Unas 6.000 latinoamericanas y caribeñas mueren cada año como consecuencia de complicaciones de abortos voluntarios, evitables si esta práctica fuera legal, según un informe de organizaciones feministas de la región difundido hoy
El documento fue divulgado este lunes en coincidencia con la celebración del Día por el Derecho al Aborto de las Mujeres Latinoamericanas y Caribeñas, establecido en 1990 por un centenar de asociaciones vinculadas con los problemas femeninos.
De acuerdo con el informe, distribuido en Montevideo y basado en estadísticas elaboradas por diversos organismos internacionales, América Latina y el Caribe aparece como una de las regiones más restrictivas del planeta en materia de interrupción del embarazo.
A su vez, es la zona donde proporcionalmente a su población se practica mayor número de abortos y donde la mortalidad materna por complicaciones en abortos inseguros alcanza niveles más elevados.
La Organización Mundial de la Salud informó este año que en América Latina y el Caribe se registran 30 abortos inseguros cada 1.000 mujeres de entre 15 y 49 años, más del doble del promedio mundial, que se sitúa en 13 por 1.000.
El porcentaje de muertes maternas en esas intervenciones, que alcanza un promedio mundial de 13, trepa a 21 en América Latina y el Caribe.
En esta región se producen 800.000 hospitalizaciones de mujeres pobres por complicaciones derivadas de abortos, de las cuales 6.000 terminan en la muerte de las pacientes, poco menos de una de cada 10 de las muertes que por esa causa ocurren en todo el mundo, según el Fondo Naciones Unidas para la Población.
La casi totalidad de esas internaciones es consecuencia de operaciones realizadas en malas condiciones sanitarias, efectuadas "en los lugares más inseguros", destacó el documento.
Datos de 1996 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) correspondientes a la evaluación de su Plan de Acción Regional para la Reducción de la Mortalidad Materna establecen que el aborto es primera causa de muerte materna en Argentina, Chile, Guatemala, Panamá, Paraguay y Trinidad y Tobago.
Se ubica un escalón más abajo, como segundo motivo de muerte durante el embarazo, el parto o el posparto en Colombia, Costa Rica, Nicaragua, República Dominicana, Uruguay y Venezuela y como tercera causa en Bolivia, Brasil, Ecuador, El Salvador, Honduras, México y Perú.
La OPS estimó que en Brasil, Colombia, Chile, México, Perú y República Dominicana, que concentran 70 por ciento de la población latinoamericana, se realizan cada año unos 2,8 millones de abortos.
Extrapolando datos, calcula que se producen en América Latina unos cuatro millones de abortos.
Cuba, donde desde 1968 el aborto es legal a pedido de la mujer y se efectúa en centros hospitalarios estatales, lo mortalidad materna por complicaciones en interrupciones de embarazos se redujo 60 por ciento entre 1970 y 1990.
Los otros países latinoamericanos y caribeños donde el aborto es legal son Barbados, Guyana y Puerto Rico.
Las naciones que prohiben las interrupciones de embarazos sin excepción son Chile, Colombia, El Salvador, Honduras y República Dominicana.
En Venezuela y Costa Rica solo se permite para salvar la vida de la mujer, mientras que en el resto de los países, además de esa causal, se admiten otras como violación o incesto, razones eugenésicas (malformaciones del feto, por ejemplo) y socioecómicas.
La red de organizaciones de mujeres latinoamericanas y caribeñas que defiende la despenalización del aborto respalda las conclusiones de dos reuniones mundiales de las Naciones Unidas, la Conferencia de Población y Desarrollo de El Cairo (1994) y la Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing (1995).
En ambos se reconoció al aborto como un grave problema de salud pública.
Las asociaciones femeninas aclaran, por otra parte, que de ninguna manera promueven el aborto como un método de planificación familiar. (FIN/IPS/dg/mj/hd he pr/98
