COMERCIO: Negociadores inflexibles predominan en la OMC

Los esfuerzos internacionales por desbloquear las discusiones en la OMC de la agenda de la conferencia ministerial de Seattle no han arrojado todavía resultados positivos, a pesar de que involucraron a gobernantes de las principales potencias comerciales.

La conferencia de ministros de comercio exterior de 25 países industrializados y en desarrollo, que se realizó en Lausana, Suiza, a comienzos de esta semana, no allanó las diferencias aunque dirigió a los negociadores un llamado a la flexibilidad.

Tampoco tuvo efecto hasta ahora la conversación sobre los temas del comercio mundial que sostuvieron el miércoles en Washington el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y el presidente de la Comunidad Europea, Romano Prodi.

Fuentes negociadoras de Ginebra dijeron que Prodi declaró a Clinton la disposición europea a efectuar algunas concesiones en el tema de agricultura, a cambio del apoyo estadounidense en otros aspectos de la negociación que interesan de manera especial al bloque de los 15.

Pero el comunicado conjunto distribuido en Washington sólo menciona coincidencias en cuestiones muy generales y reconoce que persisten diferencias en torno al alcance de las negociaciones que probablemente sean convocadas en Seattle.

Pese a las mediaciones de Lausana y de Washington, el debate de una eventual nueva ronda de negociaciones comerciales y de los temas que incluiría prosiguió esta semana en la sede de la OMC (Organización Mundial del Comercio) en el mismo clima de rigidez dominante desde el comienzo de los preparativos para Seattle.

Respecto a la reunión de Lausana, "la visión general es que fue un rotundo fracaso. No hubo otro resultado más que una disposición a ser flexible", observó Federico Cuello, jefe de la misión comercial de República Dominicana.

A la luz de las reuniones posteriores en la OMC no ha habido ninguna flexibilidad. Las posiciones siguen siendo igual de rígidas, refirió Cuello.

El negociador dominicano resumió las críticas formuladas este jueves por el bloque latinoamericano al orden de discusión de los temas de la agenda, que relega al final a las dos cuestiones de mayor interés para ese grupo y, en general, para todos los países en desarrollo: la de aplicación de los acuerdos y de agricultura.

Carlos Pérez del Castillo, representante de Uruguay, lamentó que después de Lausdana se comenzaran a tratar temas que "no tienen siquiera un mandato y a dejar los temas mandatados para el final, como los temas de implementación y de agricultura".

En estas condiciones, "tengo serios reparos con el procedimiento que estamos utilizando. No se adonde nos va a conducir", dijo el negociador uruguayo.

Una disposición expresa de los acuerdos de Marrakesh, que consagraron la finalización de la Ronda Uruguay de negociaciones comerciales, estableció el mandato de que el acuerdo del rubro de agricultura debe negociarse a partir del 1 de enero del 2000.

Por ese motivo, las negociaciones de los temas de agricultura y también de servicios, que se encuentra bajo las mismas condiciones, son denominadas "mandatadas".

El resto de los temas requiere una decisión específica de la conferencia de Seattle para que sean incluidos en una nueva ronda.

En cuanto a implementación, no necesita de un mandato porque se trata de revisar la aplicación incompleta o injusta, en perjuicio de los países en desarrollo, de los acuerdos de Marrakesh.

La negociación de los temas mandatados no necesita de la convocatoria de una nueva ronda. En cambio, los nuevos temas, que interesan a las grandes potencias comerciales, requieren que la conferencia de Seattle apruebe una convocatoria específica de la nueva ronda.

Uruguay, a pesar de que las negociaciones mandatadas abarcan agricultura, un sector sensible para su economía, ha dicho que quiere otra ronda, porque piensa que "es el vehículo más idóneo para contemplar los intereses de los 134 miembros de la OMC", dijo Pérez del Castillo.

"Pero si no tenemos satisfacción en los temas vitales para nosotros y en los cuales existe un mandato, no habrá ninguna disposición de parte nuestra de participar en una nueva ronda", advirtió.

Durante la reunión de ministros en Lausana se dijo claramente que esas son las dos opciones, recordó el negociador uruguayo.

Así lo afirmaron las delegaciones de Brasil y de Estados Unidos, refirió. Los representantes de Washington aseguraron que "la sola instrumentación de las negociaciones mandatadas no sería considerada como un fracaso de la conferencia de Seattle".

Los jefes de delegaciones continuarán hasta el lunes, sin interrupción durante el fin de semana, el examen del proyecto de declaración que someterán a los ministros en la tercera conferencia de la OMC, que se realizará en esa ciudad estadounidense del 30 de noviembre al 3 de diciembre.

Hasta ahora, la reunión informal de los negociadores discutió los temas de implementación y agricultura, sin llegar a acuerdos. Este miércoles debatió la cuestión del comercio de servicios en un clima de mayor entendimiento, según aceptaron las fuentes negociadoras.

Los temas de Singapur, así llamados porque fueron incorporados a la agenda de la OMC durante la primera conferencia ministerial, que se realizó en el estado insular asiático en 1996, comenzaron a discutirse este jueves.

Esos temas comprenden comercio e inversiones, comercio y competencia, facilitación del comercio y transparencia en compras gubernamentales. Los ministros decidieron en Singapur crear grupos de trabajo en cada uno de esos asuntos para analizarlos y aconsejar si se deben negociar en la OMC.

En inversiones y competencia no hubo consenso para que esos temas se incorporen a la agenda de una nueva ronda. Una mayoría de delegaciones, incluida la de Estados Unidos, propugnó un examen más profundo de las cuestiones para que la cuarta conferencia, posetrior a la de Seattle, adopte una decisión.

La OMC debe aún tratar, hasta el lunes, los temas de implementación, situación de países menos avanzados, cooperación técnica, evaluación de los progresos en general y otros temas entre los que se incluyen los polémicos de cláusula social y ambiente.

Pero la cuestión más espinosa, el acuerdo de agricultura, quedó para el lunes debido a la presión de los europeos para aplazar su examen. La representación de Bolivia, en nombre del bloque latinoamericano, cuestionó la decisión de la Secretaría de la OMC de relegar la discusión de los acuerdos de agricultura. (FIN/IPS/pc/ag/if/99

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