/REPETICION/ AMERICA LATINA: La banca venezolana, una hormiga que se globaliza

La banca de Venezuela tiene el tamaño de una hormiga, comparada con las cinco mayores de América Latina, pero su atracción sobre instituciones extranjeras aumentará en poco tiempo su peso a un rango más acorde con su economía.

En la actualidad operan en el país 10 bancos extranjeros, mientras otros están a punto de ingresar o buscan como hacerlo, impulsados por la apertura del sector desde comienzos de 1996, el inicio de operaciones de administradoras de fondos privados, las multimillonarias inversiones petroleras y el potencial del país.

Pero un estudio realizado por la firma Softline Consultores, suministrado a IPS, muestra la pequeña base de la que se parte en la recien abierta globalización del sector, en comparación con la banca de Brasil, México, Chile, Argentina y Colombia.

Un ejemplo: los activos del conjunto de bancos totalizaban en Brasil el último día de 1996 el monto de 459.000 millones de dólares, en México 156.770 millones, en Chile 76.720, en Argentina 65.580 y en Colombia 60.240.

En Venezuela, los activos alcanzaban sólo 15.520 millones. Y eso que entre octubre y diciembre de 1996, mediante la adquisición en subasta o la negociación con sus principales accionistas, tres de los cuatro mayores bancos del país pasaron a manos de las dos mayores entidades españolas y otra de Chile.

El único del cuarteto que se mantuvo en manos venezolanas estuvo muy cerca de pasar a control de otro grupo español, pero la complejidad de su paquete accionario hizo caer la secreta operación, aunque sigue abierto a nuevos socios.

Se trató de un hito que selló el fin de la impactante crisis bancaria de los dos años anteriores, la segunda mayor a nivel mundial en relación con el producto interno bruto (PIB), según el presidente de Softline, Antonio Grasso.

La debacle equivalió a 16 puntos del PIB. La única superior en este aspecto en el mundo fue la de Chile, en 1981. El costo fiscal para el Estado superó los 7.000 millones de dólares.

En la actualidad, casi 43 por ciento de la banca universal y comercial del país está bajo control extranjero, lo que se espera suba al entorno de 70 por ciento en los próximos meses, debido a adquisiciones, fusiones y otras formas de penetración.

¿Pero de qué banca se habla?. La comparación con las cinco mayores de la región muestra que los siete bancos universales -un rango recién estrenado en Venezuela- y los 33 comerciales, suman cifras muy inferiores a la de sus vecinos.

El patrimonio de la banca de Brasil es de 39.900 millones de dólares y el del sector en Venezuela de 2.000 millones. En medio, la de México tiene 9.440 millones, la de Colombia 8.820 millones, la de Argentina 7.000 millones y la de Chile 4.390 millones.

La cartera de créditos, siempre al cierre de 1996, era en Brasil de 119.360 millones de dólares, la de México 98.810 millones, Chile 43.760 millones, Colombia 38.820 millones, Argentina 37.230 millones y Venezuela 5.470 millones.

El porcentaje de cartera de créditos en comparación con el PIB es de 60,78 en Chile, 47,28 en Colombia, 29,13 en México, 15,91 en Brasil, 13,09 en Argentina y 9,28 en Venezuela.

Si se comparan los créditos con los depósitos, la diferencia con el resto es sustancial. Los créditos representan 119,6 por ciento de los depósitos en Chile, 115,1 por ciento en México, 108,5 por ciento en Argentina, 103,4 por ciento Colombia, 62,2 por ciento en Brasil y 47,5 en Venezuela.

Eso significa que el índice de intermediación, un indicador clave del estado de salud del sector bancario, sigue siendo en Venezuela muy bajo, pese a su paulatina alza desde mediados del año anterior, cuando se retornó a la senda neoliberal en el país.

Grasso indicó que hay mucho que ganar con la globalización de la banca, que que se va a traducir en que la competencia va a ser una guerra de "todos contra todos" a nivel mundial.

Precisó que en los cinco últimos meses ya comenzó a verse una competencia a brazo partido por captar depósitos, bajar costos, diferenciar productos y ser en definitiva más atractivos, donde a mediano plazo sólo los más eficientes sobrevivirán.

También viene un abaratamiento del costo del dinero, pese al handicap de que en 1996 las tasas de interés tuvieron un nivel negativo sin precedentes, pues con una inflación de 103 por ciento, se mantuvieron en un rango de 22-43 por ciento para operaciones activas y de 13-30 por ciento para las pasivas.

Los tres grupos extranjeros que al cerrar 1996 revolucionaron el sector fueron el español Bilbao-Vizcaya, que se hizo con el control del Provincial, la mayor y más sólida entidad del país, mientras que el también español Santander y el chileno Infisa ganaron en subasta los reprivatizados Venezuela y Consolidado.

Antes, el ecuatoriano Banco Popular adquirió por el mismo método la entidad Fivenez, mientras el estadounidense City Bank, la única institución extranjera con taquillas al público antes de la apertura, inició una expansión agresiva en el mercado.

De los bancos foráneos que se mantienen como de segundo piso (sin atención directa al público) destacan los gigantes holandeses ING y ABN Amro. (FIN/IPS/eg/ag/if/97

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