Los grandes basurales dejarán de ser un grave problema socioambiental brasileño para convertirse en fuente energética, gracias al Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kyoto, consideran funcionarios. La solución, impulsada por los ministerios de Medio Ambiente y de las Ciudades, aprovechará el gas metano producido por la basura orgánica, para generar electricidad y a la vez créditos de carbono (que cubrirán parte de los altos costos), por evitar la emisión de gases que recalientan la Tierra.
Brasil ya tiene aprobados dos proyectos de ese tipo y se espera multiplicarlos mediante un programa que seleccionará inicialmente 30 municipios con basurales o rellenos sanitarios adecuados, dijo a Tierramérica Claudio Langone, secretario ejecutivo del Ministerio de Ambiente.
La selección se hará hasta junio, entre municipios con más de 118 mil habitantes, que concentran la mitad de la población y 64 por ciento de los residuos sólidos del país. Un estudio indicó que la basura urbana puede generar hasta 389,5 megavatios en 2010 y 440,7 megavatios en 2015.
