El hambre es crónica para 34 millones de personas en los países industrializados, de Europa oriental y de la disuelta Unión Soviética, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Del total, 26 millones, se concentran en los países que pertenecieron al antiguo campo socialista, observó Loganaden Naiken, del Departamento de Estadísticas de esta agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que tiene su sede en Roma.
Los restantes ocho millones de hambrientos, es decir que sufren insuficiencia alimentaria crónica, viven en el mundo industrializado y representan 2,5 por ciento de la población total de esos países, que suman 876 millones de habitantes.
En el mundo en desarrollo, los hambrientos suman 790 millones, según el último informe de la FAO.
Cuatro millones de los hambrientos en el ex campo socialista se encuentran en Europa oriental, o sea 3,3 por ciento de los 121 millones de habitantes de esta región, y 22 millones residen en las repúblicas que integraron la Unión Soviética, 7,5 por ciento de una población total de 292 millones.
Aunque México forma parte de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), que reúne a los países industrializados, Naiken aclaró que en el estudio de la FAO se considera a este país dentro de las naciones en desarrollo.
En México, según este informe, hay 5,1 millones de personas desnutridas, 5,5 por ciento de sus 92,7 millones de habitantes.
La proporción de desnutridos es muy baja en todos los países industrializados y en 12 de los 27 países ex socialistas.
De todos modos, la FAO sostuvo que existen hambrientos en todos los 26 países industrializados, tanto de Europa occidental como en Australia, Canadá, Estados Unidos y Japón y otras naciones, expresó Naiken, natural de Mauricio.
En 15 países ex socialistas los porcentajes son bastante mayores, sobre todo en la disuelta Unión Soviética y en los países que integraban la República Federal de Yugoslavia antes de su fragmentación.
De todos modos, el estudio de la FAO confirmó que incluso los países industrializados tienen que enfrentarse al reto de superar la inseguridad alimentaria, como señala el director de la FAO, Jacques Diouf, al presentar el estudio.
Aunque la mayoría de esos 34 millones de personas vive en países que han experimentado importantes transformaciones políticas y económicas en la década del 90, existen focos de hambre por todo el mundo, agregó.
El gobierno de Estados Unidos incorporó un anexo sobre seguridad alimentaria en la encuesta demográfica que realiza anualmente.
Dicho anexo proponía preguntas del tipo "en los últimos 12 meses, ¿debió usted u otros familiares adultos ayunar un día entero por no disponer de dinero suficiente para comer?"
De acuerdo con la encuesta de población, 4,2 millones de familias estadounidenses pasaron hambre, al menos parte del año pasado.
El número de familias que padecieron seriamente de hambre, y en las que había niños o adultos especialmente afectados, alcanzó las 800.000, según la encuesta.
Como está basada en familias y no en individuos, este sondeo no aportó una estimación sobre las personas que padecen desnutrición en Estados Unidos, pero contribuyó a la identificación de los sectores de población más afectados.
Se trata de personas sin techo, niños pobres, familias a cargo de mujeres, familias negras e hispanas, habitantes del ciudades, trabajadores pobres, inmigrantes legales sujetos a restricciones en la solicitud de ayuda, ancianos, residentes en comunidades rurales y temporeros, indígenas y trabajadores migrantes.
La FAO centra sus esfuerzos en ayudar a los hambrientos del mundo en desarrollo, que suman 790 millones, más que la población de Estados Unidos y Europa juntas.
Diouf señaló su "firme objetivo" de reducir esa cifra a unos 400 millones para el 2015 y, en el caso de los países industriales, reducir los 34 millones actuales a la mitad o incluso a menos de la mitad. (FIN/IPS/jp/mj/pr dv/99
