante con el proyecto, porque no estudió alternativas al proyecto que deberían haber sido parte de la evaluación del impacto. Hubo un informe escrito por Siemens que no fue publicado durante el proceso de aprobación pública", sostuvo.

El 14 de este mes, Project Laundry List se unió a otras organizaciones de la sociedad civil en una manifestación frente a la oficina principal de Hydro Quebec en Montreal, y exhibió una cuerda de unos 120 metros de largo con unos 100 mensajes colgados, escritos sobre prendas de ropa para reflejar las críticas al proyecto.

Esa cuerda tenía por objetivo simbolizar la eficiencia energética de las energías solar y eólica.

"La contaminación de peces con mercurio causada por la inundación de la cuenca del Rupert es un impacto importante de este proyecto. Toda una generación estará condenada a no consumir pescado seguro. No debemos aceptar semejante contaminación de Quebec y del territorio de la comunidad indígena cree", declaró en un comunicado Daniel Green, consejero científico del capítulo quebequés del Sierra Club.

Los críticos denuncian que Hydro Quebec ocultó una propuesta de energía eólica por 4.500 millones de dólares que fue desarrollada por Siemens durante las audiencias de evaluación del impacto ambiental en 2006. El proyecto fue aprobado mediante una votación dividida.

El proyecto fue originalmente aprobado por el Gran Consejo de los Cree como parte de un acuerdo denominado Paix des Braves, firmado en 2002 entre los miembros de esa comunidad, el gobierno de Quebec e Hydro Quebec.

Pero Josie Jimiken, líder de los cree de la localidad de Nemaska, apoya la idea de convencer a Hydro Quebec de desarrollar energía eólica en vez de seguir adelante con el desvío del río Rupert.

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