PANAMA: Paramilitares colombianos siembran terror en la frontera

Tres pueblos abandonados, cuatro personas ejecutadas, un desaparecido, 335 desplazados y un terrible miedo a ser nuevamente víctimas de la venganza es el saldo dejado por los grupos paramilitares colombianos que la última semana atacaron Panamá.

Aunque los ataques de los paramilitares a los pueblos ubicados cerca de la frontera con Colombia comenzaron el 1 de abril, sólo este lunes el gobierno panameño logró conocer la situación real existente en el lugar.

"A nosotros nos está llevando el diablo" como consecuencia del recrudecimiento de la lucha armada en Colombia, afirmó Marielena Espinosa, habitante del poblado La Bonga, cuyo esposo y nuera fueron ejecutados por los paramilitares colombianos el martes de la semana pasada.

El director del Sistema Nacional de Protección Civil de Panamá, Roberto Velázquez, informo que las personas asesinadas son los colombianos Jorge Sánchez, Alberto Martínez, Remberto Arrieta y Mélida Rubiano.

El desaparecido es el panameño Arístides Fonseca, quien al parecer fue secuestrado por unos 20 hombres armados pertenecientes a las "Autodefensas Campesinas", el grupo paramilitar que atacó La Bonga y los poblados de Pueblo Nuevo y Tintinate, ubicados cerca de la frontera con Colombia.

En La Bonga, los paramilitares pintaron consignas amenazantes, como "muerte a los sapos (delatores)", y una leyenda que decía: "Comité de la Autodefensa Campesina de Urabá y Córdoba", dos regiones colombianas afectadas por los enfrentamientos armados.

Sin embargo, Espinosa negó que las personas asesinadas y los otros habitantes del lugar sean guerrilleros o colaboradores de la guerrilla, pese a que la mayoría de ellos son de origen colombiano.

Los cuatro ejecutados fueron capturados, amarrados a postes y árboles, torturados y luego asesinados a tiros, según indicaron Espinosa y otros inmigrantes, que actualmente se encuentran refugiados temporalmente en Puerto Obaldía tras abandonar los tres pueblos atacados.

El campesino Bernardino Freire dijo haber presenciado cuando los paramilitares de las derechistas Brigadas de Autodefensa amarraron, violaron y luego asesinaron a Mélida Rubiano, en La Bonga.

Además de la ayuda alimentaria y médica que trasladó el lunes el Sistema Nacional de Protección Civil, el gobierno panameño ubicó a más de 200 unidades de la policía en la fronteriza ciudad de Puerto Obaldía y otros pueblos del área con el fin de proteger a sus habitantes.

"No se puede permitir que ciudadanos armados de otro país intervengan en la vida cotidiana panameña porque nuestra obligación como gobierno es velar por la vida de los panameños y extranjeros que viven en ella", declaró Velázquez.

En los últimos meses, las autoridades de Panamá indicaron que presuntos guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ingresaban frecuentemente a territorio panameño para eludir confrontaciones con el ejército o los paramilitares de su país.

En esas ocasiones, sin embargo, no se reportaron ataques contra la población civil, como ocurrió tras la violenta incursión de los paramilitares, que actuarían bajo la protección del ejército regular de Colombia, según indicó una fuente citada por el diario Panamá-América. (FIN/IPS/sh/ag/ip/97

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