ARGENTINA-URUGUAY: Nos vemos en Nueva York

Luego de tres días de reuniones en la capital española, Argentina y Uruguay acordaron este viernes seguir en mayo el diálogo sobre cuatro puntos concretos. La decisión abre paso a una posible solución del conflicto por la construcción de una planta de celulosa.

Nueva York será el nuevo escenario elegido por los cancilleres Reinaldo Gargano, de Uruguay, y Jorge Taiana, de Argentina, para continuar con el "diálogo directo", como dice textualmente la declaración firmada en Madrid, una manera de evitar la palabra "negociación" que pondría en problemas a Montevideo.

Es que la delegación uruguaya llegó a este encuentro con la premisa de que no negocia con los puentes que unen a ambos países bloqueados, medida llevada a cabo de modo intermitente desde fines de 2005 por manifestantes argentinos temerosos del impacto ambiental de la planta de celulosa que levanta la firma finlandesa Botnia del lado oriental del limítrofe río Uruguay.

El reclamo de relocalización en territorio uruguayo de esa fábrica de pasta para producir papel es, por su parte, el punto innegociable de Argentina. Ese es el férreo reclamo de los activistas de la nororiental ciudad de Gualeguaychú, ubicada a unos 25 kilómetros río de por medio de la urbe uruguaya Fray Bentos, donde está la obra.

Precisamente, estos dos aspectos figuran en primer lugar en la declaración suscripta por los dos cancilleres, por Alberto Fernández, jefe del gabinete ministerial del presidente argentino Néstor Kirchner, y por Gonzalo Fernández, secretario de la presidencia uruguaya de Tabaré Vázquez.
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El diálogo será a nivel técnico y político y, aunque se "establece con agenda abierta", versará en especial sobre la "localización y otras cuestiones relevantes" de la planta, "la circulación por las rutas y puentes que unen los dos países", la aplicación de tratados bilaterales y "la protección ambiental del río Uruguay y la promoción del desarrollo sustentable de sus áreas de influencia".

Al concluir la reunión auspiciada por España, el canciller uruguayo resaltó el "ambiente de mutuo respeto" para alcanzar esta nueva instancia de conversaciones.

También informó que el embajador de España ante la Organización de las Naciones Unidas, Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, designado por el rey Juan Carlos I para facilitar el diálogo entre ambos países, seguirá en esa labor hasta que se alcance un acuerdo definitivo.

Yáñez-Barnuevo, a su vez, destacó el hecho de que "las partes han reencontrado el camino del diálogo". "Se pusieron de acuerdo en un texto que lo facilita" y para alcanzar el éxito no se deben "disimular las dificultades que aún subsisten", añadió.

Respecto de la elección de Nueva York para la cita de mayo, fuentes de la cancillería española señalaron a IPS que no hubiese sido adecuado volver a hacerla en Madrid. "Debe ser una reunión concreta, de trabajo, lejos del ruido mediático" de influencia del diferendo, además de que es la ciudad de trabajo del "facilitador", explicaron.

Desde Gualeguaychú se destacó, ante la consulta de IPS, como "sumamente positivo que después de 13 meses se retome el dialogo" entre ambos gobiernos. Sin embargo, el coordinador de los activistas, José Pouler, prefirió valorar con más precisión la situación luego de que se reúnan con Fernández el martes próximo, como está previsto, y les informe de los resultados.

Pouler agregó que, seguramente, en la próxima reunión bilateral de mayo se verá más claramente "para dónde va la negociación", en la que ya es bueno que estén sobre la mesa los temas básicos que plantea cada país.

En Uruguay, ambientalistas críticos con la instalación de las fábricas de celulosa y en especial con la política forestal a la que se obliga el país, se llamaron a silencio por entender que la gravedad del conflicto los obliga a ser muy cautelosos, como indicaron activistas ante la consulta expresa de IPS.

Como un aporte más a la resolución del conflicto, España ofreció informalmente contribuir al estudio ambiental de la zona en disputa, apoyándose en la amplia experiencia que ha adquirido sobre el particular desde los años 70, cuando se estableció en este país el ya desaparecido Centro Internacional de Formación en Ciencias Ambientales.

Además, España se vio involucrada en el conflicto argentino-uruguayo por la presencia inicial de la privada Empresa Nacional de Celulosa de España (ENCE), que había programado levantar una planta, que produciría 500.000 toneladas al año, a unos cinco kilómetros de distancia de Botina, que elaborará un millón de toneladas.

Finalmente, ENCE decidió no comenzar las obras en ese sitio y proyectarla río abajo, en su desembocadura en el Río de la Plata, con la anuencia de ambos gobiernos.

En cambio, Botnia ya tiene construido más de 90 por ciento del complejo fabril, por lo cual analistas consideran que su puesta en marcha es un asunto prácticamente consumado. Por eso se estima que la solución del diferendo con Argentina deberá basarse en las medidas de protección ambiental que se acuerden y en cómo asegurar su cumplimiento.

Las autoridades de Botnia han indicado que la planta comenzará a funcionar entre agosto y septiembre.

Mientras, se teme que el ritmo y el tono del diálogo directo entre Argentina y Uruguay pueda alterarse por la irrupción de organizaciones ambientalistas españolas, posibilidad confirmada el jueves a IPS por el grupo Ecologistas en Acción.

El secretario general de Ecologistas en Acción, Theo Oberhuber, señaló que aún es posible paralizar la construcción de ENCE y que para ello se están movilizando.

Cuentan con el apoyo de otras organizaciones, como los ambientalistas de Gualeguaychú, y se está animando la participación de los sindicatos de ENCE. "Se están estudiando estrategias para ralentizar las obras", subrayó.

Al respecto, el activista puso en cuestión el papel de Madrid, porque "ENCE es una empresa española, que ya contaminó mucho a Galicia, sin haber sido sancionada y porque recibió créditos oficiales para instalarse en Uruguay".

Oberhuber teme, además, que el gobierno argentino dé "marcha atrás en sus reclamos, ya que representantes de ENCE se trasladaron a Buenos Aires para negociar".

También precisó que la firma española resolvió trasladar su ubicación de Fray Bentos, "pero sólo a 100 kilómetros de distancia, donde seguirá afectando negativamente el ambiente y a los pequeños agricultores que perderán tierras y dejarán de recibir regadíos".

A todo esto, un posible encuentro para tratar el tema entre los presidentes Vázquez y Kirchner no fue analizado, porque las delegaciones entendieron que una cita de ese tipo se debería concretar sólo cuando haya un acuerdo o se esté a punto de lograrlo.

Concluidas las reuniones de Madrid, iniciadas el miércoles con una cena, los representantes de los dos gobiernos admitieron que la discusión fue dura.

Alberto Fernández dijo que actuaron sinceramente y de frente, ya que "es muy bueno hablar mirándose a los ojos". En tanto que Gargano, manifestó que pusieron con claridad sobre la mesa sus posiciones, "buscando soluciones concretas".

De lo que nadie duda es que España ha facilitado efectivamente que se inicie el diálogo y que se lo haga sobre bases firmes, como lo destacó el ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), de visita privada en Madrid.

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