AMERICA CENTRAL-EEUU: Difícil negociación sobre libre comercio

Cinco países de América Central desean que Estados Unidos reduzca su proteccionismo agrícola, y tratarán de avanzar hacia ese distante objetivo este jueves en San Salvador, al reanudar la negociación de un área de libre comercio.

El sector agrícola es uno de los más delicados en esa negociación, porque ocupa a un tercio de la población económicamente activa de América Central, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua pidieron que el gobierno estadounidense elimine sus subsidios a exportaciones agrícolas, y los observadores coinciden en que esa meta es inalcanzable, por más interés que pueda tener Washington en recompensar el apoyo centroamericano a su ataque contra Iraq.

Los gobiernos de la región que negocian con Estados Unidos, salvo el guatemalteco, respaldaron ese ataque, y ”tal vez algunos apoyaron la guerra pensando en posibles beneficios comerciales, pero no creo que eso suceda”, dijo a IPS el analista Olman Segura, director del Centro Internacional de Política Económica.

El apoyo es poco más que simbólico, pero Costa Rica, El Salvador, Honduras y Nicaragua son cuatro de los apenas siete países latinoamericanos que secundan la operación contra Iraq, que se completan con Colombia, Panamá y República Dominicana.

Washington ya respondió que no puede desmontar su sistema de subsidios si no lo hacen también, ante la Organización Mundial de Comercio, Japón y los países europeos.

Es por eso que los cinco países de América Central proponen también alternativas, como imponer un ”arancel de protección” o cuotas de importación a los productos estadounidenses subsidiados. Estas cuestiones comenzarán a discutirse oficialmente este jueves.

”Ahora comenzará el partido”, aseguró el ministro salvadoreño de Economía, Miguel Lacayo, quien sostuvo que las dos primeras rondas de negociación, celebradas en la capital costarricense y en la nororiental la ciudad estadounidense de Cincinatti, fueron apenas un calentamiento.

Los expertos coinciden en que se ingresa a la fase más importante de la negociación, que se extenderá hasta diciembre y tendrá en total nueve rondas.

La tercera ronda de negociación terminará este viernes, y la próxima se realizará del 12 al 16 de mayo en Guatemala.

Las cinco naciones del istmo piden la eliminación de los subsidios estadounidenses a exportaciones agrícolas, para que sus propios agricultores puedan competir en condiciones equitativas.

”Al momento de poner a competir el fisco de los Estados Unidos con el fisco de cualquiera de nuestros países, consideramos que no hay justicia”, afirmó Anabel González, jefa de la delegación de Costa Rica.

La coyuntura de incertidumbre mundial por la guerra parece haber aumentado el interés por esta ronda entre industriales, agricultores, políticos y periodistas.

Estaba prevista la participación de 350 observadores, pero los organizadores debieron otorgar más de 750 acreditaciones para ingresar al llamado ”cuarto adjunto”, donde se tiene acceso al material que discuten, en medio de fuertes medidas de seguridad, los negociadores gubernamentales.

”La eliminación de subsidios (a las exportaciones estadounidenses) no basta. También hay que disminuir los apoyos internos”, dijo a IPS el salvadoreño Mario Salaverría, presidente de la Federación Centroamericana de Cámaras Agropecuarias y observador de las negociaciones.

Según datos oficiales, Estados Unidos destinará en los próximos siete años 190.000 millones de dólares a subsidio de exportaciones y apoyo interno a sus productores agropecuarios.

Ese apoyo interno, mediante dinero, insumos, supervisión y tecnología, también distorsionan el mercado agrícola, señaló Salaverría.

”Lo que los productores quieren es un trato justo. Estados Unidos nos impone muchas barreras. Por ejemplo, un embarque de queso puede ser detenido en la aduana (estadounidense) hasta por seis meses, y desde luego eso daña por completo el producto”, explicó.

Segura, cuyo instituto es parte de la estatal Universidad Nacional costarricense, opinó que ni siquiera es realista pedir la reducción de los subsidios estadounidenses.

”Nuestra lucha no debe ser sólo para que se bajen los aranceles y las fronteras comerciales, sino para aumentar la cooperación internacional y la capacidad de nuestro sector productivo”, agregó.

Según la OIT, el sector agrícola da empleo a 32 por ciento de los 14 millones de personas que integran la fuerza laboral de la región.

En la actualidad, el intercambio comercial entre Estados Unidos y los cinco países participantes en la negociación moviliza cerca de 20.000 millones de dólares al año.

De ese total, 11.680 millones de dólares corresponden a importaciones estadounidenses.

”Me parece muy bien que los centroamericanos pidan la eliminación de los subsidios, aunque desde luego, Estados Unidos no va a ceder”, comentó a IPS el economista holandés Win Dierckxsens.

De todos modos, esa petición es una manera de dignificarse, al tratar de igual a igual con el principal socio comercial, opinó.

Para Washington, el acuerdo con estos cinco países es una estrategia para alivianar la negociación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), sostuvo Dierckxsens, residente en el istmo desde hace años y en la actualidad investigador de la católica Conferencia Episcopal de Costa Rica.

”Las grandes beneficiadas con este tratado de libre comercio y con el ALCA serán las transnacionales… y por supuesto, las transnacionales estadounidenses”, añadió.

Algunos sectores agrícolas centroamericanos, como los dedicados a las áreas avícola, porcina y de lácteos consideran la posibilidad de pedir su exclusión del acuerdo, pero está por verse que Washington acepte ese planteo.

Los críticos del acuerdo, entre ellos grupos de la sociedad civil, agricultores y ambientalistas, alegan que el libre comercio con Estados Unidos será el principio del fin para el sistema productivo de la región, además de causar perjuicios en otras áreas.

Los impulsores del tratado sostienen que uno de sus grandes beneficios será el aumento de la inversión extranjera directa en los cinco países, que suma en la actualidad unos 572 millones de dólares por año. (

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