La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) confirmó la designación de Koichiro Matsuura, de Japón, como nuevo director general.
Matsuura, de 62 años, que ya anunció planes para restructurar radicalmente esa agencia, es el primer director general asiático en los 53 años de historia de la Unesco.
Desde su fundación en 1946, la Unesco fue dirigida por el británico John Huxley, el mexicano Jaime Bodet, los estadonidenses John Taylor y Luther Evans, el italiano Vittorio Veronese, el francés René Maheur y el senegalés Amadou M'Bow.
El actual director, Federico Mayor, de España, elegido en 1987, pondrá fin en diciembre a su mandato.
Matsuura fue embajador de Japón en Francia y director de la Oficina de Cooperación Económica en la cancillería japonesa. . Educado en la Universidad de Tokio y en el Haverford College de Estados Unidos, es diplomático de carrera desde 1959.
Japón paga no solamente 25 por ciento del presupuesto bienal de la Unesco sino que también aporta 40 por ciento de las contribuciones voluntarias a esa necesitada agencia del sistema de la Organización de las Naciones Unidas.
Denunciando mala administración, nepotirmo y corrupción, Estados Unidos, Gran Bretaña y Singapur abandonaron la Unesco en el período 1985-1986. Gran Bretaña volvió el año pasado, pero los otros dos países se rehusaron a reintegrarse.
La secretaria de Estado de estados Unidos Madeleine Albright dijo en 1996, cuando se desempeñaba como embajadora de Estados Unidos ante la ONU, que Washington no regresaría a la Unesco.
Albright explicó en esa oportunidad que Washington estaba en conocimiento de "irregularidades en la forma que se llevaron a cabo algunos negocios de la Unesco".
Mayor llegó en 1987 a la dirección general de la Unesco con la misión de realizar reformas y "limpiar el desaguisado" que se había comprobado en la agencia.
Pero en 1992 y en 1994, la Oficina del Contralor General, un organismo de vigilancia del gobierno estadounidense, apuntó que se habían verificado "muy pocas reformas administrativas desde 1987".
Matsuura, quien indicó al Consejo Ejecutivo de Unesco que planeaba restructurar radicalmente la organización, asume el cargo en un momento en que recrudecen las denuncias de mala administración.
En una serie de artículos publicados el mes pasado, el diario The Guardian, de Londres, se refirió a familiares y "amantes" de funcionarios de Unesco incorporados a la nómina de sueldos de la organización.
"La gran mayoría del presupuesto de Unesco, aunque no se sabe cuánto, va a parar a cuantiosos salarios libres de impuestos de acomodados políticos que no son jefes de nada", aseguró The Guardian.
La publicación tambien citó una auditoría del gobierno canadiense en la cual se dijo que "el favoritismo parece ser endémico, con 40 por ciento de los nombramientos y promociones de la organización fuera del criterio de Unesco para una competencia leal".
Según The Guardian, la oficina de la Unesco en Brasilia gastó el año pasado 20 millones de dólares, pero fue incapaz de justificar más de un tercio de su presupuesto.
"La Unesco está ahora tan minada de corrupción, desgobierno y nepotismo que, a pesar de su abultado presupuesto, no puede reclutar el elenco profesional que necesita para implementar sus programas", afirmó el diario.
Somar Wijayadasa, un ex funcionario de la Unesco que trabajó en las oficinas neoyorquinas de la agencia durante 14 años, dijo a IPS que el artículo de The Guardian había acertado "justo en el blanco".
Estados Unidos se negó a regresar a la organización porque no solo fracasaron los proyectos de reforma sino que la Unesco "cayó en un desastre tras otro".
"Si Matsuura quiere tener éxito en su limpieza de la Unesco debe despedir a todos los funcionarios sin calificación que han medrado de la organización durante años", dijo Wijayadasa.
Agregó que Matsuura debe designar una comisión especial para investigar la mala administración y tomar medidas para evitar que esos hechos y la corrupción se repitan en el futuro. (FIN/IPS/tra- en/td/mk/ego/ff/ip/99
