AGRICULTURA-BRASIL: Lula baja presión campesina

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, prometió entregar tierras para trabajar a 400.000 familias en sus próximos cuatro años de gobierno, logrando convencer a los campesinos que reclamaban esa medida para un millón hasta 2006.

El gobierno anunció este viernes su Plan Nacional de Reforma Agraria, ante la presión de más de 3.000 manifestantes reunidos en Brasilia esta semana, movilizados por el Movimiento de los Sin Tierra (MST) y la Confederación Nacional de Trabajadores en la Agricultura (Contag).

Los militantes del MST llegaron el miércoles a la capital brasileña, después de caminar 210 kilómetros de carretera desde el 10 de noviembre, cuando salieron de Goiania, capital del céntrico estado de Goiás.

”Paciencia”, pidió Lula, al hablar ante los campesinos, indicando que la reforma agraria se hará sin atropellos, ”dentro de las posibilidades” del país.

Su gobierno no cometerá errores del pasado, por eso además de asentar las familias en las parcelas estimulará la organización de cooperativas y creará mecanismos para ofrecerles tecnología y crédito a los nuevos agricultores, destacó.

El plan anunciado por el Ministerio de Desarrollo Agrario prevé el asentamiento de 35.000 familias este año y cantidades superiores luego hasta completar casi 400.000 en los próximos tres años.

Además indica que 500.000 familias serán beneficiadas por la legalización de la propiedad de las tierras que ya trabajan y otras 127.500 podrán adquirir parcelas por medio del sistema de crédito a la explotación rural.

Ese proceso y la expansión de la agricultura empresarial generarán 2,75 millones de nuevos empleos rurales, asegura el plan.

Es un avance en relación al gobierno anterior, del presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), pues ahora la tarea es ayudar a las autoridades a cumplir su programa, opinó el presidente de la Contag, Manuel José dos Santos.

Sin embargo, los líderes del MST resaltaron que no forma parte de la reforma agraria formalizar la posesión de tierras ya ocupadas ni financiar compras que serán pagadas más tarde. Lo que cuentan son los asentamientos nuevos en propiedades improductivas expropiadas.

El movimiento esperará hasta junio próximo por el cumplimiento de las promesas gubernamentales y seguirá movilizado por una verdadera reforma agraria, dijo Joao Paulo Rodrigues, uno de los coordinadores del MST que actúa en Brasilia.

Otro coordinador e ideólogo del MST, Joao Pedro Stédile, saludó el gesto del presidente Lula de visitar este viernes el campamento de los manifestantes de los trabajadores sin tierra levantado en un parque de Brasilia y hablarles directamente. Esto indica que la reforma agraria ”ahora va”, afirmó.

En la víspera, Stédile había dicho que sólo la presión popular, con ocupaciones de grandes haciendas y otras movilizaciones, podrá promover la redistribución de las tierras en Brasil, concentradas en las manos de pocos miles de latifundistas. El gobierno poco puede hacer por sí sólo, sostuvo.

El MST, la Contag y la Comisión Pastoral de la Tierra, órgano de la Iglesia Católica brasileña, reclamaban la aprobación del programa propuesto por un grupo de expertos, encabezados por Plinio de Arruda Sampaio, que prevé el asentamiento de un millón de familias durante el gobierno de Lula, siendo 200.000 por año entre 2003 y 2005 y 400.000 en 2006.

Esa es una meta ”no factible por razones fiscales y operacionales”, evaluó para IPS Antonio Buainain, profesor de la Universidad de Campinas, especializado en economía agrícola.

El gobierno no dispone de recursos para asentar tanta gente, mientras hace un esfuerzo para equilibrar las cuentas públicas, con fuerte reducción de gastos. Además, tal meta exigiría cambiar el modelo de asentamientos y las instituciones responsables, hoy incapaces de acelerar su ritmo, según el economista.

La intervención en la realidad de las haciendas tiene ”reglas y plazos que obligan a cierta lentitud” y este gobierno ”ya perdió prácticamente un año”, argumentó. En su opinión será incluso difícil acercarse a las metas fijadas por las propias autoridades.

El presidente del gobernante e izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), José Genoino, señaló que no basta convencer el Poder Ejecutivo de la necesidad de acelerar la transformación de la propiedad de tierra del país, que enfrenta resistencias en el parlamento y trabas en la justicia.

Pero sin el asentamiento de un millón de familias no se altera la estructura rural brasileña como sería deseable para ampliar el mercado interno de consumo y estancar el éxodo campesino, según los movimientos de trabajadores y expertos que elaboraron la propuesta apoyada por el MST.

El triunfo de Lula en las elecciones presidenciales de octubre de 2002 generó expectativas de avances en la reforma agraria, ya que era una bandera del PT, un partido aliado al MST y a la Contag.

Pero la demora del gobierno en elaborar el Plan Nacional provocó una intensificación de las invasiones de predios improductivos y las protestas del MST en los últimos meses, culminando con la marcha desde Goiania y los campamentos campesinos de esta semana en Brasilia.

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