ONU: Fuerte oposición a la Corte Penal Internacional

Tres semanas de discusiones preparatorias en la ONU sobre la forma y composición de la proyectada Corte Penal Internacional no resolvieron ninguno de los puntos en discordia sobre los poderes de ese órgano.

Los planes para crear la Corte Penal Internacional Permanente Contra los Crímenes de Guerra, el Genocidio y los Crímenes Contra la Humanidad no se concretarán hasta el 15 de junio, cuando se reúna una cumbre mundial para tratar el punto, dijo Jelena Pejic, del Comité de Abogados para los Derechos Humanos en Europa.

"No habrá resolución (sobre la creación de la Corte) hasta que los gobiernos se reúnan en Roma el 15 de junio. Nadie se hace ilusiones al respecto", manifestó.

En los últimos días, el debate en la ONU (Organización de las Naciones Unidas) se intensificó ya que altos funcionarios de de varios países llegaron a Nueva York para presionar por cambios significativos en los poderes de la Corte.

Richard Dicker, consejero de la organización Human Rights Watch, advirtió que varios países clave, como Estados Unidos y Francia, tienen dudas sobre la creación de un organismo independiente capaz de investigar y juzgar cargos de genocidio y crímenes de guerra.

Esas dudas son compartidas por el presidente del poderoso Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, el republicano de extrema derecha Jesse Helms, senador de Carolina del Norte.

Cuando el presidente estadounidense Bill Clinton, de visita en Ruanda la semana pasada, mencionó su intención de crear una corte mundial que juzgue los crímenes de guerra, Helms replicó con una carta a la secretaria de Estado Madeleine Albright en la que declaró su "oposición inalterable" a dicho organismo.

"Todo órgano judicial permanente en el sistema de la ONU sería del todo inadecuado, puesto que, como la creación de un ejército o la facultad de recaudar impuestos, otorgaría a las Naciones Unidas un elemento principal de soberanía", escribió Helms.

"La ONU no es, ni lo será nunca, mientras me quede un soplo de vida, una entidad soberana", añadió.

Si los diplomáticos estadounidenses proponen una Corte que no esté limitada por el veto de Estados Unidos, la iniciativa "ingresará muerta al Comité de Relaciones Exteriores del Senado", advirtió Helms a Albright.

Defensores de los derechos humanos que observan la evolución del debate sobre la Corte aseguraron que, después del arranque de Helms, la delegación estadounidense ante las negociaciones, encabezada por el embajador David Scheffer, prácticamente no cedió en la mayor parte de los puntos en cuestión.

Pocos esperan que Scheffer renuncie a su pretensión de limitar la autoridad de la Corte. Antes se pensaba que el embajador retiraría la exigencia de Estados Unidos de que el tribunal esté bajo control del Consejo de Seguridad de la ONU.

Francia también se movió en los últimos días para que sus aliados francófonos de Africa apoyen su reclamo de que cualquier proceso de crímenes de guerra tenga el consentimiento de los estados bajo investigación.

Varios países africanos expresaron su interés por una Corte poderosa y de relativa independencia, siendo la última vez en febrero durante el encuentro de 35 gobiernos de Africa, celebrado en Dakar.

Dicker sostuvo que la exigencia de Estados Unidos y Francia de que la investigación de los crímenes de guerra cuente con el consentimiento previo de los países involucrados restringiría a la Corte y generaría un sistema menos efectivo que el actual para procesar este tipo de crímenes.

Sin embargo, Pejic observó que Francia seguirá insistiendo en que la Corte no tenga poderes de oficio que permitan al fiscal iniciar su propia investigación sin el consentimiento del Consejo de Seguridad o los gobiernos interesados.

Pero esta semana, funcionarios franceses confirmaron que quizá dejen de lado sus inquietudes sobre la posibilidad de que un fiscal independiente realice una investigación basada en cargos frívolos o políticamente parciales si se aprueba una propuesta de compromiso ideada por Argentina y Alemania.

La propuesta sugiere que si el fiscal concluye que hay una base rasonable para proceder con la investigación, él o ella debe solicitar la autorización de la misma a la Corte.

Pejic señaló que los funcionarios franceses están conformes con que la Corte pueda evitar la posibilidad de abusos de poder de la fiscalía y por tanto retirarían las objeciones a la independencia del órgano.

Scheffer, que en reiteradas ocasiones expresó el temor de Estados Unidos de que la Corte pueda tratar con parcialidad a las fuerzas militares que Washington mantiene en el exterior, propuso que el fiscal investigue con libertad, luego del consentimiento del Consejo de Seguridad o el estado en cuestión. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/aq-ml/ip hd/98

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