MEXICO: Libertad de prensa, entre celebraciones y sombras

México celebró hoy por última vez en este siglo el Día de la Libertad de Expresión con avances en materia de independencia de los medios, excepcional una década atrás, pero sin lograr borrar del todo las limitaciones y peligros que sufren los periodistas.

Como es costumbre hace más de 20 años, el gobierno otorgó en esta fecha los premios anuales de periodismo, que consisten en un diploma y cerca de 17.000 dólares, práctica cuestionada por algunos medios por considerar que no corresponde a las autoridades.

"El mejor premio que pueda conferir un gobierno es respetar bajo bajo cualquier cirscuntancia la libertad de expresión", dijo el presidente Ernesto Zedillo en la ceremonia de premiación.

México y Colombia son los países de América Latina donde mueren más periodistas al año al parecer en ejercicio de su profesión. La distribución de diarios está monopolizada por un sindicado vinculado con el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Además, los periodistas suelen ser conminados por las autoridades para que revelen las fuentes con las que mantienen acuerdos de confidencialidad.

La Federación Latinoamericada de Prensa informó que unos 90 periodistas fueron asesinados en los últimos 27 años en México, el mayor número entre los países de América Latina.

"Han disminuido sensiblemente los atentados a la libertad de prensa" en México, que, sin embargo, sigue siendo un país peligroso para el ejercicio del periodismo, dijo a inicios de mayo la organización Reporteros sin Fronteras en su informe anual.

En este país latinoamericano cuatros periodistas fueron asesinados en 1998, uno de ellos cuando investigaba la corrupción en la policía y otros tres en circunstancias aún no aclaradas.

Según Reporteros sin Fronteras, muchos periodistas mexicanos sufren "agresiones y amenazas". La organización añade que hay problemas especiales para el ejercicio profesional de los periodistas en Chiapas y Guerrero, estados con presencia guerrillera.

De la mano de la lenta pero sostenida apertura política y económica de México, iniciada con mayor fuerza en los años 80, muchos medios de comunicación locales rompieron las amarras de la censura y de su alineamiento con el PRI, que gobierna de forma ininterrumpida desde 1929.

Desde 1947 y hasta la gestión del presidente Miguel de la Madrid (1982-1988), cada 7 de junio se reunían periodistas, dueños y directores de medios de comunicación para premiar a los mejores trabajos y, según los críticos, rendir pleitesía al mandatario en turno.

"La de aquellos años era una prensa libre que no usaba su libertad, porque cobraba para no usarla", dijo el analista político Gabriel Zaid.

"La venta de periódicos era una meta secundaria: el verdadero cliente era el anunciante público, el gobierno con sus inserciones pagadas o con noticias que se pagaban debajo de la mesa", agregó Zaid.

La prensa "no usaba su libertad, porque para un periodista usarla en sentido crítico podía costarle en último extremo la vida", sostuvo.

La relación de los medios con el gobierno llegó a tal punto que en 1963 los propietarios y concesionarios de 455 estaciones de radio y televisión se afiliaron en masa al PRI.

La amarras de la censura a la prensa comenzaron a romperse durante la presidencia de Carlos Salinas (1988-1994). En 1990, en el Día de la Libertad de Expresión, León García, columnista del diario Excelsior, pidió "aclarar y revisar las relaciones prensa- gobierno".

En la gestión de Zedillo, que terminará a fines del 2000, los medios de conunicación actúan con mayor independencia, aunque persisten rezagos en algunos, observó el escritor Carlos Monsiváis.

El diario Reforma, cuyos colaboradores han sido candidateados varias veces por el gobierno a los premios, pidió a sus periodistas no aceptar el galardón "en aras de fortalecer la independencia editorial".

Por su parte, la Universidad Iberoamericana propuso crear un concurso alejado del oficialismo.

La Sociedad Intermaiercana de Prensa reconoció importantes avances en las libertad de expresión de México, pero expresó preocupación por la existencia de un monopolio en la distribución de los diarios.

A excepción del diario capitalino Reforma, todos los demás son distribuidos por la Unión de Voceadores, sindicato vinculado con el PRI.

Organizaciones de periodistas mexicanos dicen que uno de los problemas centrales de la libertad de expresión radica actualmente las presiones que reciben algunos periodistas para revelar sus fuentes, a través de citatorios oficiales y llamadas de autoridades. (FIN/IPS/dc/mj/ip hd cr/99

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