/Integración y Desarrollo/ DESARROLLO: Violencia, único saldo de la cumbre del G-8

La reunión cumbre del Grupo de los Ocho países más poderosos (G-8) en la ciudad italiana de Génova sólo dejó huellas de violencia, pues no hubo ningún resultado positivo para los pobres del mundo, según organizaciones no gubernamentales (ONG).

La reunión de tres días del G-8 finalizó el domingo pasado como había empezado: en medio de la violencia, que arrasó amplias zonas del puerto de Génova. Se necesitarán 50 millones de dólares para reparar las calles y los comercios y bancos destruidos e incendiados.

La policía italiana allanó escuelas que había ocupado el Foro Social de Génova, una red de 300 ONG que se manifestó de modo pacífico contra el G-8.

Así mismo, los carabineros de Génova detuvieron en la madrugada del lunes a 30 extranjeros que se disponían a abandonar Italia, a quienes acusó de participar en los disturbios.

El saldo de tres días de choques en las calles entre manifestantes y fuerzas de orden público fue la muerte el día 20 de un activista de 23 años, Carlo Giuliani, 560 heridos y 219 detenidos.

El G-8 planteó la necesidad de luchar contra la pobreza. «Deseamos hacer funcionar la globalización para todos nuestros ciudadanos, en particular para los pobres del mundo», dice la declaración final.

«Continuaremos en el camino de la reducción de la deuda externa», aseguraron los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Japón, Italia y Rusia

También hubo acuerdos para la lucha contra el crimen organizado y especialmente, contra tráfico de drogas.

Los jefes de Estado y de gobierno participantes en las conversaciones de Génova convinieron la creación de un fondo de ayuda a los enfermos de sida de 1.200 millones de dólares, aunque el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, había dicho que la cantidad mínima requerida era de 7.000 millones.

«No se dio ningún paso adelante respecto de la deuda externa, sino sólo la confirmación de medidas ya adoptadas», advirtió Luca De Fraia, coordinador de la de la ONG Sdebitarse, que ha recogido 800.000 firmas por la anulación de la deuda externa del Sur en desarrollo.

De Fraia señaló que ya se había acordado una reducción de deudas por 53.000 millones de dólares de 23 países, a pesar que la deuda total de los 41 países más pobres es de 215.000 millones. Las ONG exigen la anulación de obligaciones del mundo en desarrollo por 2,5 billones (millones de millones) de dólares.

Las 40 ONG integrantes de la red COCIS (Coordinación para la Cooperación Internacional y el Desarrollo) calificaron de «inútil» la cumbre del G-8. Las declaraciones de principios contenidas en el documento final de la cumbre «son inversamente proporcionales a los empeños concretos», afirmaron.

El único compromiso efectivo, el desembolso de 1.200 millones de dólares para luchar contra el sida, es «una miseria», y «con toda probabilidad» esos recursos «se destinarán en gran parte a las industrias farmacéuticas», expresó el presidente del COCIS, Mario Gay.

Hubo un «no definitivo al Protocolo de Kyoto, no se anuló la deuda externa y todo el documento final se alineó al principio central de la política de la administración (estadounidense de George) Bush hacia el Tercer Mundo: caridad, no derechos», dijo Gay.

Además, Génova «fue dejada en manos de provocadores profesionales, mientras las fuerzas del orden golpeaban salvajemente a los manifestantes que lo hacían de manera pacífica», aseguró.

Sabina Siniscardi, de la ONG Mane Tese, afirmó que hubo un paso atrás en la lucha contra la pobreza, pues el G-8 no confirmó el compromiso que la Asamblea General de la ONU impuso a los países del Norte industrial de otorgar 0,70 por ciento del producto interno bruto a la ayuda al desarrollo de los países pobres.

El fondo de 1.200 millones de dólares para combatir el sida «es absolutamente insuficiente para hacer frente a este tipo de emergencia», comentó Siniscardi.

«No se observa ninguna política concreta de parte de los ocho grandes, y sólo hubo hermosas palabras respecto de la lucha contra la pobreza», dijo la secretaria nacional de Mani Tese, una organización que implementa proyectos de desarrollo en 16 países de Africa, Asia y América Latina.

Llama la atención, agregó, que «las fuerzas del orden no hubieran aislado» a los militantes del Bloque Negro, causantes de los desórdenes, y que emplearan «indiscriminadamente» la violencia «contra todos, sobre todo contra los movimientos pacíficos».

Caterina Inbastari, de la ONG Terra Nova, destacó la «absoluta indiferencia» de los líderes del G-8 ante lo que ocurría en las calles de Génova. «Estaban encerrados en un elegante trasatlántico, mientras que afuera, los jóvenes (manifestantes) afueras eran golpeados y detenidos», dijo. (FIN/IPS/jp/ff/ip dv/01

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