«Dibujamos con puntitos una mujer gorda. Me siento feliz de aprender a dibujar. Tal vez más adelante sea dibujante», comentó a IPS Lisette, con 15 años y retardo mental, quien cada viernes va desde su colegio del sur de la capital venezolana hasta el museo Alejandro Otero.
El Ministerio de Cultura ha lanzado el programa "Creando sin límites", sobre la base de un plan piloto ensayado el año pasado, y en el que ha participado Lisette, para acercar personas invidentes, sordas o que padecen retardo mental o neurológico a la creación y disfrute artístico que se experimenta en los museos.
Luanda Barrios, del estatal Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio, dijo a IPS que el programa "en principio se dirigió a jóvenes para que ellos, sin importar su discapacidad, puedan de manera interactiva conocer las artes plásticas", en una primera fase de acercamiento.
Luego, "procuramos que esos jóvenes se interesen en el proceso contemplativo y después en el creativo", apuntó Barrios. El año pasado se experimentó con niños de dos escuelas privadas y dos estatales de Caracas y este año se hará en todo el país.
Cuarenta y ocho escuelas, dos en cada región de Venezuela, participarán con unos 20 niños, niñas y adolescentes cada uno en los talleres que se diseñarán y dictarán en museos, "adaptándose a las necesidades y características de cada zona, de cada grupo y a las potencialidades de cada institución museística", detalló Barrios.
Serge Planas, artista plástico de 35 años reclutado como tallerista en Caracas, sostuvo ante IPS que "experiencias con los niños de Anapace (la Asociación Nacional para la Parálisis Cerebral) mostró el año pasado la posibilidad de convertirlos en creadores, modelando en arcilla, pintando y elaborando murales en grupo".
Los cursos "son acompañados de talleres de autoconocimiento, de motricidad, con actividades grupales que son más exigentes porque los muchachos tienen distintos grados y tipos de discapacidad, pero bien vale la pena el esfuerzo de agruparlos", explicó Planas.
Las personas con discapacidad "no deben ser discriminadas, ni siquiera de la forma inconsciente como muchas veces lo hacemos, y el arte en general y la plástica en particular es una herramienta importante para su inclusión", postuló Planas.
Barrios explicó que los programas comenzarán con visitas guiadas, antes de pasar a los talleres, y una previsión constante es la presencia de artistas junto a los guías, para una interacción mucho más rica y estimulante con los jóvenes discapacitados.
Los esquemas de facilidades comenzaron a ser ensayados. Lisette, por ejemplo, es acompañada por una hermana, que participa de los talleres.
"Se crea y desarrolla un nuevo espacio compartido, una experiencia que enriquece a todos, artistas, museólogos, trabajadores de la institución, las personas con discapacidades y el llamado público en general", expuso Barrios.
La responsable del proyecto explicó que se apunta a una doble corriente positiva, la primera de las cuales es incentivar a las comunidades para que en sus esquemas de trabajo, programas y labores prevean siempre actividades que permitan la inclusión de los discapacitados.
Una segunda es la revitalización de la actividad museística, que cobra más presencia y se integra más como institución de servicio a las comunidades, y en particular al sector de la población que padece alguna discapacidad.
Se trata de 1,5 millones de los 27 millones de habitantes que tiene Venezuela, según el Consejo Nacional de Personas con Discapacidad.
