AMERICA LATINA: Mujeres trabajan por necesidad y cambio cultural

El aumento de la participación de la mujer en la fuerza laboral de América Latina responde a necesidades económicas, pero también a los cambios culturales y sociales ocurridos en la región en las últimas décadas.

"Las mujeres llegaron al mundo laboral por necesidad, pero permanecen allí no solamente porque lo necesitam, sino porque lo quieren", señala un estudio divulgado en Santiago por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Entre 1969 y 1990, el número de mujeres económicamente activas en la región aumentó 211 por ciento, en tanto la población laboral masculina creció 84 por ciento, indica el trabajo realizado por la experta Sonia Montaño.

El estudio fue presentado en una reunión técnica sobre indicadores de género, convocada los días 21 y 22 por Cepal, la principal agencia regional de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en su sede central en la capital chilena.

La tasa de participación de la mujer en el mercado laboral creció de 36,9 por ciento en 1991 a 41,4 por ciento en 1998, mientras la proporción de la masa laboral masculina se mantuvo en un índice constante en torno a 73 por ciento.

El estudio, que consideró 19 países, sitúa a Colombia y Uruguay en la vanguardia de este proceso de incorporación de la mujer a la fuerza de trabajo, en tanto Argentina y Chile muestran posiciones rezagadas en el ámbito regional.

En Colombia la participación laboral de la mujer llegó a 52,9 por ciento de la fuerza de trabajo en 1998, seguida por Uruguay (49,2), Venezuela (47,2), Ecuador (46,1), Brasil (44,5), Panamá (44,1), y El Salvador y México con 39,4 por ciento.

En los casilleros finales de la estadística, referida en este caso a 11 países, se ubicaron Costa Rica, con una participación laboral femenina de 35,6 por ciento, Argentina (35,4) y Chile con 35 por ciento, según el estudio de Montaño.

La experta aclaró que la investigación se basó en el concepto tradicional de población económicamente activa, que excluye al trabajo doméstico no remunerado, que recae generalmente en las madres en los estratos socioeconómicos medios y bajos.

En los años 80, descritos como Cepal como "la década pérdida para el desarrollo", la profunda crisis económica impulsó una búsqueda de fuentes laborales en gran escala por parte de las mujeres para contribuir a los escasos ingresos familiares.

En la década del 90, la tendencia continuó como consecuencia de cambios estructurales en las economías de la región, con modelos neoliberales que implicaron una desregulación del mercado laboral y la reducción de los servicios previsionales a cargo del Estado.

A estos factores económicos se suman los cambios culturales asociados a proyectos de modernización, que alteraron las visiones tradicionales de una sociedad basada en el papel del hombre de proveedor y de la mujer como reproductora.

Montaño advierte que, pese a estas transformaciones, la labor reproductiva y el cuidado del hogar y de los miembros de la familia no han sido integrados al concepto de "trabajo" y se les sigue considerando una opción individual de las mujeres.

Los estudios económicos tienden a ignorar el impacto de la carga doméstica que recae en las mujeres y sus efectos sobre la capacidad de éstas para participar plenamente en la sociedad como trabajadoras productivas y ciudadanas.

En la reunión celebrada en Cepal participaron representantes de la Organización Panamerica de la Salud y la Organización Internacional del Trabajo, así como especialistas de Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador y Uruguay.

La agencia regional de la ONU realizó esta reunión con el fin de analizar y sistematizar las experiencias en los países sobre utilización de indicadores económicos para la adopción de políticas públicas con énfasis en los aspectos de género.

La reunión celebrada en Santiago formó parte de los preparativos de la Octava Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que se realizará desde el 8 al 10 de febrero del próximo año en Lima.

Este encuentro regional será a su vez la instancia preparatoria de América Latina y el Caribe para el período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de la ONU en junio sobre "La mujer en el año 2000: igualdad de género, desarrollo y paz para el siglo XXI".

En la cita de Lima se analizará el cumplimiento regional de la plataforma aprobada en la Conferencia de la ONU sobre la Mujer de Beijing en 1995, sobre la base de un programa de acción que incluye ocho áreas estratégicas.

Estas áreas incluyen asuntos como equidad de género y desarrollo económico y social con perspectiva de género, en términos de la participación de las mujeres en las decisiones, las responsabilidades y los beneficios del desarrollo.

Otras áreas prioritarias son la eliminación de la pobreza, los derechos humanos, la paz y la violencia, las responsabilidades familiares compartidas y el reconocimiento de la pluralidad cultural de la región. (FIN/IPS/ggr/mj/lb/99

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