Cuando sólo faltan dos días para comenzar la Cumbre Iberoamericana en esta histórica ciudad española, los temas de mayor preocupación están puestos sobre la mesa, como el hambre, el desarrollo y las migraciones, pero no así las respuestas oportunas y de consenso.
El presidente de Chile, el socialista Ricardo Lagos, quien llegó este miércoles a Madrid, ha sintetizado esos interrogantes preguntándose: "¿Podemos en la Comunidad Iberoamericana (de Naciones) abrirnos a trabajar para mantener y desarrollar economías dinámicas en sociedades basadas en la solidaridad?".
"¿Podemos (los gobernantes) gestar un centro o un programa destinado específicamente a la formación de los expertos y altos funcionarios capaces de conducir las políticas públicas con eficiencia y calidad?", también se preguntó.
Lagos mismo insinuó las respuestas: "Sólo la presencia de lo público, la voluntad política expresada de los ciudadanos, es lo que puede lograr que el crecimiento se acompañe con equidad. Y para ello necesitamos políticas sociales fuertes, claras, bien focalizadas".
Acerca de la relación entre los gobiernos y la sociedad civil se han pronunciado los dirigentes empresariales y sindicales de América Latina, España y Portugal que se reunieron el martes en Madrid, tras lo cual entregaron sus conclusiones al presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero.
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La más trascendente de esas propuestas, que Zapatero se comprometió a presentar a los demás jefes de Estado y de gobierno para su aprobación en las discusiones de este viernes y el sábado, es que se resuelva constituir un Consejo Económico y Social Iberoamericano.
En ese Consejo estarían representadas todas las organizaciones sindicales y empresariales de los países de habla española y portuguesa de América y Europa, así como de sus respectivos gobiernos.
El futuro organismo trabajaría estrechamente vinculado a la naciente Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), para encarar los asuntos económicos y sociales de la Comunidad.
A ese tema se anticipó también el presidente del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien recordó que la mayor parte de su vida la dedicó a luchar contra el hambre y la miseria.
Por eso, señaló que puede afirmar que "el hambre y la pobreza tienen soluciones internacionales", aunque "eso no quiere decir que los países no deban asumir sus responsabilidades para reducir las desigualdades y garantizar a todos una vida digna".
Empero, es innegable que el esfuerzo de cada país "ganará mucho si es respaldado internacionalmente", no sólo en ayudas sino "con iniciativas de fondo, que ataquen a las causas estructurales del hambre y de la pobreza en el mundo", añadió Lula en su aporte al libro "Iberoamérica, el mañana es hoy" .
La publicación prologada por Zapatero, que será presentada este jueves en la sede de la Cumbre en la occidental ciudad española de Salamanca, contiene un saludo del rey Juan Carlos y artículos de otros mandatarios iberoamericanos.
A un aspecto del tema manejado por Lula se refiere la Feria del Comercio Justo, instalada en Salamanca por organizaciones no gubernamentales que, aparte de ofrecer productos del mundo en desarrollo, reclaman levantar las barreras que impiden llegar con su comercio al Norte, lo que en la actualidad en gran medida está dificultado, y en casos impedido, por las trabas arancelarias.
El presidente del Uruguay, el izquierdista Tabaré Vázquez, es también categórico. Tras decir que se puede y se debe hablar sobre las desigualdades sociales, el comercio internacional, los acuerdos culturales y el tratamiento justo de las corrientes migratorias, puntualizó que "todo se resume en el tema del desarrollo y el combate a la pobreza".
Porque, explicó, "de ellos se derivan los otros temas y no hay responsabilidad más grande, cuando deliberan los jefes de Estado y de gobierno, que enfrentar juntos y solidariamente estos tremendos desafíos que conmueven la vida cotidiana de nuestros pueblos".
A este tema se refirió también el presidente mexicano, el conservador Vicente Fox, señalando que una forma de avanzar hacia el desarrollo iberoamericano es cumplir con los acuerdos que se adopten en estas Cumbres, algo que no siempre ocurre.
Una forma de hacerlo, subrayó, es que se aproveche la instalación de la SEGIB para incrementar la cooperación entre los países iberoamericanos, concebida como "un instrumento de solidaridad y vínculo político, económico, social y cultural".
Porque "debemos ayudarnos mutuamente a superar nuestros problemas y, entre otras cosas, apoyarnos para estar en posibilidad de alcanzar las metas del milenio en toda nuestra región", sostuvo.
Por su parte, el primer ministro de Portugal, José Sócrates, apoya la estrategia de desarrollo sostenible pero, al mismo tiempo, advierte de que la misma "no puede quedar perdida en el contexto de una globalización galopante".
Pues, "si el objetivo debe ser posibilitar que los pueblos alcancen desarrollo social y económico, así como de realización humana y cultural, eso debe ser hecho permitiendo, al mismo tiempo, un uso sostenible de los recursos de la tierra y preservando las especies y los hábitat naturales".
Todos estos temas fueron analizados el martes y este miércoles por los coordinadores nacionales, quienes prepararon un borrador de declaración final, que este jueves será analizado por los cancilleres y pasado el sábado a los mandatarios.
En esa declaración final está previsto que los gobernantes se concentran en la realidad socioeconómica de la Comunidad Iberoamericana, lanzando una agenda compartida, la migración y la proyección exterior del bloque.
En la proyección exterior se conferirán poderes especiales a Enrique Iglesias, el ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo que el 1 de octubre se hizo cargo de la SEGIB.
Además, varios mandatarios ya hicieron conocer a la organización de la Cumbre su apoyo a la propuesta de Zapatero de convocar en 2006 una gran Conferencia Internacional para abordar el tema de las migraciones.
