BIRMANIA: Insurgencia karen se aferra a las armas

Los insurgentes armados de la comunidad étnica karen renovaron, al cumplirse 57 años de su lucha por la autonomía, su compromiso de no rendirse ante la dictadura militar de Birmania.

La Unión Nacional Karen parece resignada a sumergirse en una guerra de largo plazo, ignorada por la comunidad internacional y por la mayoría de los medios de comunicación del mundo.

Esta organización rebelde, una de las más antiguas de Birmania, ya no espera la atención que la prensa internacional dedica a los rebeldes del Movimiento Aceh Libre en Indonesia ni a los Tigres Tamiles de Sri Lanka.

Al celebrar un nuevo aniversario de su gesta en su bastión cerca de la frontera con Tailandia, la Unión Nacional Karen destacó el martes su determinación a no cejar en la lucha, porque, según aseguran sus dirigentes, la dictadura militar birmana no le ofrece alternativa.

"Rendirse está fuera de cuestión para nosotros", dijo a IPS Mahn Sha Lah Phan, secretario general de la organización, tras las celebraciones en algún lugar de la frontera.
[related_articles]
La Unión Nacional Karen no descartó un diálogo político con la junta militar que gobierna a Birmania, que se hace llamar Consejo Estatal de Paz y Desarrollo. "Estamos preparados para un diálogo político significativo con el Consejo, pero ellos no están interesados", dijo Mahn Sha Lah Phan.

La organización insurgente exige la autonomía política de la región que se extiende a lo largo de la frontera oriental de Birmania, donde viven siete millones de miembros de la etnia karen. El país tiene en total 50,5 millones de habitantes.

"Queremos igualdad nacional para los karen y que se nos reconozca el derecho a la autodeterminación", afirmó Mahn Sha Lah Phan. "Eso puede ocurrir en el marco de una federación dentro de Birmania. No estamos a favor de la separación ni intentamos dividir al país".

La posición de la Unión Nacional Karen marca un gran contraste con la de otras 17 organizaciones rebeldes de carácter étnico que firmaron acuerdos de cese del fuego con la dictadura birmana desde mediados de los años 90.

Pero otros insurgentes, como los de las comunidades shan y karenni, continúan alzados en armas.

Para los karen, los kareenni y los shan, la suspensión del diálogo político para la redacción de una nueva constitución birmana, decidida esta semana por la dictadura, fue muy oportuna, pues demuestra que estaban en lo correcto al no ceder ante los birmanos.

"El cese del fuego no condujo a acuerdos de paz ni a una reforma fundamental de la estructura política o del desarrollo económico en las áreas de donde proceden las 17 organizaciones étnicas que lo firmaron", dijo Debbie Stothard, de la no gubernamental Red Alternativa de Asean, que defiende los derechos humanos en el sudeste asiático.

"El Consejo ganó más control a expensas de los grupos rebeldes", agregó.

Se suponía que la Convención Nacional para elaborar la nueva constitución tomaría cartas en el asunto, pero esta instancia no ha sido propicia para que las organizaciones firmantes del cese del fuego expongan sus demandas.

Las propuestas fueron rechazadas, recordó Stothard. "Y lo que es peor es que las violaciones de derechos humanos por parte del ejército birmano no se detuvieron en las áreas del cese del fuego", agregó la activista.

Entre las siete demandas de estas comunidades en la sesión de la Convención Nacional en febrero y marzo de 2005 figuraba la creación de una estructura política federal, con constituciones, cuerpos legislativos y referendos separados para obtener la aprobación popular.

La batalla que las comunidades étnicas birmanas libran contra la dictadura suele quedar fuera de foco en la prensa internacional ante la lucha de la Liga Nacional para la Democracia, que lidera la premio Nobel de la Paz y presa política Aung San Suu Kyi.

Los generales no discriminan: transgreden los derechos humanos tanto de opositores políticos como de dirigentes de las comunidades étnicas, donde son frecuentes la violación, los trabajos y las reubicaciones forzadas y los ataques discriminados, según activistas.

La dictadura niega las acusaciones, y advierte que, desde su instauración con el golpe de estado de 1962, mantuvo unido a este país de Asia sudoriental.

Birmania tiene aproximadamente 130 comunidades étnicas. Entre ellas, las mayores son las chin, kachin, karen, karenni, mon, rakhine y shan, que pueblan mayormente las regiones limítrofes del país.

En la noche en que Birmania se independizó de los británicos en 1948, se alcanzó un acuerdo que aseguraba la igualdad entre todos los grupos étnicos y la mayoría birmana. Pero las promesas de ese documento, el Panglong Accord, nunca fueron implementadas.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe