CUBA-ARGENTINA: Castro abre sus brazos a Kirchner

La distancia más política que geográfica que separó durante años a Cuba de Argentina parece haberse acortado sensiblemente desde el arribo hace poco más de un año a la presidencia de ese país sudamericano de Néstor Kirchner.

”Somos hermanos, hablamos el mismo idioma y tenemos intereses comunes”, afirmó el presidente cubano, Fidel Castro, para quien las relaciones entre los dos países son ”excelentes” en la actualidad.

Castro hizo estas declaraciones al visitar por primera vez desde octubre de 1998 la residencia del embajador argentino en La Habana, en un gesto que se reserva para aquellos países con los cuales su gobierno mantiene vínculos muy cercanos.

El mandatario de Cuba se presentó de modo sorpresivo el miércoles por la noche en un cóctel que ofrecía el embajador Raúl Taleb a los integrantes de una misión empresarial de la oriental provincia argentina de Entre Ríos.

Llegó por media hora, según confesó el mismo, y se quedó más de cuatro. La conversación fue desde la industria azucarera cubana y los precios internacionales del petróleo hasta los valores alimentarios del trigo y de la soja.

En un aparte con representantes de la prensa extranjera acreditada ante La Habana, Castro reiteró la invitación cursada a Kirchner para que visite Cuba cuando así lo estime y sin ningún tipo de presiones. ”El puede venir mañana, dentro de un mes, cuando él quiera”, dijo.

Argentina se abstuvo este año por segunda ocasión consecutiva durante la votación de una resolución sobre Cuba en la sesión anual que realiza en su sede de Ginebra la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, posición considerada por el gobierno cubano de valiente.

Hasta entonces y durante 12 años, Buenos Aires había votado a favor de la resolución de condena a esta isla caribeña que se presenta cada vez por impulso de Estados Unidos ante la Comisión, en una política abiertamente crítica hacia Cuba y muy cercana a la promovida desde Washington.

Los vínculos entre La Habana y Buenos Aires atravesaron uno de sus peores momentos en febrero de 2001, cuando Castro acusó al entonces presidente argentino Fernando De la Rúa (1999-2001) de ”lamer la bota de los yanquis” por el recurrente motivo del voto en Ginebra.

La crisis condujo a la decisión argentina de retirar a su embajador de la isla, medida que no fue correspondida por la parte cubana.

La historia dio un giro de 180 grados en mayo del año pasado cuando, tras la votación de abril en Ginebra, Castro decidió viajar a Buenos Aires para asistir el 25 de mayo a la toma de posesión de la presidencia de Kirchner, otro gesto sólo reservado para los amigos.

Tras el viaje del mandatario cubano, el proceso de normalización continuó con la visita en octubre de 2003 a La Habana del nuevo canciller argentino, Rafael Bielsa, y, a su vez, el viaje a Buenos Aires de su homólogo cubano, Felipe Pérez Roque.

El acercamiento fue criticado en enero pasado por el secretario adjunto para Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, Roger Noriega. Washington está ”preocupado y decepcionado” por las relaciones de Kirchner con Castro, afirmó.

En el primer semestre de 2004, Cuba compró al contado a Argentina productos por alrededor de 70 millones de dólares, monto que duplica las importaciones realizadas desde el país suramericano el pasado año, según fuentes argentinas.

La misión empresarial argentina está encabezada por el subsecretario de Industria, Comercio, Pequeñas y Medianas Empresas y Relaciones Económicas Internacionales de Entre Rios, José Aberto Gómez, e incluye representantes de los sectores exportadores de arroz, carne bovina, productos avícolas, lácteos y pescado.

Pedro Alvarez, presidente de la empresa estatal cubana Alimport, afirmó que, tras una compra inicial de soja y sus derivados por 25 millones de dólares las empresas argentinas propusieron la venta de leche, pollo y arroz.

De acuerdo con Alvarez, durante la conversación sostenida en privado con la misión empresarial, Castro propuso una operación de ”contracomercio” por 200 millones de dólares, 100 millones por cada país.

El negocio implicaría el intercambio de medicamentos y vacunas cubanas, por alimentos argentinos.

Sobre la posibilidad de que las compras al contado a Argentina pudieran incidir en las operaciones similares que Cuba realiza con empresas estadounidenses del sector agropecuario, el mandatario aseguró que hay ”mercado para todos”.

”Hasta ahora ha habido dinero y estamos más puntuales que nunca pagándolo todo y al contado, quién iba a decir, decían que no íbamos a pagar y estamos cumpliendo estrictamente”, aseguró el mandatario en su diálogo con la prensa extranjera.

Las compras al contado son una garantía para las empresas de Argentina, país con el que Cuba mantiene una antigua y abundante deuda.

La Habana, en tanto, cuenta con el apoyo del gobierno de Kirchner para la firma de un acuerdo cuatro más uno con el Mercado Común del Sur (Mercosur), posibilidad a la que en la actualidad se opone Uruguay, que junto a Brasil y Paraguay completan el bloque. (

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