EEUU: Ex diplomáticos fustigan alineamiento con Israel

Unos 60 ex diplomáticos de Estados Unidos y ex funcionarios de otras áreas del gobierno presentarán una enérgica carta de protesta contra la política del presidente George W. Bush hacia el conflicto palestino-israelí.

Sin embargo, se prevé que la carta no tendrá mayor impacto, pues el rival de Bush rumbo a las elecciones de noviembre, John F. Kerry, del opositor Partido Demócrata, exhibe crecientes coincidencias con el gobierno de Ariel Sharon e incluso con su política de ”asesinatos selectivos”.

La carta fue inspirada por un texto similar firmado por 52 ex funcionarios británicos al primer ministro Tony Blair, según la cual el apoyo de Londres a Bush en Iraq y en Medio Oriente en general estaba ”condenado al fracaso”.

Los ex diplomáticos estadounidenses aplaudieron a sus pares británicos, pero se concentraron en la cuestión palestina, en particular en la adhesión de Bush al plan israelí de retirada unilateral de Gaza aunque consolidando dos grandes asentamientos judíos ilegales en Cisjordania.

Tal pronunciamiento de la Casa Blanca, al igual que el rechazo del derecho de los refugiados palestinos a regresar a sus hogares en territorio palestino, ”revierte la antigua política estadounidense en Medio Oriente”, observaron.
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De todos modos, el plan del primer ministro israelí Ariel Sharon fue rechazado el fin de semana por su propio partido, el conservador Likud, la mayoría de cuyos dirigentes lo consideraron entreguista.

El ”incondicional apoyo” de Bush a la política ”de asesinatos extrajudiciales de Sharon, (de separar Cisjordania e Israel) la barrera semejante al muro de Berlín, sus duras medidas militares en territorios ocupados y ahora su adhesión al plan unilateral le está costando a nuestro país credibilidad, prestigio y amigos”, dice la carta.

Los expertos advirtieron que tal ”adhesión incondicional” tampoco redundaba ”en beneficio del Estado de Israel”.

La carta, que aún circula para su firma, será enviada a Bush el 28 de marzo. Sus redactores informaron que recibieron una ”asombrosa” respuesta de sus pares.

Ya la han suscripto al menos 16 ex embajadores, la mayoría de los cuales —como Edward Peck, James Akins, Talcott Seelye y Chas Freeman, Jr.— representaron a Estados Unidos en países árabes.

También figuran ex segundos de embajadas, ex cónsules y ex jefes y subjefes de estación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), incluido el conocido Ray Close.

Como firmantes aparecen, asimismo, funcionarios de la gubernamental Agencia de Información de Estados Unidos (USIA) y de la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid).

La protesta fue organizada por el ex embajador en Qatar Andrew Killgore y el ex jefe inspector de USIA Richard Curtiss.

A pesar de la fama de algunos de los firmantes, se prevé que el impacto de la carta no sea tan notable como la controversia desatada por la misiva británica a Blair.

Las políticas de Blair hacia Medio Oriente son objeto de fuertes críticas tanto dentro de su Partido Laborista como de los opositores Conservador y Liberal Demócrata. Mientras, el alineamiento de Bush con Sharon no ha despertado mayores críticas, ni siquiera del demócrata Kerry.

Poco después de que Bush adhirió al plan de Sharon de retirada de Gaza, Kerry no sólo declaró que también apoyaba esa iniciativa, sino tambien el asesinato del líder del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), Abdel Aziz Rantisi.

El crimen desató fuertes muestras de repudio entre los aliados de Estados Unidos en Europa y en el mundo árabe, los mismos países a los que, según el propio Kerry, el gobierno de Bush ha ignorado poniendo en peligro la posición internacional de Washington.

Las declaraciones de Kerry han sido interpretadas como un intento de impedir que el electorado judío, históricamente alineado con el Partido Demócrata, decida votar al republicano Bush, en una carrera presidencial extremadamente cerrada.

Así, Kerry dejó de lado sus anteriores propuestas de encomendar la supervisión de renovadas negociaciones entre Palestina e Israel al ex presidente Jimmy Carter o al ex secretario de Estado (canciller) James Baker.

Aquella iniciativa no pasó desapercibida, debido a ”la percepción de la comunidad judía de que (Carter y Baker) son solidarios con las posiciones árabes”, como apuntó el diario israelí Haaretz.

También Bush hace en su campaña un gran esfuerzo por conquistar el voto judío, pero casi exclusivamente basado sobre su firme apoyo a Sharon, a pesar del hecho de que la mayoría de los judíos estadounidenses no apoyan el Likud y sus posiciones en la negociación con los palestinos.

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