R.D.CONGO: Organización europea acusa a ambos bandos en guerra

La población civil en el este de República Democrática de Congo (RDC) es víctima de abusos de parte de los insurgentes que buscan desplazar al presidente Laurent Kabila, y de las milicias del gobierno, sostuvo un informe sobre derechos humanos de una ONG europea.

La Fuente Independiente sobre Congo (SIC), con sede en Bruselas, responsabilizó de las violaciones de los derechos humanos al Movimiento Democrático Congoleño (CDM) y a dos milicias étnicas aliadas al régimen de Kabila.

Se trata de la milicia de los mai mai, integrada por congoleños, y de los interahamwe, de la mayoría étnica hutu en Ruanda, que huyeron de su país tras participar en el genocidio de 1994.

SIC, organización no gubernamental (ONG) miembro de la Red Europea para Congo (REC), dijo en un informe que la situación de seguridad es especialmente alarmante en la región de Kivu Sur, controlada por los rebeldes y en la que prácticamente no hay una autoridad civil.

Las autoridades militares desplegadas allí por el CDM no lograron proteger a los civiles de las agresiones de ambas partes, sostuvo el informe de SIC.

La guerra civil en RDC estalló el 2 de agosto, después que Kabila ordenara el reitro del país de tropas e instructores militares que lo ayudaron a desplazar, en mayo de 1997, al fallecido dictador Mobutu Sese Seko.

Militares tutsis del ejército de RDC, quienes se sintieron blanco de la medida, reaccionaron lanzando el movimiento insurgente con la meta de desplazar a Kabila.

El conflicto entonces se volvió regional, y Zimbabwe, Angola y Namibia enviaron tropas para apoyar a Kabila mientras Uganda y Ruanda respaldan a los insurgentes, establecidos en cinco de las 11 regiones de RDC: Kivu Norte, Kivu Sur, Katanga, Maniema y la Provincia Este, situadas al este y sudeste.

Según SIC, los habitantes de cinco regiones quedaron atrapados en la ola de inseguridad causada por la rebelión y la escasez de alimentos que resultaron del aislamiento del este, ocupado por los insurgentes, y el resto de RDC.

Según el informe, los alimentos y medicinas entregados por organizaciones humanitarias cuyos representantes abandonaron la región al comienzo de la guerra fueron saqueados por los soldados, a veces a plena luz del día. Además, bandas armadas atacan viviendas para robar dinero.

La ONG sostiene que la situación es ahora la misma que en las primeras semanas de la guerra civil de 1996-97 que llevó a Kabila al poder, aunque esta vez muchos residentes permanecen en Bukavu, la principal ciudad del este, donde el banco local fue depredado y la región carece de dinero circulante.

Las principales rutas que unen Bukavu a las principales áreas agrícolas son inseguras, y el CDM realiza redadas casa por casa en busca de armas, desertores del ejército o infiltrados mai mai, aterrorizando a los residentes.

Muchas personas identificadas como hutus o sospechosas de colaborar con los mai mai fueron secuestradas o desaparecieron.

El informe también acusa a los rebeldes de cometer asesinatos individuales y masacres contra civiles en represalia por ataques de los mai mai y los interahamwe, como sucedió en Kasika, Uvira y Kituku.

Las masacres fueron informadas la semana pasada por la organización con sede en Londres Amnistía Internacional, que responsabilizó a los insurgentes y las fuerzas aliadas -de RDC, Angola, Zimbabwe y ejército de Namibia- de violar los derechos humanos contra civiles.

AI dijo que, desde el comienzo del conflicto, ambas partes cometieron violaciones flagrantes de las normas humanitarias especificadas en la Convención de Ginebra de 1949. (FIN/IPS/tra-en/nrn/kb/lp/hd ip/98

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