El gobierno de Cuba acusó a Estados Unidos de violar los derechos de los niños enfermos de cáncer, ya que su política de cerco económico afecta a la asistencia médica en este país caribeño.
El diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista, reveló este martes dos niños cubanos esperan por el Cardeocsane, un medicamento para contrarrestar los efectos de la quiromicina D, droga citotóxica que destruye las células malignas pero a la vez afecta a las normales.
El laboratorio que produce el medicamento no lo suministra pues se encuentra en un país que no comercia con Cuba por temor a las represalias de Estados Unidos, según el comentario firmado por Nicanor León Cotayo.
El artículo, titulado "¿Qué opinan de esto en Ginebra?", cuestiona el derecho de Estados Unidos a intentar una condena contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU).
"¿Puede acusar a Cuba de violar los derechos humanos, el gobierno que con su política de cerco contra la isla está provocando, entre otros crímenes, que se dañe la asistencia médica a los niños cubanos que padecen de cáncer?", se interrogó León Cotayo.
El año pasado, Cuba pagó por la compra de medicamentos y otros productos médicos entre 20 y 30 millones de dólares por encima de los precios establecidos en el exterior, según Granma.
Con ese dinero extra "se cubren los daños que entraña, durante 12 meses, la atención médica que necesitan los enfermos de cáncer" e incluso la modernización tecnológica indispensable para el mejor tratamiento, añadió.
Fuentes oficiales cubanas aseguran que el bloqueo estadounidense, decretado en 1962 y endurecido paulatinamente durante más de tres décadas, provocó pérdidas superiores a 60.000 millones de dólares.
Las pérdidas se cuantifican por oportunidades perdidas, sobreprecios impuestos sólo a Cuba por los vendedores y gastos en transporte, al adquirir en mercados lejanos productos que podrían importarse desde Estados Unidos.
Martha Longchong, consultante nacional de oncología pediátrica, reveló a Granma que durante 1995 se produjo un aumento de la mortalidad por cáncer entre los niños de uno a cuatro años.
"Una de las causas que más ha pesado es que hay medicamentos fabricados en Estados Unidos y otros lugares, como el carboplatino, que el bloqueo nos impide utilizar en pacientes que los necesitan", afirmó la especialista.
Longchong dijo que en Cuba existen las condiciones para elaborar determinadas drogas cititóxicas, como la quiromicina D, pero el bloqueo no permite que se compre en el exterior la materia prima para su fabricación.
Fuentes del Ministerio de Salud Pública aseguran que la mortalidad por tumores en la población menor de cuatro años pasó de 6,8 por 100.000 habitantes en 1988 a 8,8 en 1995. En el segmento entre cinco y 14 años se reportó una disminución de 5,2 a 4,9 fallecidos por 100.000 habitantes.
Con una población de 11 millones de habitantes, en Cuba se reportan anualmente unos 300 niños con cáncer, que reciben tratamiento en el hospital infantil Juan Manuel Márquez de La Habana.
El médico Pedro Marrero, quien trabaja en ese hospital, afirmó que el bloqueo frustra o hace casi imposible la entrada al país de los medicamentos necesarios para el tratamiento del cáncer.
Por lo general, se trata de medicamentos con precios muy elevados y que en el caso de Cuba, con un sistema de salud gratuito, se adminitran a cada paciente por años con gastos millonarios para el Estado.
Sólo un bulbo de Emipenen, que en caso de infección se suministra de cuatro a seis veces diarias durante 10 días, tiene un costo superior a 33 dólares.
Las compras cubanas deben "darle 25 vueltas al mundo" para que esos bulbos lleguen a la isla, dijo Marrero y aseguró que hay que ver lo que pasan a diario los especialistas cubanos para entender cuán grandes son las afectaciones.
"No te podemos vender porque eres de Cuba", fue la respuesta que obtuvo el médico Francisco Goyanechea Gutiérrez durante un congreso de neurocirugía pediátrica realizado el año pasado en Roma, al solicitar la compra de equipo.
Al final, las empresas comercializadoras le ofrecieron el suministro de los mismos equipos a través de terceros países, pero a precios más altos. (FIN/IPS/da/ag/he-pr/97