ARGENTINA: Trabas en el flujo comercial a Estados Unidos

Cuando aún repercuten los ecos de la polémica por las trabas a las compras dispuestas por Brasil, una nueva amenaza se cierne sobre las exportaciones de Argentina: Estados Unidos eliminará beneficios a las importaciones provenientes de este país sudamericano.

El economista Roberto Lavagna advirtió en diálogo con IPS que las trabas que impone Estados Unidos a las exportaciones argentinas y la eliminación de preferencias tienen un impacto comercial más grave que el que podría sufrir el flujo hacia Brasil, aún antes del acuerdo alcanzado la semana pasada.

Lavagna, ex secretario de Comercio Exterior, sostuvo que los cálculos del gobierno argentino coincidían con los de estudios privados en que la eliminación del crédito a las importaciones dispuesto por Brasil traería un perjuicio de entre 90 y 130 millones de dólares.

Con el acuerdo alcanzado por los ministros de Economía de ambos países, el impacto sobre las exportaciones argentinas será aún menor. En cambio, en el caso de Estados Unidos, existen contenciosos sin resolver que afectan un volúmen de 500 millones de dólares de carnes, maní, tubos sin costura y cueros.

"El impacto de la medida financiera de Brasil es importante, pero mucho más grave es el problema que se arrastra con Estados Unidos, porque se trata de un volúmen de 500 millones de dólares de comercio que se podría realizar y no se concreta", remarcó Lavagna.

La Organización Mundial de Comercio acordó hace casi tres años que Argentina podía vender una cuota de 20.000 toneladas de carne a Estados Unidos. Esa operación sería la llave de entrada de carnes argentinas a Japón y Corea, que sólo esperan el aval de una compra estadounidense.

Sin embargo, la venta sigue sujeta a discusiones sanitarias. Algo similar sucede con el maní, en tanto los cueros y los tubos sin costura que se utilizan en la industria petrolera, se quedan a las puertas del mercado norteamericano por sospechas de subsidios y competencia desleal.

Mientras el conflicto con Brasil ocupaba la atención pública, el canciller argentino Guido Di Tella viajó la semana pasada a Estados Unidos con el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la cancillería, Jorge Campbell, para destrabar los asuntos comerciales pendientes con Washington.

El Ministerio de Economía de Argentina protestó incluso porque la delegación que viajó de urgencia a Brasilia para resolver la crisis que se precipitó por las disposiciones del Banco Central brasileño no estaba a la altura de una negociación de ese tipo.

Campbell, el principal negociador del Mercosur, estaba en Washington y su ausencia obligó al vicecanciller Andrés Cisneros, menos fogueado en estos temas, a defender el comercio con Brasil.

El problema desató una polémica dentro del gobierno por la diferente evaluación que hacen unos y otros funcionarios de la estrategia que se debe seguir frente a Brasil, y del impacto que tienen las trabas al comercio que impone el socio mayor del Mercosur, o Estados Unidos.

Entretanto, el gobierno de Bill Clinton siguió colocando frenos al ingreso de mercaderías argentinas. Esta semana fue el turno de la quita de 50 por ciento en las preferencias arancelarias que se aplican a las importaciones argentinas.

La decisión ya había sido anunciada en enero como represalia por la sanción de una ley de patentes que no satisface a los laboratorios medicinales estadounidenses, pero esta semana se sabrá cuáles son los productos perjudicados por la medida que comenzará a regir en un mes.

El embajador de Argentina en Estados Unidos, Ral Granillo Ocampo, explicó que ese país eliminará preferencias arancelarias que beneficiaban a exportaciones argentinas por unos 600 millones de dólares, aunque admitió que en los hechos la disposición opera como una sanción comercial.

La advertencia había sido largamente anunciada por Estados Unidos durante los debates por la sanción de la ley de patentes. El Congreso aprobó una norma que otorga a los laboratorios locales un plazo de adaptación para que comience a regir el pago de patentes.

La disposición de otorgar ese plazo extra, que está de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de Comercio para los países en vías de desarrollo, fue rechazada por Estados Unidos, que pretendía una vigencia inmediata, por eso decidió eliminar los beneficios a las ventas argentinas. (FIN/IPS/mv/ag/if/97

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