Vilmar Berna, periodista ambiental que ganó el premio Global 500 de Naciones Unidas en 1999, vive amenazado de muerte hace más de un mes en Niteroi, ciudad vecina a Río de Janeiro. Su queja y pedido de protección a la Policía apenas obtuvieron una respuesta la semana pasada. Su situación preocupa porque en febrero del año pasado fue asesinado otro ambientalista, Dionisio Julio Ribeiro, defensor de la Reserva Biológica de Tinguá, también en el área metropolitana de Río de Janeiro. Un cazador confesó el crimen pero fue absuelto en mayo por “insuficiencia de pruebas”.
”El ambientalismo es una actividad de alto riesgo, no solo en la Amazonia, porque nos oponemos al modelo de desarrollo antinaturalaza”, dijo Berna a Tierramérica. La reacción violenta puede partir tanto de hacendados amazónicos como de pescadores artesanales de la playa donde él vive, que temen su presencia porque usan métodos ilegales, explicó.
