ARGENTINA: El derecho a parir bien

Una original campaña publicitaria en Argentina busca difundir entre las mujeres de todo el país su derecho a parir acompañadas, en la posición que les resulte más cómoda y sin intervenciones médicas tendentes a acelerar un proceso que debería ser natural.

Con apoyo financiero de la fundación holandesa Mama Cash, la organización no gubernamental de Argentina Dando a Luz consiguió colocar en la pantalla chica una serie de avisos publicitarios con actores, actrices y modelos famosos que exhortan a las mujeres a exigir que se respeten sus derechos a un parto seguro y natural.

”Que no te acuesten”, aconseja Leticia Brédice, una popular actriz actualmente grávida. La frase tiene doble sentido, ya que alude básicamente al derecho de optar por parir sentada, pero además en Argentina a alguien ”lo acuestan” cuando avasallan sus derechos y lo privan de su goce.

En otro aviso, la modelo Dolores Barreiro pregunta: ”¿Apurarías la salida del sol?”. Y enseguida remarca que las mujeres y sus bebés ”tenemos nuestro tiempo para parir y nacer”.

”El suero con oxitocina (la droga usada para acelerar el parto) o la ruptura artificial de bolsa sólo deben usarse en caso de extrema necesidad”, finaliza.

Otra actriz recomienda: ”no dejes que (al bebé) lo lleven de tu lado” y una tercera, que aparece sola con un ramo de flores en un registro civil, pregunta: ”¿Te imaginás casarte sola, sin novio y sin familia? ¿Por qué aceptamos estar sin la compañía de un ser querido en un momento tan importante como el nacimiento de nuestros hijos?”.

Los hombres también participaron. El actor y presentador de televisión Julián Weich aconseja que no se corte el cordón umbilical hasta que deje de latir, para que el recién nacido reciba un aporte óptimo de hierro. Esa práctica requiere unos minutos que los obstetras no siempre están dispuestos a perder.

La prédica se refiere a derechos de padres e hijos durante el nacimiento reconocidos en una ley nacional vigente desde noviembre de 2004. Pero la ausencia de difusión adecuada de su contenido ha facilitado la persistencia en hospitales públicos y privados de prácticas tradicionales que son totalmente contrarias a la norma.

La campaña, que se difunde en canales de televisión con llegada a todo el país, comenzó en la ”Semana Mundial por un Parto Respetado”, del 23 al 29 de mayo, y aún se emite. En diálogo con IPS, Sonia Cavia, integrante de Dando a Luz, comentó la gran repercusión que están logrando los avisos.

”Las consultas de mujeres crecieron al doble y hay algunas que preguntan cómo hacer para denunciar el maltrato recibido en clínicas del ámbito privado”, reveló. Las denunciantes habían acordado verbalmente con sus médicos evitar algunas prácticas innecesarias, pero los compromisos luego no se cumplieron.

Las recomendaciones para un parto natural resultan muy necesarias en un país donde muchas intervenciones médicas se han vuelto casi norma, aun cuando no son necesarias. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda reducir esas intervenciones y la excesiva ”medicalización” del parto, pero no siempre esto se cumple.

En las clínicas privadas de Argentina, la mitad de los partos se realiza por cesárea, una práctica que según la OMS se requiere en apenas 15 por ciento de casos, pero que es aplicada muchas veces para adecuar mejor la fecha del nacimiento a la agenda cargada del médico, o a la disponibilidad de camas de la maternidad.

Pero también es solicitada por numerosas mujeres, sobre todo de sectores medios y altos, lo que indicaría que ese grupo rechaza voluntariamente el parto natural.

Sin embargo, Cavia sostuvo que ”concluir que hay gran cantidad de cesáreas porque hay muchas mujeres que las prefieren es lo mismo que justificar la existencia de malos programas de televisión porque hay mucha gente que los ve”.

Según su criterio, se trata de una cuestión cultural. Después de tantos años de intervención médica, las mujeres tienen miedo y delegan las decisiones en los profesionales que las atienden, pero muchos de esos temores surgen por malas experiencias en partos normales que no fueron asistidos como se debe, dice.

En un parto ”normal” en cualquier hospital público, la mujer no es acompañada por ningún familiar, se le coloca una vía intravenosa con suero ”por rutina”, se la hace permanecer acostada, se le rompe la bolsa de líquido amniótico y se le suministran drogas para acelerar el ablandamiento del cuello uterino.

En algunos casos se siguen realizando en forma compulsiva enemas antes del parto, rasurado de vello púbico y ataduras de las piernas para que permanezcan inmóviles. Para realizar esas prácticas se ha alegado tradicionalmente que convienen a madres y bebés, pero su utilidad más clara se vincula con la conveniencia, la comodidad o la preferencia de los médicos.

Finalmente, en el momento expulsivo, se suele practica una episiotomía, o sea un corte con bisturí o tijeras en la piel y músculos entre la vagina y el ano, para ensanchar la salida del canal vaginal. Está demostrado que esa intervención no evita, como se arguyó durante mucho tiempo, los desgarros, y en cambio condena a grandes cantidades de mujeres a un posparto doloroso.

De acuerdo con el Centro Latinoamericano de Perinatología, en Argentina la episiotomía se aplica en 85 por ciento de los partos de embarazadas primerizas, a pesar de que ningún estudio científico justifica una utilización tan masiva. La cicatrización es dolorosa y la reanudación de las relaciones sexuales se retrasa.

”Después de un parto 'normal' donde la mujer está sola, con suero y episiotomía, es entendible que muchas prefieran una cesárea” en el siguiente , comentó Cavia.

En este contexto, la nueva ley de derechos del nacimiento prevé que toda mujer grávida, asistida en el ámbito público o en el privado, tiene derecho a ser tratada con respeto e informada previamente sobre intervenciones médicas realizables en su parto, a fin de que pueda optar cuando haya alternativas.

La norma es explícita al considerar que la mujer ”tiene derecho a ser considerada sana” y a tener un parto ”natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer”.

Del mismo modo, la norma afirma que la mujer puede estar acompañada durante el parto, y optar luego por tener a su lado a su hijo o hija, siempre y cuando no requiera cuidados especiales de urgencia.

El incumplimiento de esas normas y de otras incluidas en la ley es considerado ”falta grave” y puede derivar en sanciones a las instituciones o los profesionales responsables. No obstante, Cavia asegura que de acuerdo con su observación ”la ley no se cumple en ningún lado”.

En lo que va del año, Dando a Luz realizó diversas presentaciones judiciales a través de la Defensoría del Pueblo por incumplimiento de la ley, que obligaron a directivos de hospitales a dar explicaciones y a corregir hábitos.

En algunos hospitales se exige a los padres asistir a un curso como condición para estar presentes en el parto, y en otros se les prohíbe el ingreso cuando la mujer es sometida a estudios ecográficos, todas limitaciones que ahora son ilegales. No se puede poner condiciones al acompañamiento de la mujer.

En su descargo, los hospitales invocan falta de infraestructura para permitir el ingreso de acompañantes, y derecho a la intimidad de otras mujeres internadas. Pero Cavia aseguró que la verdadera razón de la restricción es la preferencia de trabajar ”sin testigos” que verifiquen si se cumplen o no las normas.

Ante tanta resistencia, la organización recomienda a las mujeres presentar una ”carta de consentimiento informado” para una atención del parto y el nacimiento respetuosa y segura, que debe ser presentada antes del parto a las autoridades del hospital y jefes de servicios de obstetricia y neonatología.

En la carta, que la asociación recomienda reproducir de su sitio en Internet, la mujer tiene que exponer las condiciones en las que desea que se desarrollen su parto y posparto. También se recomienda llevar cinco copias, repartir cuatro y quedarse con la restante, sellada para certificar que fue recibida.

A cada una de las copias se debe adjuntar, según Dando a Luz, gran cantidad de información adicional, por ejemplo el texto de la nueva ley y las recomendaciones de la OMS. Todo ese trámite, que pocas mujeres están en condiciones de hacer, para que se respeten sus deseos y derechos legales.

”Sabemos que no es fácil pero no hay otra manera de hacerlo. Pretendemos que las mujeres se 'empoderen' y exijan que se respete su derecho a un parto seguro y saludable”, remarcó Cavia.

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