CUMBRE IBEROAMERICANA: Urgente llamado al Norte a frenar crisis

Los 23 jefes de Estado y de gobierno de Iberoamérica reunidos en esta ciudad portuguesa exigieron hoy al Norte industrial que asuma su responsabilidad y respondan con hechos ante la crisis financiera internacional.

Los 23 participantes en la VIII Cumbre Iberoamericana, que representaron a 21 países de habla española y portuguesa de América Latina y Europa, urgieron a Estados Unidos, Japón y la Unión Europea (UE) a "prevenir una recesión mundial mediante la reducción de tasas de interés", entre otras recomendaciones.

También solicitaron a esos tres grandes centros de poder económico que "tomen la iniciativa de poner en práctica, de inmediato, medidas necesarias para continuar los procesos de apertura comercial, evitar la desacelaración de sus economías y afianzar su estabilidad financiera".

La "Declaración sobre la situación financiera internacional" no estaba prevista en la declaración final aprobada el sábado por los cancilleres de los 21 países iberoamericanos.

Pero los gobernantes resolvieron añadirla en una reunión mantenida a puertas cerradas, y a propuesta de los presidentes Carlos Menem, de Argentina, Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, José María Aznar, de España, y Ernesto Zedillo, de México.

Cardoso destacó que Brasil y China tienen el dedo en el dique de contención de la crisis y que si cualquiera de los dos lo retirara, la ola procedente del sudeste de Asia ahogaría la economía mundial.

El presidente brasileño criticó al Grupo de los Siete países de mayor desarrollo industrial porque aún actúa "como si esta fuese una crisis en Asia y no como algo que los puede afectar en cualquier momento".

Aznar advirtió que, ante la crisis, los discursos y las reflexiones filosóficas son insuficientes, y que los países iberoamericanos no son "en ningún caso" la causa de la inestabilidad financiera y no deben ser tampoco sus víctimas.

El presidente del gobierno español opinó que el actual no es momento para el debate sobre las instituciones financieras multilaterales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), "sino de adoptar medidas concretas, para enfrentar la crisis".

Si hay un incendio, no se pueden estudiar decisiones para aplicar a los seis meses, sino que se debe apagar el fuego, agregó.

Aznar, cuyo país comprometió un aporte de 5.700 millones de dólares para un fondo de contingencia destinado a enfrentar la inestabilidad financiera mundial, aseguró que en la próxima cumbre de la UE, a realizarse a fines de año en Viena, exigirá a Europa que no de por respuesta el silencio, sino una contribución.

Mientras, Menem anunció que Argentina aportará 1.000 millones de dólares al fondo de contingencia.

En su declaración, los jefes de Estado y de gobierno expresan preocupación ante el riesgo de que la situación financiera internacional provoque una grave recesión mundial y puntualizan que el origen de la turbulencia es ajeno a Iberoamérica.

También señalan que la crisis global requiere soluciones globales "y la participación de todos los actores públicos y privados de la economía internacional", la activa intervención de las economías más avanzadas y "la acción oportuna de los organismos financieros internacionales".

Así mismo, indican que la regulación de los sistemas bancarios es inadecuada y que el avance de la justicia social no se puede lograr sin crecimiento económico. Añaden que el libre flujo de bienes y capitales constituye un importante motor del crecimiento.

Los asistentes a la cumbre de Oporto acordaron exhortar a Estados Unidos, Japón y la UE a participar del fondo de cotingencia, en el ámbito del FMI, "para disminuir el riesgo de un contagio indiscriminado de la crisis a las economías que han realizado reformas estructurales y cuentan, por ello, con fundamentos sólidos".

También alentaron a los países que aún no lo han hecho a adoptar de inmediato "políticas económicas y financieras que corrijan sus desequilibrios internos".

Por último, decidieron instar al FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo a promover la implementación de políticas fiscales, monetarias y bancarias adecuadas.

Así mismo, piden a esos tres organismos multilaterales la adopción de mecanismos de alerta rápida de riesgos, y que contribuyan a la solución de dificultades financieras como las que se observan ahora con garantías parciales a los créditos o la asignación de derechos especiales de giro. (FIN/IPS/td/ff/if/98

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