BOLIVIA: Estado reconoce diversidad, pero la sociedad se resiste

La Constitución de Bolivia reconoce al Estado su carácter pluricultural y multiétnico, pero en la práctica la sociedad aún no acepta la diversidad en un país donde la mayoría de la población es de origen indígena.

Desde la elección del intelectual aymara Víctor Hugo Cárdenas como vicepresidente, el 6 de agosto de 1993, el Estado ha reconocido los derechos de los pueblos indígenas a través de diversas leyes.

Esas conquistas de los movimientos indígenas aparecen en el primer artículo de la Constitución, aprobada en noviembre de 1993, que define a Bolivia como "una República libre, independiente y soberana, multiétnica y pluricultural".

Otro artículo expresa: "Se reconocen y protegen los derechos sociales, económicos y culturales de los pueblos indígenas, (…) garantizando el uso sostenible de los recursos naturales, a su identidad, valores, lenguas, costumbres e instituciones".

"Asumir y practicar la diversidad es reflejar en los procesos sociales, políticos y económicos de la sociedad que Bolivia es un país de muchas culturas y muchas etnias", afirmó Marcial Fabricano, líder de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente de Bolivia (CIDOB).

Fabricano, quien gracias a su lucha en dos largas marchas indígenas se ganó la simpatía de políticos y organizaciones populares, es candidato a la Vicepresidencia para las elecciones de junio próximo por el Movimiento Bolivia Libre (MBL), que lidera el canciller Antonio Araníbar,

El dirigente indígena recordó que los avances en materia de defensa de los derechos de los indígenas no son fruto de la casualidad ni concesiones generosas del Estado, sino producto de la presión a través de largas y duras luchas.

Las nuevas leyes en favor de los indígenas reconocen la personalidad jurídica de las comunidades originarias y sindicatos campesinos, y la autoridad de sus representantes naturales, que podrán administrar y aplicar sus propias normas como solución a sus conflictos.

Además, otras leyes, como la de Participación Popular, articulan a las comunidades indígenas y campesinas a la vida jurídica, política y económica del país, a las que el Estado asigna recursos para disminuir gradualmente las históricas diferencias de desarrollo relativo.

También la reciente Ley de Reforma Educativa estableció la educación intercultural y bilingüe, que dispone la instrucción de los niños en el idioma materno y no obligatoriamente en el castellano, como ocurría antes.

La próxima conquista indígena será la más importante: el Estado entregará en los próximos dos meses títulos de propiedad de más de 10 millones de hectáreas en favor de unas 300 comunidades originarias de seis de los nueve departamentos de Bolivia.

La señalada titulación de tierras comunitarias de origen será un caso único en la historia de Bolivia, según la directora del Instituto Nacional de Reforma Agraria, Isabel Lavadenz.

"Damos a los pueblos indígenas el derecho a la propiedad, incluso sobre parques, con un régimen legal específico que tiene que ver con la preservación de estas áreas. Ellos han demostrado que son los mejores guardianes de la tierra y los que mejor saben convivir con el ecosistema", aseguró.

Pero aún falta una correspondencia entre estos reconocimientos del Estado y la cotidianidad de otras instituciones, partidos políticos y la sociedad civil.

"Debemos consolidar las conquistas obtenidas en el plano jurídico y teórico, haciendo que la sociedad boliviana asuma la realidad de la diversidad y la ponga en práctica", dijo Fabricano.

Con esa misión, una asamblea de la CIDOB encomendó a Fabricano participar en las elecciones de 1997 como candidato vicepresidencial, aprovechando el lento proceso de apertura de los partidos políticos respecto de los grupos marginados.

Los 10 partidos políticos que participarán en las elecciones del 1 de junio incluyeron a líderes indígenas en sus listas de candidatos al parlamento.

Pero el propio Cárdenas subrayó que el reconocimiento del Estado hacia los pueblos indígenas no es suficientemente acompañado en la realidad política y social.

"Desgraciadamente, no existe aún una apertura generosa hacia el movimiento indígena", dijo Cárdenas, quien calificó su paso por la Vicepresidencia como "el primer paso" de un largo proceso para la plena incorporación de los indígenas. (FIN/IPS/jcr/ag/ip- pr/97

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