FORO SOCIAL MUNDIAL: Es política, después de todo

«Como dijo Aristóteles, todo es política», recordó en el Foro Social Mundial el secretario general de la presidencia de Brasil, Luiz Dulci, al recoger el debate sobre el papel a cumplir por esta cita anual que marcó la sexta edición realizada en la capital venezolana.

La discusión sobre politización del Foro Social Mundial (FSM), si deben mantenerse como espacio para el encuentro o si debe articular campañas con objetivos precisos, viene desde la quinta edición concretada en su cuna, la meridional ciudad brasileña de Porto Alegre, luego del pasaje en 2004 por Mumbai, India.

El presidente del país anfitrión, Hugo Chávez, pidió a la Asamblea de los Movimientos Sociales, una coalición de 300 organizaciones y redes que actúa dentro del Foro, que "elaboren estrategias de poder en una ofensiva para construir un mundo mejor".

Antes, en un mitin organizado por la red internacional Vía Campesina, Chávez postuló que "el foro no debía folclorizarse o convertirse en una actividad de turismo revolucionario", al tiempo que insistió en su nueva consigna "socialismo o muerte".

El encuentro de Caracas culminó el domingo tras seis días de debates, con la presencia de unos 50.000 participantes de este país y unos 12.000 extranjeros, una semana después que alrededor de 10.000 africanos se concentraron con igual fin en Bamako. Esta edición policéntrica se completará a fines de marzo en la meridional ciudad pakistaní de Karachi.
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Este capítulo venezolano estuvo marcado por el escenario: un país cuyo líder coincide con lineamientos del FSM y quiere ver a toda América Latina gobernada por la izquierda, lo cual se suma a que muchos de los activistas llegaron desde el exterior precisamente para conocer de primera mano la marcha de la llamada "revolución bolivariana.

A su vez, Chávez estimó que el FSM "contribuirá a nuestro rumbo al socialismo", para agregar luego que "sería triste que este foro se siguiera haciendo y el mundo marchara como si esto no existiera".

En anteriores ediciones de este encuentro de la sociedad civil mundial, nacido por el particular impulso de activistas del izquierdista Partido de los Trabajadores, participó su líder y actual presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recordó Dulci, para quien "no hay por qué sorprenderse ante la presencia de políticos".

Para la dirigente indígena ecuatoriana Blanca Chancoso, el llamado de Chávez "es un compromiso más para que profundicemos la lucha". En tanto, para la brasileña Giannina Andrade, "los movimientos sociales no han dejado de tener protagonismo".

El FSM caraqueño cumplió más de 1.000 actividades propuestas por centenares de organizaciones sobre temas políticos, ambientales, de derechos humanos, indígenas, de comunicación, culturales, de género, contra el imperialismo y la guerra, entre otros.

Pero, advirtió Edgardo Lander, un organizador venezolano en el Comité Internacional del Foro, que la infraestructura de salas y de otros dispositivos logísticos resultó subutilizada. Es una muestra de que la interacción entre áreas, la atención a la actividad del otro, funcionó débilmente y, en cambio, la política se esparció sobre el conjunto del discurso.

"Siento que es más una cuestión de la prensa que se ha involucrado en el debate", estimó Gustavo Codas, de la Central Única de Trabajadores de Brasil. "No hay contradicción entre mantener el Foro como un espacio abierto y para construir convergencias y plataformas para la acción", estimó.

El periodista británico Richard Gott, autor de "A la sombra del Libertador" y seguidor tanto del FSM como del proceso político que lidera Chávez, sostiene que "es necesario, si se junta a mucha gente de todas partes del mundo, hacer una conclusión política".

Empero, por otra parte, "no creo que Chávez tenga mucho peso sobre el futuro de este encuentro mundial", apuntó.

El Comité Internacional del Foro decidió centrar sus esfuerzos en el éxito de la cita de 2007 en Nairobi, partiendo del éxito de participación conseguido en Bamako, pero tras constatar a la vez graves problemas de organización y dispersión.

El debate sobre la politización seguirá, vía Karachi, hasta Nairobi. "Los pueblos y los movimientos sociales, y no los gobernantes, son los que deben movilizarse para presionar, incluso sobre sus gobiernos, porque sin movilización no se hace nada", opinó el belga Eric Toussaint, presidente del Comité para la Anulación de la Deuda Externa del Tercer Mundo.

En cambio, para Francisca Rodríguez, de la Asociación de Mujeres Rurales de Chile, "el foro debe revisarse y dar un salto adelante, porque negamos estilos políticos y eso es contraproducente". "Si no hacemos ese avance, nos convertiremos en eternos turistas sociales", enfatizó.

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