Los médicos de los hospitales del Estado de Chile paralizaron hoy sus labores en demanda de aumento de remuneraciones y más recursos para la salud pública, cuando resta exactamente un mes para las elecciones presidenciales.
El paro de 24 horas de unos 10.000 profesionales fue casi completo en todo el país, con hospitales y consultorios que interrumpieron la atención regular al público y mantuvieron sólo turnos en los centros de emergencia.
Durante un recorrido por el municipio de Lo Barnechea, en Santiago, el presidente Eduardo Frei calificó la paralización de "inútil e insensata" y llamó a los médicos a deponer una medida de fuerza que perjudica a las familias más pobres, según dijo.
El movimiento huelguístico fue considerado por el diario capitalino Las Ultimas Noticias un "regalo" del gobierno a Joaquín Lavín, candidato de la oposición derechista en las elecciones presidenciales del 12 de diciembre.
El ministro de Salud, Alex Figueroa, sostuvo que el paro "no es una derrota para el gobierno, sino para la gente", ya que fue convocado "sólo por intereses económicos" y "se ha dejado fuera el sentido humano".
Según el ministro, las autoridades hicieron todo lo posible por llegar a un acuerdo con el Colegio Médico, que preside Enrique Accorsi, un reconocido adherente del candidato presidencial oficialista Ricardo Lagos.
En la directiva del Colegio Médico predominan los partidos Por la Democracia y Socialista, con los cuales se identifica a su vez Lagos, abanderado de la coalición gobernante, integrada además por la Democracia Cristiana y los socialdemócratas.
Accorsi y los demás directivos sostienen que el paro no tiene ninguna connotación político-partidaria, sino que su objetivo es defender la salud pública, evitando el éxodo de los médicos hacia las consultas y clínicas privadas.
Los médicos en paro están dispuestos a presentar su renuncia al sector estatal desde la próxima semana "si el gobierno sigue demostrando que no le interesa la salud pública" e insiste en rechazar sus reivindicaciones.
En Chile se puso en marcha en 1982, bajo la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), el sistema privado de previsión de salud, que atiende sobre todo al quinto de la población de más altos ingresos.
El sector público debe garantizar la atención de las familias más pobres, aunque sus recursos son inferiores a los de las instituciones privadas, debido a los bajos aportes de sus usuarios a través de las cotizaciones previsionales de salud.
Accorsi señaló que el problema del desfinanciamiento de la salud pública y de las bajas remuneraciones de sus facultativos fue planteado por el Colegio Médico hace ya ocho años, y se arrastra desde entonces sin solución.
El ministro Figueroa replicó que "no fue por falta de trabajo y voluntad del gobierno que no se llegó a un acuerdo, sino fundamentalmente porque la ambición y el egoísmo han predominado", y llamó al Colegio Médico a tener "una actitud madura".
Figueroa es militante de la Democracia Cristiana, al igual que Frei, aunque en las negociaciones con los médicos participaron también otros ministros, como el socialista José Miguel Insulza, de la Secretaría General de la Presidencia.
Más allá de la polémica sobre la responsabilidad del gobierno y del Colegio Médico, el paro colocó en el centro del debate el tema de la salud, uno de los más invocados por Lavín en su campaña.
El candidato derechista tiene como eje de su discurso la solución de "los problemas y de las cosas que realmente le importan a la gente", con lo cual elude los temas políticos y de derechos humanos.
Lavín se empeña en tomar distancia de la dictadura de Pinochet, de la cual fue funcionario, con llamados a preocuparse de los "problemas reales" del país, como la seguridad ciudadana, la educación y la salud.
El candidato derechista asegura que puede garantizar una eficiente atención de salud para toda la población y acusa a la coalición en el poder de haber sido incapaz de solucionar el problema en casi 10 años de gobierno. (FIN/IPS/ggr/ff/he ip/99
