El gobierno de Guatemala invertirá 29 millones de dólares para limpiar el lago de Amatitlán, 25 kilómetros al sur de la capital de este país, saturado de algas y desechos que amenazan convertirlo en un pantano en apenas 10 años. El comisionado presidencial Luis Flores dijo a Tierramérica que «el lago debe rescatarse por dignidad del guatemalteco».
Se construirá un relleno sanitario para residuos sólidos, una planta de tratamiento para el caudal hídrico y un canal artificial con filtros por el que se encauzará el río Villalobos, uno de los principales focos de contaminación del lago de 14,9 kilómetros cuadrados.
Según un estudio reciente, el Villalobos arrastra unas 500 mil toneladas anuales de sedimentos, provocando la pérdida anual de unos 70 centímetros de profundidad del lago.
El proyecto se completará con una planta para inyectar oxígeno a las aguas, la plantación de más de 40 mil árboles, la reanudación de un servicio de teleférico y la recuperación de la playa pública.
El lago de Amatitlán fue hasta hace dos décadas uno de los sitios de esparcimiento de miles de capitalinos y lugar predilecto para erigir lujosas residencias.
