El Grupo de 77 (G-77) países en desarrollo hicieron un llamado a una mayor influencia de la ONU en las finanzas internacionales y la economía mundial que pueda nivelar el escenario mundial para las naciones más débiles.
Una reunión de asesoría de alto nivel del G-77, integrado por 132 países, de dos días de duración, finalizó el martes en la capital de Indonesia.
"Varias instituciones de cooperación para el desarrollo no trabajan bien debido a la débil posición de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para gestionar la institución financiera internacional en favor de los intereses de desarrollo del Sur", dijo Felipe Mabilangan, embajador de Filipinas ante el organismo internacional.
Muchos expertos en desarrollo y activistas han dado una larga batalla por un papel más fuerte de la ONU en relación al Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Desde el inicio de la crisis asiática, más de un año atrás, se redoblaron las exhortaciones a que la ONU revise los flujos internacionales de capital, en especial de corto plazo, la especulación de los mercados y las instituciones de supervisión necesarias.
"Estas volatilidades tienen un efecto desestabilizador sobre el proceso de desarrollo en los países del Sur", explicó Mabilangan.
Representantes de países en desarrollo afirman que la influencia de la ONU en la arena económica internacional es particularmente importante, en un momento en que las naciones deben lograr capitales privados de fuentes externas para financiar sus economías, y la ayuda exterior decrece.
La ONU fijó una meta de 0,7 por ciento del producto interno bruto (PIB) de los países para la ayuda oficial al desarrollo, pero esta asistencia decrece en términos absolutos, en términos reales y como porcentaje del PIB de las naciones donantes.
Makarim Wibisono, presidente del G-77, agregó que la caída de la AOD afectó la disponibilidad de recursos externos de países de bajos ingresos, que tienen un acceso muy restringido a recursos provados.
Los países del Sur también han intentado asegurar que los fondos de ayuda, entre ellos los provenientes de la ONU, sean utilizados según lo que consideran áreas y proyectos concordantes con sus propias políticas e iniciativas.
Además de buscar un papel más amplio para la ONU en las finanzas internacionales, diplomáticos de países en desarrollo presionaron al organismo mundial a adoptar un papel más activo para lograr términos más justos para el comercio entre naciones ricas y pobres.
Uno de los puntos débiles de la ONU es su fracaso para presionar al Norte en su compromiso con acuerdos internacionales de comercio ya firmados, alegan los miembros del G-77.
"Mientras los países en desarrollo luchan desesperadamente por cumplir con varios acuerdos internacionales de comercio, numerosos casos de incumplimiento de los acuerdos por parte el Norte se van con el viento", dijo V.R. Panchamukhi, director del Sistema de Investigación e Información del Movimiento de No Alineados.
"Una breve revisión de las disputas resueltas por la Organización Mundial de Comercio (OMC) parecen indicar que los países industrializados están bien organizados y son rápidos para lograr que el Sur comparezca ante los órganos de resolución de disputas de la OMC, mientras sus propios casos de no implementación pasan desapercibidos", explicó.
Panchamukhi hizo un llamado a la creación de un organismo mundial de supervisión para resolver esos casos de violaciones.
El G-77 hizo un llamado a países del Sur a resistir todas las formas de medidas proteccionistas, como subsidios y barreras no arancelarias que dañan sus exportaciones.
Los países del G-77 impulsarán propuestas para reglas más justas en el mercado mundial en la Cumbre del Sur, que se realizará el año próximo.
En el centro del debate estarán sugerencias para estudiar la volatilidad del mercado de capitales, las fluctuaciones de las tasas de cambio, la incertidumbre en los flujos de recursos y el costo de los préstamos. (FIN/IPS/tra-en/ky/js/lp/if dv/98
