Bonaerenses que buscan impedir el creciente desequilibrio en la construcción de edificios en la capital argentina se anotaron una victoria al frenar más de un centenar de obras. El gobierno de la ciudad admitió que mantiene trabados los permisos de obra de 134 edificios hasta tanto la empresa Aysa, de provisión de agua y saneamiento, garantice que no habrá déficit por el incremento de la demanda.
«Nos satisface que se confirmen nuestras denuncias, pero esto no se soluciona sólo invirtiendo en infraestructura, sino con planificación para que el crecimiento no se concentre en pocos barrios», dijo a Tierramérica Gustavo Desplats, de la organización de vecinos Proto Comuna Caballito.
Desde hace más de un año, los vecinos denuncian ante la justicia que el auge inmobiliario amenaza con dejar a barrios enteros sin suficiente agua y con cloacas colapsadas.
