SALUD-BRASIL: Ayuda japonesa en la Amazonia profunda

Un año de mochilero por América, al estilo de lo sucedido décadas atrás con un joven Ernesto Che Guevara, cambió el destino del estudiante japonés Toru Sadamori. Volvió a su país para graduarse en ingeniería electrónica, pero su sueño ya no era conseguir un empleo en Sony o Panasonic.

La realidad sudamericana, que contrasta con la riqueza de Japón o Estados Unidos, y los "muchos niños de la calle" conmovieron a Sadamori, como a comienzos de los años 50 había impactado al argentino Guevara, de tal modo que lo llevó luego a luchar por cambios sociales y políticos con un arma en la mano por América Latina.

Pero el joven japonés tomó un camino bien distinto y pacífico al decidirse por un trabajo social en "favelas" (barrios pobres hacinados) de Sao Paulo. Ese plan implicaba sólo un año de labor, pero ya suman 14 años en Brasil, los tres últimos en Manicoré, un municipio de la Amazonia profunda.

Después de 11 años instalando guarderías y clínicas ambulatorias y cuidando huérfanos y la salud materno-infantil en Sao Paulo y en Ceará, un estado del empobrecido nordeste brasileño, lo contrató la organización no gubernamental japonesa Servicio de Salud y Desarrollo (Hands, del inglés Health and Development Service), para un plan de promoción de salud en Manicoré.

El proyecto de dos años y medio de duración, finalizado en marzo, capacitó 150 agentes comunitarios de salud, en general con nivel de enseñanza secundaria, que ahora prestan asistencia básica a las familias, informó a IPS el secretario municipal de Salud, Elvis Roberto Matos.

El entrenamiento, divido en temas como higiene, salud infantil y tratamiento del agua, se hizo en módulos mensuales de dos días.

Los cursos tenían que ser cortos porque es difícil reunir en la ciudad a los agentes de comunidades dispersas, dos tercios viviendo en zonas rurales y dependiendo de barcos para su transporte, en viajes largos que en algunos casos dura "casi un día entero", explicó Matos.

Hands aportó recursos para la capacitación, desarrollada en asociación con la alcaldía local. La fuente de financiación es la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA por sus siglas en inglés).

Unas 60 personas capacitadas son de Líderes Comunitarias de la Pastoral de la Niñez, una organización católica que moviliza a cerca de 250.000 voluntarias en todo el territorio de Brasil y cuya actuación en salud y nutrición ayudó decisivamente a reducir la mortalidad infantil.

El proyecto de Hands fue "muy importante" por promover, además de la capacitación, el trabajo conjunto de agentes de salud con los que acompañan a los niños, "mejorando la asistencia, ahorrando y aunando recursos", evaluó para IPS la monja Luisa de Souza, coordinadora local de la Pastoral de la Niñez.

Si alguien de la alcaldía visita las comunidades lejanas, "aprovechamos para ir juntos", apuntó a modo de ejemplo.

Con 76 años de edad y decidida a prolongar sus 54 años de actuación social en el nordeste de Brasil y en la Amazonia, "mientras tenga fuerzas", la monja elogió el trabajo "humano" de Sadamori, que "hace todo por la comunidad y no por sí mismo".

Manicoré tiene 48.282 kilómetros cuadrados, 15 por ciento más que Holanda o la isla japonesa de Kyushu. Su población oficial es de 38.000 habitantes, pero puede alcanzar unos 50.000 este año, debido a la expansión agrícola en el sur del municipio, una nueva frontera de la soja, destacó el secretario Matos. Más de la mitad de sus pobladores son campesinos.

La economía pobre, de base agrícola y que produce principalmente alimentos, como frutas y mandioca, comprendiendo también extracción de oro, caucho natural, castaña y madera.

Ubicado en las orillas del río Madeira, el segundo más extenso en la cuenca amazónica, Manicoré dispone de mucha agua, pero es justamente esa riqueza natural el vector de las enfermedades más frecuentes, como diarrea y verminosis (parásitos de la familia Metastrongylidae) en los niños, porque la población bebe agua de los cursos donde vuelcan heces y basura.

Es importante, por ello, la orientación impartida por los agentes de salud sobre el tratamiento del agua, destacó Sadamori. Por ejemplo, había resistencias a usar cloro, porque decían que tenía "un gusto malo" y que nunca lo habían usado y seguían vivos, relató a IPS. Empero, cambiaron y las madres hoy reconocen la reducción de las diarreas.

Hnads hizo encuestas antes y después de la ejecución del proyecto para evaluar su eficiencia. Antes, sólo 12 por ciento de los pobladores urbanos y 74,3 de los de zonas rurales reconocían la importancia de los agentes para mantener la salud de sus familias. Después, los índices subieron respectivamente a 79 y 94,9 por ciento.

Las respuestas "sí" a la pregunta sobre si los agentes midieron la presión arterial pasaron de 10 por ciento a 75 por ciento en la ciudad y de 51,5 a 93,94 por ciento en la zona rural.

La diferencia se debe a que los pobladores urbanos, acostumbrados a recurrir al hospital y puestos de salud, no valoraban a los agentes, ahora reconocidos. Los campesinos, en cambio, siempre tuvieron las visitas de los agentes, voluntarios o remunerados por el gobierno, como "única asistencia", explicó Sadamori.

Para avanzar en salud, con efectos positivos en otras áreas, Sadamor trata ahora de impulsar otro proyecto que espera la aprobación de Hands, una red de comunicación por radio para resolver algunos problemas de la dispersión poblacional y las largas distancias.

La idea es instalar una estación central en el hospital de la ciudad y 30 transmisores-receptores en comunidades rurales. El sistema permitirá que médicos o enfermeras puedan orientar agentes a tratar casos que superen sus conocimientos básicos, o decidir por llevar el paciente a la ciudad.

El proyecto prevé también la compra de tres motores para equipar una especie de barcos-ambulancia, que se distribuirían por tres "puntos estratégicos" del municipio, para transportar pacientes que necesiten asistencia urgente.

Otra idea de Sadamori, que vive en Manicoré desde 2003 y allí se casó con una pobladora local y tuvo un hijo, es introducir el tema de salud en las enseñanza regular, formando especialmente profesoras en la zona rural. Luego trataría de extender la experiencia a otros municipios amazónicos.

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