AZUCAR-CUBA: Pobre como hace 100 años

La magra cosecha azucarera de este año de Cuba y la caída de los precios internacionales impactarán en las alicaídas arcas estatales y neutralizará el repunte esperado del producto interno bruto de la mano del buen desempeño del turismo y otros sectores.

El gobierno no informó el resultado de la zafra finalizada en junio, pero especialistas sitúan la producción entre 2,1 y 2,2 millones de toneladas de azúcar, sólo comparable a las obtenidas a principios del siglo XX, lo cual obliga a importar de Brasil, Colombia y en un futuro hasta de Estados Unidos.

Esa estimación extraoficial significa casi un millón y medio de toneladas menos de azúcar para exportar, respecto de la cosecha anterior (2001-2002), y alrededor de 250 o 300 millones de dólares que no ingresarán a las debilitadas cuentas fiscales, según sea el precio promedio al terminar el año.

La libra (400 gramos) de azúcar en el mercado internacional se mantuvo este mes por debajo de los siete centavos de dólar, aunque la menor oferta que suele ser habitual al finalizar el año podría llevar los precios hasta ocho centavos, según expertos.

Los bajos precios del azúcar en el mercado mundial obligaron al gobierno cubano de Fidel Castro a redimensionar las capacidades del sector y ajustarlo a una producción que no superara los cuatro millones de toneladas anuales.

La reforma redujo a 71 los ingenios azucareros, más 14 para derivados, lo cual llevó a liberar de caña más de un millón de hectáreas para siembra de árboles frutales y para producción maderera, cultivo de hortalizas y crianza de animales.

”El magro resultado de la zafra genera cierta incertidumbre ante los beneficios e importancia de ese proceso iniciado el pasado año”, advirtió a IPS un economista que pidió reserva de su nombre.

Para cumplir sus compromisos de exportación y satisfacer el consumo interno, estimado en unas 700.000 toneladas anuales, Cuba tuvo incluso que importar algunas cantidades de azúcar a Brasil y Colombia.

Alimport, empresa cubana importadora de alimentos, negocia con la firma PS Internacional, del sudoriental estado estadounidense de Carolina del Norte, la compra de unas 5.000 a 15.000 toneladas de azúcar, destinadas también al comercio doméstico.

Sin embargo, la transacción, que depende de una cuota de exportación que decide el gobierno estadounidense de George W. Bush, puede frustrarse por presiones de productores del sudoriental estado de Florida.

La zafra cubana resultó la más larga (unos 180 días) de los últimos ocho años y probablemente la de peores resultados en cuanto a producción diaria de azúcar, dijo Juan Triana, director del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC).

Triana opinó que ”el pobre rendimiento de caña por hectárea” continúa siendo el más importante impedimento para alcanzar producciones mayores de un renglón que actualmente representa 40 por ciento de las exportaciones cubanas.

”El mayor rendimiento agrícola fue obtenido en 1989, cuando se alcanzó a producir 64,1 toneladas por hectárea, pero desde 1992 la producción cañera cubana no rebasa las 40 toneladas por hectárea”, explicó.

El directivo del CEEC, institución académica dependiente de la Universidad de La Habana, se refirió al tema en un artículo sobre el desarrollo de la economía cubana durante el primer semestre de este año.

A juicio del investigador, los resultados favorables del turismo, así como en los sectores energético, comunicaciones y de servicios, entre otros, ”amortiguan el mal desempeño de la producción azucarera”.

Triana considera ”muy probable” que se ”haga realidad” el crecimiento previsto de 1,5 por ciento este año, teniendo en cuenta que el desempeño económico del primer semestre suele ser determinante en los resultados anuales.

A pesar de que otros especialistas auguran que el aumento del producto será ”superior” al proyectado, están también quienes insisten en que el impacto de la mala cosecha azucarera puede ”atenuar el ritmo de crecimiento esperado”.

Un economista experto en temas azucareros recordó el efecto ”multiplicador” que encierra esa agroindustria para la economía cubana en su conjunto.

Al respecto, mencionó limitaciones para la obtención de créditos, menor disponibilidad de alcoholes y levadura, así como de bagazo para la cogeneración de energía eléctrica, fabricación de papel y alimento animal.

”También podrían verse perjudicadas las exportaciones de mieles finales y de la industria de bebidas alcohólicas”, consideró la fuente, que en este último caso no descarta una baja de la oferta en el mercado interno.

Para el experto, la falta de combustible e insumos como fertilizantes y herbicidas, así como de apoyo financiero para cerrar con eficiencia el ciclo productivo son problemas que afectan a la agroindustria del azúcar desde los últimos años del pasado siglo.

”La atención a las plantaciones no se ha visto favorecida y es de esperar que ello se manifieste en disponibilidades menores de caña para la próxima zafra, la segunda después de la reducción de área sembrada”, señaló.

El programa de reestructuración prevé reducir a menos de la mitad las tierras hasta ahora dedicadas a la siembra de caña, en un proceso paulatino que debería finalizar en 2004, según han explicado autoridades del sector.

Cuba tenía una capacidad instalada de casi 10 millones de toneladas de azúcar, adecuada para responder a las necesidades del desaparecido campo socialista de Europa y de la Unión Soviética, principales socio comerciales de la isla hasta fines de los años 80.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe