MUJERES: Pacifismo se viste de negro

Cuatro centenares de delegadas de 40 países, convocadas por la red no gubernamental Mujeres de Negro (MdN), culminaron este lunes una reunión de cinco días en la ciudad de Valencia, España, en defensa de la paz y los derechos humanos.

En este encuentro, el decimocuarto que realiza MdN desde su fundación en 1988, se destacó la participación de delegadas de países que atraviesan graves conflictos internos: Colombia, Chechenia, Iraq, Israel y los territorios palestinos ocupados y Sudáfrica.

MdN fue creada en 1988 en Jerusalén, cuando siete mujeres comenzaron a manifestarse todos los viernes en los cruces de caminos vestidas de negro, en silencio y portando carteles contra la ocupación israelí. Meses después ya eran 39 los grupos diseminados por todo el territorio. En varios de ellos coincidían palestinas e israelíes.

A fines de 1990 el movimiento tuvo un fuerte crecimiento al salir a protestar en Alemania e Italia contra la Guerra del Golfo, el fundamentalismo religioso en India, la violencia doméstica en Australia y a favor de la protección de los pobres en Estados Unidos.

En ese mismo año el movimiento llegó a España. En la actualidad cuenta con filiales en esta capital y las ciudades de Santander, Sevilla, Vitoria y Valencia, donde se celebró esta decimocuarta reunión bajo el lema "Las relaciones entre mujeres como política alternativa para la paz".
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Una de las organizadoras, la valenciana Charo Altable, declaró a IPS que lo fundamental ha sido la coincidencia en trabajar solidariamente para difundir una filosofía de paz, contra la guerra y el "feminicidio", como el que "sufren las mujeres en Guatemala y México".

"Hemos renovado nuestro compromiso de salir una vez al mes a la plaza central de las ciudades en todos los países donde tenemos presencia, vestidas de negro, en silencio y distribuyendo escritos a las ciudadanas y ciudadanos mostrando nuestra posición y convocándolos a seguir el mismo camino", agregó.

La discriminación fue un tema central en los debates, en especial en relación con el incumplimiento de las leyes que garantizan igualdad de derechos con independencia del género. La sudafricana Zulfa Abrahams, por ejemplo, señaló que aunque su país dejó de lado el régimen de supremacía blanca conocido como "apartheid" en 1994 las mujeres continúan marginadas aún hoy.

"No tienen voz, son las más afectadas por la pobreza y si bien hay una legislación para desarrollar políticas gubernamentales en su favor, no se aplica", destacó Abrahams.

Roaa Basil, una iraquí que vive en Bagdad, comentó que la invasión de su país por Estados Unidos en 2003 lejos de abrir las puertas a la democracia, como se aseguraba, aumentó la discriminación contra las mujeres.

"En nuestro país es cada día más fuerte la violencia contra nosotras. Yo misma, cuando voy hacia mi trabajo temo que no volveré a mi casa porque los militares pueden secuestrarme", dijo.

En muchos países se habla de progresos hacia la igualdad de género, que sólo quedan en el papel, lo que se suma a la inestabilidad interna.

La rusa Elena Vilenskoya destacó que "en Chechenia se vive ahora una situación similar" a de los tiempos de Yósif Stalin, el dictador que manejó con mano de hierro a la ex Unión Soviética entre 1924 y 1953. "Aunque todo el mundo cree que la guerra ha acabado, las torturas y los secuestros se siguen produciendo", alertó.

Moscú invadió Chechenia, república de la Federación Rusa, en 1994 para reprimir al movimiento separatista local. La guerra, en teoría, finalizó en 2002, aunque actos de terrorismo de insurgentes chechenos y acciones militares rusas continuaron a la orden del día.

El presidente ruso Vladimir Putin, indicó Vilenskoya, aseguró ante la Unión Europea que los enfrentamientos habían terminado, pero eso es falso, dijo. "Putin nombró a un presidente marioneta, un criminal que quiere reconstruir la paz con torturas", enfatizó.

Rusas y chechenas, israelíes y palestinas, asistieron juntas a la reunión y dieron testimonio de su compromiso común por la defensa de la paz, la libertad y los derechos humanos.

Una de las conclusiones del encuentro fue llevar adelante la iniciativa de "crear puentes entre las mujeres" para avanzar en la organización de la red más allá de sus reuniones periódicas. Para ello, postularon "reflexionar sobre el nuevo poder feminista, un poder que enriquezca, anime, respete la diferencia con cuidado y pasión".

Aunque las participantes en el encuentro no renunciaron a realizar acciones solidarias como respuesta a situaciones de crisis en otros países, destacaron que "a veces es más fácil para algunos grupos la lucha en conflictos lejanos que luchar en las propias contradicciones culturales".

En consecuencia, realizaron un llamado para concentrarse también en actividades locales.

En este aspecto, la declaración final propone "no tener miedo a los desacuerdos y defenderlos sin agresividad. Encontrar puntos comunes desde donde partir reconociendo la diversidad cultural y los estereotipos existentes".

También recomienda "crear una conciencia de defensa no violenta que tenga raíces en la sociedad civil y que incluya la visión de las mujeres, sus capacidades, sus planteamientos y sus prácticas".

La española Leonor Taboada señaló a IPS que "las mujeres tienen la capacidad para convertirse en una alternativa política y no seguir siendo las que soportan los conflictos en todo el mundo".

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