El Foro Social Mundial comenzó hoy con el llamado de organizadores y anfitriones en favor de justicia social y solidaridad internacional, en el marco de una marcha de miles de personas por las calles de esta sureña ciudad de Brasil y una avalancha de 1.600 periodistas.
Mujeres negras en la Presidencia de Brasil y de Estados Unidos e indígenas gobernando Guatemala y Perú simbolizan la equidad soñada para un futuro cercano, según el texto leído por una atriz en el acto inaugural, que unió ritmos africanos a una coreografía de banderas hecha por desempleados y campesinos sin tierra.
El Foro Social Mundial (FSM) abre la posibilidad de promover «una integración entre pueblos y no entre mercancías», dijo el gobernador del estado de Río Grande del Sur, Olivio Dutra, al saludar a delegados de grupos no gubernamentales, de sindicatos, de movimientos sociales diversos y a políticos de izquierda.
Por su parte, Tarso Genro, alcalde de Porto Alegre, capital de este estado meridional, afirmó que a partir de este FSM, que se repetirá cada año, se espera construir a «una humanidad más solidaria, más cercana a la libertad y en camino hacia la igualdad».
Representantes de más de 120 países intentarán hasta el próximo martes «mostrar que otro mundo es posible», afirmó Bernard Cassen, director del periódico francés Le Monde Diplomatique, miembro de la comisión organizadora del encuentro y uno de los autores de la idea.
El FSM busca contraponerse al Foro Económico Mundial, que cada año en la ciudad suiza de Davos, desde 1971, se constituye en el centro de elaboración del pensamiento del sector empresarial y financiero, mantenido por las grandes empresas transnacionales.
La reunión de Davos también se desarrolla desde este jueves y hasta el martes.
Porto Alegre se opone a la «visión darwinista de las relaciones humanas y la sociedad encarada como una selva», alimentada por el «neoliberalismo» de Davos, sostuvo el gobernador Dutra.
Un «Estado mínimo para la mayoría de la población y otro máximo para pocos grupos de interés», y los avances tecnológicos usados solamente para «acumular y concentrar riqueza», en lugar de impulsar la calidad de vida de la población, son realidades que el FSM ayudará a cambiar, añadió.
Unas dos mil personas se apretaron este jueves en un auditorio de la Universidad Católica local, para asistir a la sesión inaugural. A partir de este viernes tienen lugar los 16 paneles y 408 talleres en que se discutirán los más variados temas.
Los intensos aplausos y gritos de apoyo, oídos cuando se mencionó a Cuba entre los 123 países participantes, dejaron claro la orientación izquierdista de la reunión.
El entusiasmo se explica también por ser Porto Alegre una ciudad gobernada por el Partido de los Trabajadores (PT), la principal fuerza izquierdista de Brasil desde hace 12 años. Los dirigentes del PT, Genro y Dutra, son los anfitriones de este primer FSM.
Pero la delegación más fuerte parece ser la francesa. Además del apoyo decisivo brindado al FSM por Le Monde Diplomatique aporta como estrellas de la reunión a Danielle Mitterrand, ex primera dama y presidente de la Asociación France Liberté, y al agricultor José Bové, famoso por sus protestas contra la globalización representada por la firma McDonald's.
El gobierno francés también envió dos de sus ministros a Porto Alegre, Guy de Hascoet, de Economía Solidaria, y François Huwart, de Comercio Exterior.
A pesar de ser una reunión netamente de izquierda, Oded Grajew, coordinador de la Asociación Brasileña de Empresarios por la Ciudadanía, no se considera fuera del nido.
«Ojalá todos los empresarios fueran de izquierda», dijo a IPS, destacando que ésta es la corriente que lucha por la justicia social y la solidaridad.
«El mundo tiene que cambiar su modelo de desarrollo económico», tanto por necesidades sociales como ambientales, agregó Grajew, quien también preside el Instituto Ethos, que reclama responsabilidad social de las empresas, es decir mayor participación en programas contra la pobreza y la desigualdad.
«Es cuestión de sobrevivencia de todos» cambiar los rumbos económicos del mundo, ya que «los científicos de la Organización de las Naciones Unidas confirman el desastre ecológico» que ocasiona el rápido calentamiento de la Tierra, señaló. (FIN/IPS/mo/dm/dv/01
