LÍBANO: Israel avanza por tierra, Hezbolá responde

Israel avanzó por tierra en Líbano este martes, mientras el movimiento islamista chiita Hezbolá (Partido de Dios) lanzó más misiles matando a dos soldados. En medio del fuego cruzado, aumenta el número de civiles desplazados.

Un funcionario de la Fuerza Aérea israelí anunció que "el jefe de Estado Mayor del Ejército, Dan Halutz, dio la orden de destruir 10 edificios de varios pisos en el distrito de Dahaya (Beirut) en represalia por cada misil lanzado (por el Hezbolá) contra (la septentrional ciudad israelí de) Haifa".

Este anuncio llegó como una advertencia de más castigos colectivos contra los civiles libaneses. Las Convenciones de Ginebra, que rigen el derecho internacional humanitario, parecen haber sido olvidadas.

No hay miras de un cese de las hostilidades. El brigadier general Alon Friedman, del Ejército israelí, anunció que "el alcance (de la ofensiva) seguirá creciendo. Estamos avanzando". El militar admitió que los bombardeos podrían continuar otros 10 días.

Mientras el ejército israelí avanzaba por tierra este martes en el territorio libanés, hasta la localidad de Bint Jbail, considerada la "capital" del Hezbolá, el movimiento islamista respondía con misiles, matando a dos soldados, según informes locales.
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El Hezbolá aseguró también haber abatido un helicóptero Apache israelí y destruido varios tanques de guerra. Hasta ahora, 20 soldados de Israel han muerto en los enfrentamientos.

Mientras continuaba el avance israelí en el sur libanés, Beirut se preparaba para recibir más desplazados.

Por lo menos 900.000 libaneses se han visto obligados a abandonar sus hogares por causa de la ofensiva de Israel, iniciada el 12 de este mes en respuesta al secuestro de dos de sus soldados por parte del Hezbolá.

Más de 380 libaneses y de 40 israelíes han muerto hasta ahora por el conflicto.

"Los israelíes bombardearon todo lo que estaba alrededor de nuestra casa, por eso nos fuimos hace 12 días. Nos quedamos sin agua y sin electricidad desde que comenzó el ataque, así que escapamos para salvar nuestras vidas", dijo a IPS Supinesh Attar, un libanés de 50 años, procedente de la meridional ciudad de Nabatiye, y ahora refugiado en un campamento instalado en uno de los parques céntricos de Beirut.

Attar, sentado en un banco y con un pedazo de pan que acababa de recibir de un trabajador voluntario, contó que siempre tenía hambre y que no sabía dónde instalarse. "Mi familia, de 12 miembros, está disgregada por toda Beirut. Estoy solo en este parque", señaló.

Sarjoun Namdi, un trabajador voluntario del campamento, dijo a IPS que en el lugar había entre 3.000 y 4.000 personas.

"Cada día llegan entre 600 y 700 nuevos refugiados, y procuramos llevarlos a sitios más seguros. Este lugar tiene poca higiene y no hay suficiente comida", explicó, mientras aviones israelíes sobrevolaban la zona.

Las agencias humanitarias exigen que se abra un corredor seguro para el acceso de la ayuda internacional y el traslado de los civiles desplazados.

Organizaciones internacionales alertaron que se avecina una gran catástrofe humanitaria a menos que se acelere el acceso a los suministros, bloqueado por los bombardeos y la propagada destrucción de infraestructura.

La Cruz Roja Libanesa sigue trabajando contrarreloj para atender a los heridos, distribuir alimentos, agua potable, frazadas y colchones.

El Ministerio de Defensa israelí anunció este martes que prevé crear un "corredor de seguridad" en el sur de Líbano para facilitar el trabajo de las agencias.

Por ahora, la mayor parte de la ayuda a los desplazados y heridos es provista por grupos locales.

Varios de los campamentos para desplazados en escuelas y parques de Beirut visitados por IPS eran administrados por mezquitas, iglesias organizaciones de la sociedad civil y el propio Hezbolá.

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