SIDA: Niños mueren por falta de medicamentos

La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras reclamó políticas para impedir que 50 por ciento de las niñas y niños con sida sigan muriendo antes de cumplir dos años de vida.

Un defecto del mercado determina la ausencia de medicinas para atender a los niños que padecen del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y de su secuela, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), dijo Daniel Berman, coordinador del tema de la epidemia en la agencia humanitaria.

En los países industriales, con poblaciones de alto poder adquisitivo, no existen prácticamente casos de niños contagiados de sida. La abrumadora mayoría de los menores enfermos se registra en las naciones pobres que no pueden afrontar tratamientos costosos.

Los fármacos para niños con sida son increíblemente más caros que las fórmulas medicinales destinadas a los adultos, insistió Berman.

Médicos Sin Fronteras demanda que las instituciones internacionales especializadas establezcan directrices claras para favorecer el acceso de los niños enfermos a los tratamientos apropiados.

La petición fue dirigida a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que celebran esta semana en Ginebra una reunión para examinar las cuestiones pediátricas más críticas.

Las dos instituciones intergubernamentales deben trabajar con los gobiernos y con las compañías farmacéuticas para corregir el desinterés comercial por los medicamentos contra el sida infantil, estimó Berman.

A fines de 2003 se calculaba que había en el mundo 2,5 millones de niños contagiados de VIH/sida. Sólo en ese año, el número de menores infectados se elevó a 700.000. La mayoría de los casos, un 88,6 por ciento, se registra en los países africanos ubicados al sur del Sahara.

Médicos Sin Fronteras fue una de las organizaciones no gubernamentales que encabezaron la campaña internacional contra las barreras comerciales que impedían el acceso a los fármacos contra el sida de los países en desarrollo.

Como resultado de esas acciones, los enfermos de esas naciones han comenzado desde 2003 a recibir los tratamientos adecuados, observó el farmacéutico Fernando Pascual, miembro de la campaña de MSF por el acceso a las medicinas esenciales.

Empero, los niños se encuentran ahora en la misma situación que los adultos afrontaban unos cuatro años atrás pues no existen las combinaciones dobles o triples de fármacos contra el sida en dosis adecuadas para los menores.

En los pocos casos en que esas drogas están disponibles, sus precios son desmesurados pues superan más de seis veces el valor de los mismos medicamentos para adultos, observó Pascual.

Por ejemplo, el suministro de tres diferentes tipos de jarabes a un niño de 14 kilogramos de peso requiere un gasto anual de 1.300 dólares. La misma terapia para un adulto cuesta sólo 200 dólares por año.

Koen Frederix, un pediatra que trabaja con MSF, relató su experiencia en Tailandia, donde faltan fórmulas medicinales para niños ”a pesar de que es uno de los mejores países para trabajar en la enfermedad” porque tiene producción de genéricos, medicamentos con el mismo principio activo pero menos costosos que los originales patentados por grandes laboratorios.

Los médicos no disponen de herramientas para suministrar medicinas antirretrovirales ni tampoco cuentan con orientaciones psicológicas para apoyar a los niños durante el tratamiento con fármacos, dijo Frederix.

El pediatra de MSF trabaja ahora en Malawi, el país de Africa meridional de 11 millones de habitantes, donde el sida afecta a 15 por ciento de la población. La epidemia cobra cada año la vida de 86.000 adultos y niños y la expectativa de vida se ha reducido a 38,5 años.

Ante la ausencia de fármacos producidos especialmente para niños, los médicos o las familias de los menores deben dividir las tabletas confeccionadas para adultos, con la esperanza de que las dosis suministradas sean las adecuadas, explicó Frederix.

Los niños pequeños no pueden tragar los comprimidos para adultos, y se les debería suministrar jarabes en diferentes cantidades. Esa alternativa forzada complica los tratamientos, mencionó Frederix.

En esas condiciones, los niños representan 17 por ciento de los decesos por sida, a pesar de que solo constituyen seis por ciento de los nuevos contagios.

Médicos Sin Fronteras apremió a la OMS, a Unicef y a los gobiernos para que asuman la gravedad de la crisis y se encarguen de superar la ausencia del mercado en los medicamentos contra el sida destinados a los niños.

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