SALUD-PARAGUAY: Hola Roma, adiós dengue

Mientras en el pasillo del Hospital de Clínicas de Paraguay decenas de pacientes con síntomas de dengue aguardan ser atendidos, en la sala de enfermeras hay una fiesta. Mirian López, licenciada con varios años de experiencia y especializada en terapia intensiva, acaba de saber que hay un puesto esperándola en Italia.

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López se sumará muy pronto al contingente de casi 400 enfermeros paraguayos que desde 2000 han emigrado a ese país europeo para trabajar en hospitales públicos y privados.

Esa cantidad representa más de 10 por ciento de la fuerza laboral de un sector que, en los registros del Ministerio de Salud Pública, comprende 3.500 puestos entre enfermeras, auxiliares de enfermería y de obstetricia y asistentes técnicos.

De ellos, sólo 1.567 puestos son para licenciadas en enfermería. Pero como la ley permite al personal de salud ocupar hasta dos puestos en diferentes servicios, las enfermeras profesionales son menos aun, explicaron fuentes del Ministerio.

Lo que para López es una satisfacción, para las autoridades sanitarias es una preocupación creciente, más aun tras el brote de la epidemia de dengue.
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La migración del personal sanitario hacia Europa y Estados Unidos ha acentuado el ya grave déficit de recursos humanos calificados en los hospitales públicos.

En Paraguay, según datos oficiales, el promedio de enfermeras es de 1,2 por cada 10.000 habitantes, muy por debajo de otros países de la región, como Argentina o Uruguay, donde la media es de 12 por cada 10.000, apenas por encima de la proporción mínima recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 10 por cada 10.000 personas.

Los servicios más afectados por la fuga de profesionales son clínica médica y terapia intensiva, explica a IPS la presidenta de la Asociación Paraguaya de Enfermeras (APE), María Concepción Chávez.

Los cupos vacantes se llenan, en el mejor de los casos, con auxiliares de enfermería sin experiencia o técnicos sin suficiente preparación. "La funcionalidad de muchos sistemas está seriamente amenazada. Tenemos varias unidades de terapia intensiva cerradas por falta de personal, y la especialización lleva entre dos a tres años", se lamenta.

Desde que se declaró la epidemia de dengue a principios de este año, el Ministerio de Salud registró 25.856 casos de la forma clásica de la enfermedad y 52 del tipo hemorrágico. Hay 14 muertos, y más de 3.535 enfermos tuvieron que ser hospitalizados. Aunque las autoridades afirman que la situación está bajo control, la cantidad de afectados es de unos 200 por día.

La representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carmen Serrano, fue de las primeras en dar el toque de alerta. Ella califica el fenómeno de la emigración de enfermeras como grave, aunque no exclusivo de Paraguay. "A nivel mundial hay una crisis, porque este recurso humano en salud no es reconocido en los países en desarrollo. Hay países como Bolivia, donde la situación es mucho peor", dice a IPS.

El problema fue abordado en la Asamblea de la OMS el año pasado, cuando se debatió la necesidad de implementar un sistema de resarcimiento a los países más pobres por el "robo" de sus recursos humanos de salud por parte de las naciones ricas. Serrano señala que lo ideal sería devolver "con algunos otros componentes e insumos a los países que están perdiendo al personal de salud".

Según la APE, el salario de una enfermera en Paraguay ronda en promedio los 300 dólares. Setenta por ciento de las que forman parte de la red pública trabajan bajo el régimen de contratación, es decir, no tienen seguro médico, jubilación ni estabilidad laboral, y deben renovar sus contratos cada seis meses o un año.

En Italia, el contrato inicial de un año, renovable, le asegura a López un sueldo de 1.500 euros (unos 2.000 dólares), e incluye además seguro médico, vacaciones pagas por 30 días y aguinaldo.

"Es una oportunidad única", dice a IPS esta enfermera que durante un año tomó clases intensivas de italiano, uno de los requisitos excluyentes para obtener el trabajo. Los postulantes también deben someterse a un proceso de validación de las matrículas profesionales y a un riguroso examen de admisión preparado por el Colegio Italiano de Enfermeras.

Los contactos se logran a través de firmas reclutadoras como Obiettivo Lavoro, una consultora italiana que hace dos años se instaló en este país y que también cuenta con sucursales en Bolivia, Perú y Brasil.

Esta empresa se encarga de explorar las oportunidades laborales en los hospitales italianos, reclutar y adiestrar al personal en Paraguay y hacer los tramites de visa y permisos laborales correspondientes.

"Las enfermeras paraguayas tienen una excelente llegada al paciente. Entre las sudamericanas es la mayormente considerada, es muy buscada en hospitales y clínicas por su alta capacidad profesional", dice a IPS el representante de la firma en este país, Jorge Romero.

De acuerdo con la OMS, la demanda insatisfecha global de trabajadores de la salud supera los cuatro millones. En los países industriales, la escasez de enfermeras es mayor debido sobre todo al envejecimiento de la población. La organización estima que en Italia, por ejemplo, se necesitan 50.000 enfermeras para cubrir las necesidades, en Canadá, 60.000, y en Estados Unidos, 168.000.

Y esta brecha, advierte la OMS, irá en aumento a medida que el promedio de vida se prolongue.

El sindicato de estos trabajadores de la salud en Paraguay quiere poner énfasis en la capacitación. "Se necesita más y mejor personal de enfermería, para que la profesión no envejezca ni se descalifique", dijo la titular de la APE. Pero el problema es complejo, sobre todo en un país como éste, donde anualmente el promedio de licenciadas en enfermería que se incorporan al mercado laboral no alcanza siquiera a 200, según datos oficiales.

La formación de una enfermera en la Universidad Nacional de Asunción tiene un costo aproximado de 14.000 dólares por cuatro años de carrera. La mayoría de los reclutados para trabajar en el exterior son egresados de esa institución, que, pese a los problemas de presupuesto e infraestructura, es el principal centro de formación profesional en este campo.

La titular de la APE afirma que la principal preocupación del sindicato es que la mayoría de las enfermeras que emigran tienen entre 30 y 35 años. "Estos profesionales, dentro de 10 a 15 años regresarán al Paraguay sin posibilidades de trabajo, sin jubilación, sin seguro social, y eso va a generar inestabilidad social", lamenta.

Pero ese pronóstico es secundario para Mirian López y otros 21 postulantes que están en lista de espera de la agencia Obiettivo Lavoro para viajar e iniciar una nueva vida en Italia. "Con el sueldo que gano acá no voy a ningún lado, y si bien me es difícil dejar a mi familia y mis amigos, el sacrificio vale la pena", señala López.

La fiesta de despedida termina rápidamente. El dengue no da respiro, y la cantidad de pacientes aumenta conforme pasa la mañana. Al salir, López no puede ocultar su alegría: "Ciao Roma, arrivederci dengue".

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